La salud, un nuevo desafío geopolítico

Las elecciones presidenciales de USA siempre han sido una tribuna ideal para prometer el descenso en los precios de los medicamentos. “Es como esos sueños deliciosos que no dejan al despertar más que la tristeza de haber creído en ellos”, escribió Molière en El enfermo imaginario. Promesas sin mañana, desastrosas para millones de estadounidenses y angustiosas para los inversores. En 2016, el sector de la salud registró un deslucido comportamiento cuando Donald Trump se alzó con la presidencia. La historia no siempre se repite, y 2020 no es 2016.

Hoy en día, la salud representa un nuevo desafío geopolítico. Además, los mercados vuelven a descubrir las ventajas de este sector que es capaz de superar en rentabilidad a los índices a largo plazo. El sector se beneficia de un crecimiento estructural impulsado por el envejecimiento de la población, y por la emergencia de la clase media en muchos países.

La extraordinaria capacidad de innovación de este sector permite vislumbrar un futuro prometedor y constituye un motor de crecimiento estructural. Las barreras de entrada, sobre todo en términos de presupuesto de investigación, son lo suficientemente elevadas como para proteger los márgenes de beneficios. El sector puede ofrecer a los inversores un perfil de riesgo-rentabilidad muy atractivo.

Las grandes crisis provocan cambios profundos. Todavía es pronto para conocer con precisión el alcance del impacto de la Covid-19. Ya detectamos tres consecuencias de calado. Los sistemas de salud, que se han visto sometidos a una enorme presión, han puesto al descubierto lagunas y, sin duda alguna, el gasto sanitario aumentará, sobre todo en equipos hospitalarios. EEUU, que destina en la actualidad un 16% del PIB a su sistema de salud (China un 5% hasta la fecha), ha anunciado un plan de refuerzo adicional de 130.000 millones de dólares. Las autoridades sanitarias, como la FDA (Food and Drug Administration) estadounidense, también implementarán políticas de apoyo a la investigación, lo que promete una revolución en el sector biotecnológico.

Desde hace muchos años, invertimos en sectores con visión de futuro, en sólidos ejemplos de crecimiento como AstraZeneca, Novo Nordisk, Thermo Fisher, Sartorius Stedim o Vertex. Un atractivo universo de inversión, una fuente de oportunidades y rentabilidad para los encargados de la selección de valores (stock-pickers) que adoptan un riguroso enfoque y los ahorradores. Pero, ante todo, para los pacientes.