Momento de forjar un entorno más fuerte y competitivo

La asociación vasca de la empresa familiar Aefame aprovechó la celebración de su asamblea general para lanzar un mensaje al Gobierno y demás instituciones: es necesario configurar un entorno más competitivo para favorecer el arraigo de las empresas familiares e impulsar su crecimiento. Utilizar el momento de reconstrucción y transformación que vive la actividad económica para llevar a cabo mejoras que afiancen a estas compañías y, por ende, al resto del entramado empresarial.

Y es que ciertamente, la empresa familiar siempre ha sido clave en el desarrollo económico del País Vasco y ha superado varias crisis en una apuesta continua por la región. La empresa familiar supone el 84% de su tejido productivo y el 20% del PIB, con una facturación de 13.900 millones. Y en términos de empleo suma 148.000 trabajadores. Grandes compañías como Sener, Idom o Gestamp, entre muchas otras, han tenido su origen como empresas familiares, aunque sean hoy en día multinacionales con amplia presencia internacional.

Por esta alta representación en la economía vasca, esta tipología de empresas está jugando un importante papel en la crisis actual y también lo hará en el futuro impulsando el proceso de relanzamiento, recuperación y transformación de la economía vasca.

Las compañías han readaptado sus estrategias, procedimientos, esfuerzos y protocolos en este difícil, incierto y cambiante entorno para “soportar” la crisis, mantener en lo posible la actividad y no perder ni un solo empleo más.

En este contexto, esta petición de Aefame es extensible al resto del tejido empresarial vasco. Según detalló el presidente de la asociación y presidente también de Sener, Andrés Sendagorta, es necesario fortalecer el entorno y para ello propuso la implementación de medidas fiscales, laborales y educativas, y la realización de infraestructuras que permitan avanzar en ese recorrido hacia una mayor competitividad.

Los representantes institucionales asistentes a la asamblea apuntaron con interés las peticiones de la empresa familiar. Entre ellos, el propio lehendakari Iñigo Urkullu, invitado a clausurar el acto. Urkullu alabó el papel que desarrolla la empresa familiar y aseguró que su capacidad y compromiso es garantía para superar este nuevo reto generacional.

También el lehendakari subrayó la importancia de mantener y extender el espíritu que caracteriza a la empresa familiar a toda la sociedad: emprendimiento, arraigo, visión de largo plazo, responsabilidad social, innovación y mejora continua. Un cóctel perfecto para salir de la crisis y ser más fuertes y competitivos.