La rebelión de las máquinas
La robótica podría aportar una respuesta revolucionaria a los desequilibrios económicos del sector industrial, sobre todo gracias a la utilización de los robots industriales, como los de Fanuc en Japón o los de Kuka en Alemania. La relación hombre/máquina en el mundo laboral está creciendo a gran velocidad, con los robots colaborativos (o cobots), similares a los de Universal Robots, fabricante danés adquirido en 2015 por la firma estadounidense Terdyne por 285 millones de dólares.
La carrera tecnológica aporta asimismo una oleada de innovaciones en el sector de la salud, con el auge de los robots quirúrgicos. Da Vinci, plataforma robotizada de Intuitive Surgical, producto de una tecnología desarrollada por la Nasa, multiplica las capacidades del cirujano (un ser humano, hasta la fecha) gracias a sus cuatro brazos robotizados y sus módulos de realidad aumentada que proporcionan información precisa en tiempo real. La compañía californiana también desarrolla robots capaces de llevar a cabo cirugías mínimamente invasivas, que facilitan la recuperación del paciente. Otra tendencia existente es la adopción de sistemas de robotización en los almacenes logísticos, utilizados especialmente para el comercio electrónico. La inmensa cartera de pedidos en línea está obligando a los almacenes a aumentar sus capacidades, lo que es posible gracias a sistemas inteligentes sumamente eficientes, como los de la firma japonesa Daifuku o la estadounidense Cognex.
La inteligencia artificial (IA) también ha encontrado en la robótica un nuevo ámbito en el que volcar sus esfuerzos de innovación: el IoT (Internet of Things, Internet de las Cosas) permite conectar cada elemento de una fábrica a un sistema de control centralizado. Estas soluciones inteligentes que conjugan las capacidades prodigiosas de la IA y de la robótica representan un terreno abonado para el futuro crecimiento de la economía. Utopía o vector de crecimiento, las perspectivas de la robótica se revelan muy halagüeñas, con un mercado estimado de 90.000 millones de dólares de aquí a 2030 (Idate Digiworld ). Numerosas empresas ya muestran interés por este ámbito y conforman un vivero de gran potencial que debería resultar propicio para nuestras soluciones de inversión temáticas.