Eduardo Zubiaurre, presidente de Confebask: “Hay que endeudarse para abordar la recuperación y subir los impuestos para amortizar esa deuda”

“Hay que endeudarse para mantener este año las fábricas vivas y sus empleos y estar preparados para la reactivación en 2021”, asegura el presidente de Confebask, Eduardo Zubiaurre. La patronal ha presentado una propuesta al Gobierno vasco que plantea recargas fiscales “razonables y equilibradas” para amortizar esa deuda.

Para la patronal vasca Confebask, la única salida de la crisis provocada por el coronavirus pasa por endeudarse. “Y Euskadi puede hacerlo, gracias a la estabilidad institucional y a unas cuentas públicas saneadas”, afirma su presidente Eduardo Zubiaurre.

2020 iba a ser el séptimo año de crecimiento económico en Euskadi, con una tasa de paro próxima al 9%. ¿Qué previsiones maneja actualmente Confebask para el ejercicio?

Todo ha cambiado desde mediados de marzo que vivimos una situación desconocida, extraordinaria y que es global, ya que el 80% del PIB mundial está afectado por esta pandemia. La caída de la actividad y del empleo va a ser muy importante y la contracción mundial histórica por su intensidad y su rapidez. Europa va a ser una de las más afectadas por la apertura de su economía y por la debilidad de sus instituciones a la hora de tomar medidas y España estará entre los países más golpeados. Creemos que la economía española tiene un enorme riesgo de entrar en colapso y supone un foco de muchísima preocupación para Euskadi. Las previsiones de Confebask son que el PIB vasco caerá un 8% y el desempleo llegará a las 160.000 personas, es decir, 45.000 más de las que había a comienzos de año y la tasa de paro estará en torno al 14,5% a finales de 2020.

¿Cree que las empresas podrán mantener esos 200.000 empleos en ERTE?

Va a haber gran destrucción, sobre todo en empresas pequeñas que no tienen mercado o competitividad suficiente para aguantar una recesión tan fuerte. Nos preocupa ese tejido industrial con 200.000 personas en ERTE y 27.000 empresas afectadas. Creemos que la clave es aguantar ese tejido industrial y empresarial y conseguir que las empresas sigan abiertas, que sigan con sus empleos y vayan formándose, trabajando en la medida de lo posible y preparándose para el año que viene que va a ser, como dicen todos los organismos, de recuperación importante en todo el mundo. Se augura que Euskadi tendrá una recuperación de en torno a un 6% del PIB. Por eso el reto, sobre todo para Euskadi que tiene fortalezas, es aguantar este año lo mejor posible, que es lo que va a hacer Alemania a quién tenemos como modelo. Aguantar con el mayor número de empresas y empleos, para aprovechar en condiciones y con fuerza la recuperación en 2021.

¿Qué le parece el acuerdo alcanzado entre Gobierno central y CEOE?

El acuerdo es positivo. El ERTE es la herramienta que hay en la legislación laboral española para aguantar esta situación y la opinión de CEOE, que nosotros compartimos, es que hay que flexibilizarla y prolongarla, porque es la única forma de que las empresas sigan abiertas manteniendo un mínimo de actividad y empleo. Euskadi necesita los ERTE y nosotros estamos en condiciones de complementarlos. Con una parte del endeudamiento que proponemos, se pueden complementar las ayudas, pagar las cotizaciones sociales, etc., de la misma forma que está haciendo Alemania, nuestro modelo a seguir para la recuperación. De esta manera, el año que viene 2021 estaremos preparados y podremos aprovechar la recuperación global que se prevé se va a dar. Y esto es lo que queremos hacer en Euskadi, que esta crisis afecte lo menor posible al tejido empresarial y empezar a recuperarnos como empresas competitivas e iniciar la recuperación en su momento, que tampoco será fácil porque va a salir todo el mundo a competir.

¿Cuáles son las principales fortalezas de la economía vasca para afrontar la crisis?

El efecto es global y va a ser grande en todos los lados. Pero habrá quién resista mejor por sus fortalezas. España va a salir mal porque tiene muchas debilidades y Alemania lo hará bien y rápido. Nosotros queremos parecernos a Alemania porque tenemos fortalezas como un tejido empresarial competitivo, exportador e industrial que tiene que ser el soporte de nuestra recuperación. Además, tenemos estabilidad institucional, unas cuentas públicas saneadas, el Concierto Económico y experiencia de colaboración público privada. Todas estas fortalezas tenemos que utilizarlas para resistir este año, que no se nos vaya más el desempleo de las 160.000 personas, que los trabajadores en ERTE no pierdan el empleo y que las 27.000 empresas afectadas se mantengan abiertas y puedan aprovechar la recuperación.

Afirma que España va a tener grandes dificultades para salir adelante. ¿Cómo afectará esto a la reactivación de Euskadi?

Un tercio de la economía vasca depende del mercado español, con lo cuál preocupa el riesgo de colapso de la economía española por sus debilidades, entre ellas, la altísima dependencia del turismo y del turismo extranjeros. No se sabe cuando recuperará los 83 millones de turistas extranjeros que tuvo el año pasado. Además, a España le falta industria, una industria en la que soportarse para tener una recuperación rápida, le falta I+D, educación, competitividad, aunque hay sectores que han demostrado ser competitivos y han salido al exterior, pero necesita industrializarse. Otra debilidad es su dependencia financiera del exterior, con un enorme endeudamiento público, y unas carencias estructurales, porque no ha sido capaz de atajar el déficit después de seis años de crecimiento. España necesita reformas y reindustrializarse y tiene un reto de, por lo menos, una década para resolver sus debilidades y salir de ésta, frente a los tres años de Euskadi.

¿Cómo se prevé será la recuperación?

