Clarity AI, la empresa fundada por una española que interesa a BlackRock

Rebeca Minguela empezó a proyectar en Harvard un producto que hoy atrae a los grandes fondos para analizar al milímetro el impacto social y medioambiental de la inversión. En una entrevista con ‘elEconomista’ destaca las innovaciones de su plataforma y las ventajas de usar la inteligencia artificial

No es necesario haber nacido en San Francisco para poner en funcionamiento una startup que atrae el interés, y el capital, de importantes inversores internacionales. Se puede haber nacido en Cuéllar (Segovia) y tener una trayectoria muy bien aprovechada: haber estudiado ingeniería de telecomunicaciones en la Universidad Politécnica de Madrid, haber cursado un máster en la Universidad de Stuttgart y otro en Harvard Business School, haber trabajado en IBM, Siemens y la Agencia Aeroespacial Alemana... El camino recorrido por Rebeca Minguela ha acabado cristalizando en Clarity AI, una empresa que ambiciona convertirse en la plataforma de referencia para el análisis de impacto social y medioambiental a nivel global, y de la que es fundadora y consejera delegada. “No somos un simple proveedor de datos que filtra empresas, sino que nuestra propuesta de valor es la de una plataforma tecnológica para sostenibilidad, yendo más allá de la de un proveedor de datos y basada en tres ejes fundamentales”, explica Minguela. En primer lugar, se refiere a los datos: “Tratamos de mejorar la calidad de los mismos, agregando distintas fuentes, limpiándolos y ampliando la cobertura a través de big data y machine learning”. En segundo lugar, menciona los módulos que ofrece la plataforma: “Más allá de la medición del riesgo, con metodologías innovadoras para la cuantificación de impacto, análisis climático...”. Y en tercer lugar, las herramientas: “Ofrecemos soluciones tecnológicas que integran estos datos y módulos de forma intuitiva, sencilla, y con un coste de integración muy bajo para nuestros clientes frente a alternativas tradicionales”.

Hechas las presentaciones, no está de más preguntar cómo encaja el impacto medioambiental con las finanzas. “Es importante destacar que el mercado actualmente mira a los criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) como una variable más dentro de su análisis de riesgo financiero, en este caso ligado a sostenibilidad”, puntualiza la CEO de lo que empezó como un proyecto empresarial en Harvard hace diez años. “En Clarity AI, nuestra ambición es que el impacto social y medioambiental sea visto por todos los sectores de la sociedad (inversores, empresas, consumidores, gobiernos, etc.) como una variable más allá de los valores puramente financieros”, enfatiza la ejecutiva. La compañía que dirige tiene cobertura mundial para cerca de 30.000 organizaciones, más de 215.000 fondos de inversión y cerca de 400 gobiernos nacionales y locales. Tal es su potencial, que el pasado 14 de enero BlackRock, la mayor gestora del mundo, entró en Clarity AI como accionista minoritario y se convirtió en su socio estratégico. Por supuesto, la pregunta es obligada: ¿ve interés en otras firmas financieras por invertir en Clarity? “Varias compañías financieras y fondos de capital riesgo han mostrado interés en invertir desde que empezamos. La bolsa alemana, por ejemplo, es uno de nuestros inversores también”, responde Minguela.

Cuenta que la propuesta de valor de su empresa está enfocada tanto al gestor de fondos como al inversor particular, y destaca dos innovaciones de su plataforma con respecto a lo que ofrecía el mercado hasta ahora. “Primero, la aplicación de inteligencia artificial y machine learning al tratamiento de los datos, lo que resulta en un proceso altamente escalable y en la mayor y más fiable base de datos sobre sostenibilidad existente en el mercado”, destaca como uno de los aspectos favorables de Clarity AI. “Segundo -recalca-, la innovación en metodologías científicas de medición de impacto (frente a las prevalentes metodologías de medición de riesgo relativo a sostenibilidad), que aporta una nueva e innovadora perspectiva al análisis de activos financieros”. Pero, en definitiva, como señala la propia Minguela, “las empresas más respetuosas con los criterios ASG en la actualidad son aquellas que quieren tener un impacto real en el medio ambiente y la sociedad”.