Los ‘chiringuitos’ o cómo reconocer sus métodos de estafa

La CNMV ha identificado a 283 entidades que actuaban sin autorización en España en lo que va de año. El regulador advierte que en épocas de crisis aumenta el riesgo de que un inversor sea estafado, aunque el año pasado nuestro país fue el primero en la lucha contra estos fraudes de toda Europa

Asabiendas de que lo lógico es pensar que uno está a salvo de una estafa porque es lo suficientemente inteligente como para darse cuenta, no se crean... hay inversores altamente cualificados que han sido engañados por lo que se denominan chiringuitos financieros. ¿Recuerdan el caso Madoff en EEUU? La estafa, basada en un esquema de Ponzi, alcanzó los 50.000 millones de dólares y, hasta la fecha, los medios estadounidenses calculan que ha sido la mayor de la historia. También se supo, años después, que la mitad del patrimonio que manejaba la firma Madoff Securities provenía de grandes hedge funds e inversores institucionales. Su método consistía, básicamente, en un esquema piramidal por el cual distribuía entre los antiguos inversores -a modo de rentabilidad- el dinero de quien ingresaba nuevo. Hasta que estalló la crisis financiera de 2008, hubo una avalancha de peticiones de reembolso y la trama se desenmascaró al no poder hacer frente a esta situación.

La moraleja de esta historia es que Bernard Madoff, que manejaba una enorme fortuna, comparte rasgos y un modus operandi de manual con cualquier otro chiringuito financiero, sea cual sea su tamaño y su origen. Pero ¿qué son exactamente? La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) los define como empresas que se dedican a gestionar dinero sin estar autorizadas por el regulador. Ni más ni menos, aunque en muchos casos utilicen el sello de la CNMV de manera fraudulenta, así que cuidado.

¿Cómo se les identifica? Según el regulador nacional se debe desconfiar si, para empezar, contactan con usted sin que lo haya pedido a través de llamadas o correos electrónicos. Sus comerciales suelen apelar a la confianza personal; pueden, incluso, ejercer cierta presión psicológica, tienen prisa para que invierta dinero y es posible que ofrezcan dar bonificaciones de entrada, algo raro en el mundo de la inversión. Además, existe una norma básica que no se debe perder de vista: altas rentabilidades sin riesgo no existen. Nadie da duros a cuatro pesetas, que se decía en el siglo pasado. Y esto es aplicable tanto a inversiones en bolsa como en todo aquello que le es ajeno (en filatelia, por ejemplo, o si no recuerden lo que sucedió con Fórum en 2006). Además, pueden no enviarle ningún documento físico sobre el que, a posteriori, pudiera reclamar. Las comisiones no suelen ser claras ni tampoco los gastos que cobran a los inversores. La CNMV recomienda “asegurarse” asimismo de que “los productos o acciones que ofrecen existen” y “no seguir realizando aportaciones si no logra recuperar el dinero inicial” en caso de que haya solicitado un reembolso. El organismo supervisor tiene abiertos canales directos para denunciar este tipo de prácticas.

Cruzada contra el ‘chiringuito’

La CNMV ha aumentado significativamente la presión sobre los chiringuitos financieros en el último año y medio. Sólo en 2019 el regulador nacional multiplicó por cinco las advertencias sobre estas firmas de carácter fraudulento frente a 2018. En total, solo el año pasado, la CNMV realizó 323 advertencias, frente a las 63 de 2018. En lo que va de 2020 – a día 20 de octubre–, acumula ya 283, camino de superar las del año previo.

De hecho, España destaca entre el resto de países europeos por su persecución a los chiringuitos con el acelerón que ha dado desde el año pasado. Prueba de ello es que en 2019 la mitad de todas las advertencias que se produjeron en los grandes mercados europeos provinieron de dos países: España, en primera posición, y Reino Unido (ver gráfico).

El presidente del máximo órgano regulador, Sebastián Albella, reconoció a comienzos del mes de octubre, con motivo de la celebración del Día de la educación financiera que, además, las crisis son caldo de cultivo para el surgimiento de los estafadores.”En estos tiempos una parte importante de la población está experimentando dificultades financieras. Por ello, hay que reconocer que la probabilidad de sufrir fraudes o estafas seguramente es algo mayor”, afirmó Albella.

La tecnología también facilita su proliferación. “En los últimos diez años, el creciente desarrollo de las tecnologías y los canales de comunicación digitales ha facilitado la aparición de nuevos métodos de fraude a travésde Internet y las redes sociales. Estos canales ofrecen fácil acceso a eventuales víctimas y facilidades de difusión a bajo coste”, reconoce la CNMV en su Informe Anual 2019.