Madera, crecimiento en la economía circular

La superficie forestal se está reduciendo por el cambio climático y la mala gestión, pero la silvicultura sostenible puede proteger los bosques y proporcionar un sumidero de carbono, al tiempo que la madera, material renovable, reciclable y sostenible, ayuda a reducir la contaminación. De hecho una explotación forestal sostenible puede asimilarse a la tierra de cultivo, pues se replantan tres a cuatro unidades por cada árbol maduro cosechado. De esa manera es circular. Mientras el árbol aumenta de valor e históricamente es protector contra la inflación. Además las empresas propietarias de bosques contribuyen a la captura y almacenamiento de CO2 y la biodiversidad, hasta el punto de que las explotaciones forestales en Europa evitan 20% de las emisiones de CO2.

Además la madera se emplea para construcción y la residual para pulpa, material básico del embalaje y papel -en Europa se recicló en 2019 el 72% del papel- y las fibras a base de madera son aprovechables para compostaje. Al final de su vida útil se utiliza para generar energía, siendo la industria forestal neutra en emisiones de CO2, altamente autosuficiente por bioenergía.

A ello se añade que el uso de fibra de madera puede crecer frente a materiales menos respetuosos con el medioambiente. A partir de madera es posible producir biomateriales para suelas, pinturas y botellas, fibras de base biológica para neumáticos y piezas de automóviles. La viscosa, empleada en el vestido, utiliza un 90% menos de agua que el algodón y no genera microplásticos de poliéster en la lavadora. Además el cartón corrugado es la materia prima más importante para tablones reciclados. La madera, comparada con el plástico, cemento o hierro, requiere 10 a 15 veces menos energía para ser útil y es una posible sustituta de carburantes en transporte y productos petroquímicos.

En cualquier caso esta inversión está vinculada a la economía real. La demanda de madera se ve impulsada por el crecimiento demográfico y aumento del PIB per cápita, siendo destacable la fuerte demanda de fibra en emergentes, sobre todo Asia-Pacífico y especialmente China -mayor importador de madera del mundo-, que previsiblemente sea motor de crecimiento en 2021. Estas empresas se deben beneficiar de la rotación a acciones de valor con la recuperación global -muchas cotizan en el sector materiales e inmobiliario-. De hecho, con la pandemia, pedimos más en línea, comida a domicilio y bienes de consumo. Este fuerte crecimiento del comercio electrónico y la “guerra contra los plásticos” ha renovado el interés en derivados de madera para envasado y embalaje más robusto y biodegradable.