El consenso de los diferentes organismos es que será a partir del año que viene y que se dará fuerte, no tanto como la caída que ha habido pero si con recuperaciones del 5-6%. No se podrá recuperar todo lo perdido en 2021, pero seguramente entre 2021 y 2022 podremos hacerlo si acertamos en las medidas. Por ello, tenemos que aprovechar nuestras fortalezas y endeudarnos. Endeudémonos con cabeza y sensatez, con un esquema para poder recuperar y devolver esa deuda de forma razonable y en tiempo, con unos recargos fiscales racionales. Esta recuperación tendrá que pagarla aquel que le vaya mejor en rentas y beneficios. Son actuaciones que se hacen en otros países y nosotros también podemos hacerlas.

Se refiere a la hoja de ruta económica y empresarial presentada por la patronal al Gobierno vasco, con una batería de propuestas para reactivar la economía, entre ellas el aumento de determinados impuestos.

En nuestra hoja de ruta hay un planteamiento primero de endeudamiento y luego de recargo fiscal, en los tributos concertados que tenemos de normativa propia, que básicamente son renta, sociedades y tasas e impuesto al juego. Hemos hecho una estimación al Gobierno vasco con un endeudamiento fuerte este año y el siguiente, primero para resistir y luego para reactivar o recuperar la economía, donde también planteamos unos recargos fiscales en esas tres figuras de impuestos concertados, en un espacio temporal y con un recargo racional y absolutamente justificado. Esto nos permitirá amortizar la deuda y pagar los intereses correspondientes. Hemos presentando un escenario equilibrado que nos va a permitir endeudarnos y recuperar unas cuentas saneadas en un tiempo razonable, para estar de nuevo preparados para medidas similares en el futuro. Esta fórmula no es novedosa, ya se hizo en el pasado en otros países con circunstancias excepcionales como las que estamos viviendo. Como agente social hemos pasado al Gobierno nuestros diagnósticos y propuestas, rigurosas y ajustadas a la realidad económica y fiscal vasca.

También considera necesario Confebask la ampliación de los avales de Elkargi.

La financiación destinada por el Gobierno vasco al tejido empresarial a través de Elkargi no es suficiente, porque ya tiene peticiones por 1.500 millones encima de la mesa. Se aprobó una línea de avales de 500 millones y ya se ha ampliado a 1.000 millones. Pero las demandas ya han superado esa cifra hasta los 1.500 millones citados, y es necesario darles esas ayudas a las empresas para que aguanten la crisis provocada por el Covid-19. Es el oxígeno que necesitan para aguantar esta situación y seguir operativas.

Ya en la fase de reactivación el próximo año, se plantean también estímulos para la demanda interna. ¿Con qué fórmulas?

Estos estímulos son herramientas conocidas como planes Renove de automóviles, de electrodomésticos o edificios, que impulsen la demanda interna. También entrarían apoyos a la innovación, la internacionalización y la competitividad para favorecer la recuperación. Una parte del endeudamiento que pedimos que se realice este año y el siguiente se destina a este apartado.

Hay que recuperar las inversiones extranjeras perdidas. ¿Qué se puede hacer para incentivar y captar este capital?

Antes de la crisis Euskadi tenía fijados los retos que había que abordar para tener un futuro de desarrollo y de bienestar económico: la internacionalización rentable, la digitalización, con lo que conlleva de industria 4.0 e inteligencia artificial, el reto de la demografía y el talento, y la sostenibilidad de nuestra economía y tejido productivo, porque el mundo reclama actividades sostenibles. Si abordamos bien esos cuatro retos, vamos a tener un futuro de progreso y bienestar y si no, lo tendremos muy difícil. Hoy en día dinero es lo que sobra, lo que faltan son proyectos, ideas innovadoras y personas con un talento alineado con las tendencias y necesidades de la sociedad.

Aboga el plan por el desarrollo de una cadena de suministro local para el sector de salud y biociencias. ¿Se trata de prepararse para un futuro pandémico?

La globalización es una realidad que está aquí y que, en muchas cosas, nos beneficia y permite que seamos más competitivos, que nos centremos más esa especialización y que aprovechemos las cadenas de valor internacionales. Pero esta pandemia nos ha demostrado que la globalización también tiene riesgos, que en algunos productos nos ha hecho depender demasiado de un país o zona del mundo y ante la excesiva demanda de determinados artículos ha colapsado. Desarrollar cadenas locales asegura el suministro en los productos más necesarios y estratégicos. Habrá que gestionar mejor la globalización, tener escenarios de cobertura en determinadas crisis, etc. Estas producciones locales son una oportunidad y como país industrial podemos reindustrializar determinados procesos y adecuar la producción. Como ha ocurrido con las empresas vascas, se han adaptado y reinventado en esta crisis para atender las necesidades sanitarias. De ahí la importancia de la industria, que desarrolla una serie de capacidades que otros sectores no lo hacen, genera innovación, valor añadido, estabilidad en el empleo, mejor recaudación y una enorme capacidad de adaptación como las situaciones vividas.

¿Es ahora más importante que nunca el diálogo social con todos los agentes?

Es necesario que todas las partes sindicales estén presentes en esta ocasión. Si estamos en un barco con 10 remos y hay dos que no ocupan su lugar, todo va a ser más complicado. Cada uno tiene su parte de la verdad, pero la tiene que aportar en los organismos competentes y llegar a acuerdos. Estamos en todas las mesas y ámbitos e invitamos a que todos participen.

¿Qué opina sobre la celebración de las elecciones autonómicas?

A los gobernantes les pedimos siempre lo mismo a todos: estabilidad institucional y políticas adecuadas. Sin gobierno, estabilidad y políticas acertadas esto es imposible de superar. Por eso, si vivimos una situación de incertidumbre política, habría que despejarla cuanto antes.