Unidad de acción y ayudas infinitas, las vacunas contra el coronavirus

Coronavirus: dícese de un duro golpe a la economía y sociedad mundial nunca vivido. Una crisis sanitaria que arrasa con todo lo que se le pone por delante y que, sin duda, supondrá un punto de inflexión en el devenir de la historia. El planeta se encuentra a la deriva en una tempestad de la que no puede resguardarse y que solo puede afrontar con medidas económicas y sociales, que intentarán paliar la debacle a la que estamos abocados.

La magnitud de la crisis provocada por el Covid-19 es tal que, a día de hoy, es imposible cuantificar económicamente su efecto. Lo que no cabe duda es que las consecuencias serán superiores a cualquier posible previsión.

A España le ha tocado un trozo importante del pastel de esta pandemia global y dentro del país, Madrid, Cataluña y País Vasco son las comunidades autónomas más afectadas. Euskadi ha sido de las primeras en reaccionar, en primer lugar, con el anuncio de una batería de medidas y después con la declaración del estado de alerta sanitaria. No se trata de ponerse medallas, pero sí de reconocer la rápida capacidad de respuesta del Gobierno vasco ante esta situación.

El Ejecutivo de Urkullu ha aprobado unas ayudas para afrontar el impacto del coronavirus en la actividad vasca que podrán alcanzar los 1.000 millones de euros y con tres prioridades de actuación en el ámbito económico: el refuerzo del sistema sanitario, apoyo a las empresas y apoyo a las personas y familias. Estas ayudas son complementarias a las dispuestas por el Gobierno español y la Unión Europea.

Esta cifra de 1.000 millones se vehiculará, principalmente, a través de un programa presupuestario de 300 millones de euros que, en caso de necesidad, se ampliará hasta los 500 millones, una línea de financiación urgente del Instituto Vasco de Finanzas con una cuantía de 25 millones, para facilitar liquidez al tejido productivo, sobre todo, a pymes y autónomos; y líneas de financiación de circulante con avales de la comunidad autónoma por importe de 500 millones a coste cero a cinco años con uno de carencia.

El panorama industrial vasco comienza a complicarse. Las paradas de producción en grandes empresas como Mercedes-Benz Vitoria, Michelin, Tubos Reunidos, CAF e Irizar son ya una realidad, con sus correspondientes y posibles expedientes de regulación temporal de empleo, y que decir del sector turístico, hostelería, comercio, etc., los que primero han sentido esta crisis.

En tiempos complicados como el que atraviesa la sociedad es necesaria la unidad, como la que han mostrado las formaciones políticas para apoyar al Gobierno en la adopción de medidas para afrontar esta crisis.