Para que el apocalipsis climático no nos alcance...

En el libro ¡Hagan sitio!, ¡hagan sitio! publicado en 1966, H. Harrison describe un mundo donde los océanos perecen y la fauna y la flora se extinguen como consecuencia de la industrialización. Una casta controla la producción de alimentos sintéticos y está dispuesta a todo para conservar el poder. La historia se desarrolla en 2022 en Nueva York. En los libros de ficción climática, tras el desbocamiento del recalentamiento climático, solo una reducida élite mundial logra sobrevivir en burbujas que recrean ecosistemas artificiales. La cli fi, o ficción climática en español, se adelanta a extraños proyectos como Crystal Island en Moscú, Arcosanti en Arizona o Masdar City en Abu Dabi, cuidad-laboratorio del desierto que experimenta soluciones verdes. Ahora bien, no faltan soluciones para luchar contra el cambio climático y salvar el planeta.

La COP 21 marca un punto de inflexión con la voluntad política de evitar el escenario apocalíptico descrito por la ciencia ficción. Los organismos internacionales y los jefes de Estado reajustan los planes climáticos mundiales. Por su parte, el universo financiero puede desempeñar una función decisiva en la orientación del capital hacia una economía de bajas emisiones de carbono. Las iniciativas se multiplican, como el Observatorio de las Finanzas Sostenibles (Lanzado con ocasión del Climate Finance Day a finales de octubre) o la Climate Action 100+, una coalición de inversores que promueven compromisos de colaboración con los mayores emisores de gases de efecto invernadero del mundo.

Con el fin de aportar nuestro grano de arena, hemos desarrollado junto con un experto independiente una metodología evolutiva Maturité Climat. Esta metodología, que gira en torno a la gobernanza climática, el compromiso climático y la transición justa, permite evaluar la trayectoria, medir el impacto climático y el esfuerzo de transición de las empresas. Este método exclusivo sirve de base para nuestra nueva estrategia de inversión de impacto climático, que permitirá la inversión en acciones cotizadas responsables de empresas implicadas en la transición climática. El objetivo de esta estrategia consiste en armonizar la temperatura de la cartera con la del Acuerdo de París, mediante una selección de sociedades pioneras, en transición o que aportan soluciones para los desafíos climáticos.