La economía decrecerá un 8,7% y se perderán 68.000 empleos

El Gobierno vasco realiza unas previsiones más pesimistas que las adelantadas en abril, pero augura recuperaciones y crecimientos mayores en el ejercicio 2021.

El ejercicio 2020 iba a ser el séptimo año de crecimiento económico en Euskadi, alrededor de un 2% y una tasa de paro próxima al 9%. Pero, como ha sucedido de manera global, la crisis provocada por el coronavirus ha llevado a la economía vasca a niveles nunca vividos, por lo menos con tanta rapidez e intensidad.

El Gobierno vasco ha revisado a la baja sus previsiones económicas para este año y estima una caída del PIB del 8,7% en 2020, frente a la previsión inicial de descenso del 3,6%, realizada en un escenario de estado de alarma y parada de actividad de un mes y medio. Además, el Ejecutivo prevé que se perderán 68.000 empleos, una caída del 7%, y la tasa de paro se situará en el 13,7%, frente a una pérdida de 17.000 empleos prevista con anterioridad, según datos facilitados por el consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu.

Servicios, la mayor caída

Desde el punto de vista sectorial, todas las actividades principales registrarán reducciones muy significativas, a excepción del sector primario, que lo hará en un porcentaje moderado del -3,8%). Por su parte los servicios serán los más perjudicados por la pandemia y el sector perderá un 9% de su valor añadido este año, y recuperará casi un 7% en 2021.

La industria reducirá su valor añadido un 7,8% en 2020, con una recuperación del 6,4% en 2021. Mientras la construcción perderá un 5,4% de su actividad y recuperará gran parte en el año próximo.

Así, las previsiones para 2021 apuntan a un crecimiento del PIB del 6,7%, un incremento mayor que el previsto en abril, que era del 2,6%. En empleos, en 2021 se recuperarán alrededor de 48.000, con un crecimiento del 5,4% y la tasa de paro se situará en el 12,2%. Esta previsión también mejora la estimada en abril, cuando el Gobierno vasco apuntaba a la creación de 15.000 empleos en 2021.

El motor económico de los últimos años, la demanda interna, será el que sufra el mayor impacto del coronavirus, por la paralización de las actividades no esenciales y las limitaciones al movimiento. Así, se estima que caiga un 7,8% en 2020. A pesar de que en los trimestres siguientes se irá recuperando la actividad, no se espera que las tasas de variación sean positivas hasta bien entrado 2021.