¡Bienvenidos a la era de la ciberresiliencia!

El 27 de junio de 2017, un virus lanzó un extenso ataque contra un gran número de sitios web y de sistemas de información, en particular en Europa. El ransomware (tipo de software malicioso que secuestra los datos) NotPetya terminaría con un coste entorno a 10.000 millones de dólares según diversas fuentes. Al menos 2.000 empresas, entre ellas la Sociedad Nacional de Ferrocarriles de Francia, WPP o el laboratorio farmacéutico Merck, fueron víctimas del ataque. Saint-Gobain reconoció una pérdida de casi 250 millones de euros en su facturación, que se tradujo en 80 millones de euros menos en su resultado de explotación.

Recientemente, entidades como el Parlamento noruego, Tesla o la seguridad social italiana compartieron haber sido blanco de ciberataques. En el ciberespacio, la lucha a escala mundial por el control del petróleo de la economía digital, es decir, los datos, está en pleno apogeo, con variedad de ofensivas que abarcan desde el phishing (o robo de datos personales) hasta los ransomwares. Estos ataques se han intensificado este año, en particular, los dirigidos contra bancos, que se triplicaron durante el confinamiento, según Moody's.

La seguridad digital, un activo estratégico para las empresas desde la aceleración de su digitalización y la generalización del teletrabajo con la Covid-19, es actualmente un mercado en plena efervescencia, con un valor estimado de 43 trillones de dólares, según Canalys. Se prevé que el gasto mundial en software y servicios de seguridad digital alcanzará $125.000 millones este año y, crecerá anualmente a una media superior al 8% para superar los 170.000 millones en 2024, según IDC.

Se trata de una vigorosa tendencia estructural que nuestro equipo de gestión ha identificado, como evidencian por ejemplo nuestras inversiones en ZSCALER, líder en ciberseguridad en la nube, o en OKTA, líder de la nueva arquitectura denominada «Zero Trust Security». Junto con el cambio climático, el «riesgo cibernético» es uno de los grandes riesgos contra el que muchas empresas deben vacunarse y organizar sus defensas. Como siempre, nuevos riesgos implican nuevas oportunidades.