Covid y problemas laborales en el sector textil

En nuestros análisis de inversión, nos centramos en las cuestiones que resultan sustanciales para cada sector. En el caso de la industria textil, encontramos que las prácticas laborales y la gestión de las cadenas de suministro son dos de las áreas más importantes. Cuando se externaliza la producción, las empresas buscan proveedores en países con menores costes directos, que a menudo tienen también una regulación limitada en cuanto a protección de los trabajadores, cuyo cumplimiento puede ser además cuestionable. Los proveedores suelen depender de la empresa de ropa que les contrata, y tienen que adaptarse a la presión de precios. Estos dos factores aumentan el riesgo de deterioro de las condiciones de trabajo. Los salarios que cobran los trabajadores de la cadena de suministro se encuentran en muchas ocasiones muy por debajo de los salarios mínimos vitales estimados, y con demasiada frecuencia los colocan en el umbral de la pobreza.

Las empresas con proveedores transparentes reforzarán su licencia social para operar y potenciarán la imagen de su marca. Llevar a cabo un estudio eficaz de diligencia debida en toda la cadena de suministro resulta clave para identificar las áreas de alto riesgo en las que pueden llegar a surgir problemas por las condiciones de trabajo.

El efecto del Covid-19 desde el punto de vista social

Diversas marcas y cadenas de ropa cancelaron o pospusieron sus pedidos debido a los cierres obligatorios de comercios en todo el mundo a causa de la pandemia y a la drástica contracción de los flujos de ingresos. Las fábricas de los países productores se enfrentan a graves complicaciones para mantener sus negocios en funcionamiento, así como a una disminución en el volumen de pedidos. En Bangladesh, el segundo mayor exportador textil del mundo, los fabricantes perdieron más de 2.700 millones de euros en pagos por pedidos que ya se habían producido o para los que ya habían adquirido materia prima. Los trabajadores de los países productores de bajo coste han sido los más afectados, dada la ausencia de sistemas robustos de protección social en estos mercados. Se encuentran más expuestos a la pérdida repentina del empleo, la falta de indemnizaciones por despido y las graves deficiencias de sus sistemas de seguridad social y seguros de salud.

Abordar estos retos a través de la interacción

Nuestra labor de interacción con la industria de la confección se desarrolla en colaboración con otras instituciones financieras, a través de la plataforma Platform Living Wage Financials (PLWF). Se trata de una alianza de 15 entidades financieras, en su mayoría neerlandesas, con 2,6 billones de euros en activos bajo gestión, cuyo objetivo es la mejora de las condiciones en el sector de la confección textil, que depende en gran medida de trabajadores mal remunerados. Esta plataforma se creó hace varios años, y ha demostrado su valor durante la pandemia.

Por ejemplo, en el primer semestre del año, enviamos una carta a nuestras participadas solicitándoles que gestionen la crisis del Covid-19 de forma responsable en toda su cadena de suministro, pidiendo prudencia financiera, niveles adecuados de seguridad e higiene y proteger los derechos de los trabajadores en toda la cadena de suministro

Conclusiones de nuestra evaluación anual del salario mínimo vital

Uno de los elementos clave del trabajo de interacción a través de la PLWF consiste en la evaluación anual de cómo nuestras empresas participadas promueven el pago de salarios dignos a lo largo de sus cadenas de suministro. Los miembros del grupo de trabajo Garment and Footwear, presidido por Robeco, han concluido la evaluación de 29 empresas y han publicado los resultados en esta página web (https://www.livingwage.nl/2020-assessments-results/).

Los resultados muestran que se están produciendo avances en la comprensión de la importancia que reviste el pago de salarios mínimos vitales dentro de la industria. El reto principal es cómo cerrar la brecha entre los compromisos que están asumiendo las marcas y las medidas que realmente se están adoptando sobre el terreno. A pesar de la aceptación de la necesidad de elevar los salarios mínimos vitales, ninguna de las empresas evaluadas había establecido procesos para garantizar el pago íntegro de salarios dignos en sus propias operaciones y cadena de suministro.

El análisis y la información obtenida a través de nuestra interacción sobre asuntos como mano de obra y cadena de suministro se integran en nuestro proceso de toma de decisiones de inversión para los sectores de confección y comercio minorista, ya que se consideran aspectos sustanciales.

Un ejemplo de ello es el caso de una gran cadena de bricolaje. Nuestras conversaciones acerca de las prácticas laborales en el conjunto de las operaciones de la empresa resultó de gran importancia para el gestor de la estrategia RobecoSAM de igualdad de género. El Covid-19 tuvo un efecto positivo sobre las ventas de la compañía, que aumentaron debido a que la gente dedicaba más tiempo a hacer mejoras en sus casas. Sin embargo, la empresa cuenta con una amplia base de empleados que trabajan en sus tiendas, incluidos muchos trabajadores inmigrantes y mujeres trabajadoras, con elevadas tasas de rotación. Analizamos con la empresa su forma de gestionar las plantillas, con el fin de garantizar la igualdad de oportunidades para todos los empleados de diferentes categorías profesionales, un componente importante de la puntuación RobecoSAM de igualdad de género.

Otro ejemplo es nuestra interacción con dos empresas de ropa, que constituyen importantes posiciones de nuestras estrategias de tendencias de consumo. Ambas empresas integran las mejores prácticas en sus respectivos segmentos de negocio (ropa deportiva/de lujo), lo que dio lugar a comentarios positivos en el componente de integración ASG de los argumentos de inversión, y eso incidió positivamente en el razonamiento que llevó a mantener estas empresas en la cartera.

Las empresas tienen que pasar del compromiso a las mejoras tangibles

Es necesario mejorar la disponibilidad de datos, para que las empresas puedan comprender mejor los niveles salariales de sus proveedores y cuál es su correspondencia con los salarios mínimos vitales de referencia.

Además, es importante que las marcas apuesten por prácticas más sostenibles, estableciendo relaciones a largo plazo con sus proveedores, de manera que puedan tener más en cuenta el coste de mano de obra en sus operaciones de abastecimiento. También debería existir un diálogo social que garantice la libertad de asociación de los trabajadores y los convenios colectivos como instrumentos para impulsar mejoras salariales tangibles.