El hombre que resolvió el mercado

En The Man Who Solved The Market: How Jim Simons launched the quant revolution, Gregory Zuckerman, periodista de The Wall Street Journal, nos narra el nacimiento y evolución de Renaissance Technologies, firma de inversión cuantitativa fundada por el matemático Jim Simons, cuyo fondo Medallion obtuvo una rentabilidad anualizada del 66% hasta verano de 2019 antes de comisiones, sin ningún año en pérdidas a lo largo de 30 ejercicios.

Superó, de esta forma, el 20,5% obtenido por la firma de Warren Buffet entre 1965 y 2018, el 29% del fondo Magallanes de Peter Lynch (entre 1977 y 1990) o el 32% de George Soros (entre 1969 y 2000).

Incluso durante la gestación de la crisis financiera en el año 2017 Medallion llegó a perder 1.000 millones en una semana, 20% de sus activos, pero obtuvo una rentabilidad del 86% ese año. Sin embargo, la rentabilidad de muchas otras firmas de inversión cuantitativa no fueron mejores que las de análisis tradicional.

Los empleados, con derecho a invertir en Medallion, han sido los mayores beneficiarios, además del fundador, cuya fortuna está valorada en aproximadamente 23.000 millones de dólares. La compañía ha llegado a dar empleo a 250 personas, incluyendo 60 doctores, expertos en inteligencia artificial, física cuántica, lingüistas computacionales, estadísticos y teóricos, así como científicos y matemáticos, ajenos a la banca tradicional.

“A Simons le motivaba resolver grandes problemas y generar mucho dinero”, señala el autor. Recabaron millones de datos históricos de cotización de materias primas, bonos y divisas y descubrieron “factores imposibles de apreciar para muchos, ineficiencias complejas que se encuentran ocultas en código”.

Pronto, para generar previsiones, siguieron noticias, post de Internet, cientos de métricas financieras, medios sociales, barómetros de tráfico en línea y cualquier cosa cuantificable. El empleo de ecuaciones diferenciales estocásticas y modelos de Markov, formaban parte de sus herramientas. Según el autor una lección de Reinassance es que hay más variables que influyen en los mercados de lo que los inversores pueden deducir.

“Hacemos dinero con las reacciones de la gente a movimientos de los precios...realmente estamos modelando la conducta humana”, reconoció uno de los empleados de la firma. Aunque los beneficios solo se conseguían en algo más de 50% de las operaciones -algo que para el autor es “indicativo de lo difícil que resulta batir al mercado y lo estúpido que es para muchos inversores intentarlo”-, fue estadísticamente consistente combinado con apalancamiento.

Renaissance ha sido pionera en inversión cuantitativa, logrando que los ordenadores aprendan por sí mismos. Pero, a diferencia del hedge fund LCTM, que incluía los Nobel Scholes y Merton, que quebró a finales de la década de los noventa, en Renaissance nunca creyeron que sus modelos reflejaban la realidad, solo algunos aspectos. Simons creía en el trading automatizado, pero en mercados inestables no confiaba enteramente en su sistema.

Además, comprendió que los perdedores al otro lado de sus transacciones probablemente no eran los inversores individuales de “comprar y mantener”. “Los inversores tradicionales seguirán prosperando, especialmente aquellos de largo plazo, periodo que los inversores de algoritmos tienden a evitar”, concluye el autor de The Man Who Solved The Market. Ya lo dijo el economista Daniel Kahneman: “Nadie jamás ha llevado a cabo una decisión basada en un número. Necesitan una historia”.