Cumplir 40 años en medio de una pandemia global

Debido al innombrable virus que nos ataca, hay un cumpleaños que ha pasado prácticamente desapercibido en los medios de comunicación y que no ha tenido el protagonismo que debería haber logrado, y me gustaría recordar: el 40 aniversario del Gobierno vasco.

Aunque el 7 de octubre de 1936 se constituyó el primer Ejecutivo, tras años de dictadura y exilio, y después de la aprobación del Estatuto de Gernika, fue el 9 de abril de 1980 cuando se volvió a poner en marcha, en democracia, el nuevo Gobierno vasco.

Y ahora cuatro décadas después e inmersos en una gran crisis, cobran gran valor las herramientas de autogobierno que tiene Euskadi y la importancia de gestionar instituciones como el Servicio vasco de Salud-Osakidetza, la Ertzaintza-policía autonómica, el sistema educativo, la protección social o contar con el Concierto Económico. Así como los avances logrados este mismo año, con la elaboración de un calendario para conseguir completar las transferencias pendientes.

Queda mucho camino por recorrer, un camino que además a partir de ahora será más complicado de andar por tener que sortear los múltiples obstáculos que ha originado el Covid-19 en el ámbito económico: una caída del PIB del 3,6%, la destrucción de 17.000 empleos y la pérdida de casi 1.800 empresas solo en el mes de marzo.

Pero el Ejecutivo vasco ya está preparando los medios necesarios para emprender la marcha y lograr los objetivos marcados. Y a pesar del efecto económico en las cuentas públicas, con falta de liquidez para favorecer la liquidez de las empresas y menores ingresos, el Gobierno tiene a su favor el margen que le da el proceso de consolidación fiscal llevado a cabo los últimos tres años.

Así, la estrategia de respuesta de Euskadi podrá ser gestionada dentro del límite de endeudamiento, que asciende a 858 millones de euros. El primer paso se ha dado con la emisión de la tercera edición del bono sostenible Euskadi, por 500 millones, y se prevé cerrar una operación con el Banco Europeo de Inversiones de 140 millones de euros. Ambas operaciones podrían complementarse hasta el límite de endeudamiento, bien con préstamos o emisiones privadas a largo plazo de menor importe.

Existen los medios para resurgir como el Ave Fénix, para que la economía vasca vuelva pronto a ser lo que era, sinónimo de inversión, tecnología e innovación, e internacionalización, y con crecimientos continuos cada ejercicio. Nada volverá a ser lo que era, pero debemos intentar que lo que venga sea aún mejor.