Altia celebra una década en BME Growth
con alzas del 760%

La compañía gallega especializada en servicios de consultoría fue la décima firma en debutar en el antiguo MAB y la primera que empezó a retribuir a sus accionistas. Su objetivo es seguir aumentando en número de clientes en los países donde ya se encuentra.

Enfocada en grandes proyectos de tecnología de la información, especializada en servicios de consultoría y con presencia en más de siete países, cuesta creer que Altia arrancara su andadura en 1994 con seis trabajadores que compartían una única cuenta de correo electrónico. Veintiséis años después, esta empresa, que viene a ser la versión mini de un Indra o un Everis (capitaliza 155 millones) cuenta con una plantilla de 2.200 personas (ingenieros de telecomunicaciones, físicos, matemáticos). Es el inconformismo lo que la ha llevado a firmar una trayectoria de crecimiento.

El gran hito de la compañía gallega, del que se acaban de cumplir diez años, fue su estreno como cotizada en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) -desde hace unos meses, renombrado como BME Growth. Lo hizo a un precio de 2,72 euros, lo que implica una revalorización del 760% hasta los niveles actuales, en torno a los 23 euros. La operación les sirvió para comprar un centro de datos de Vodafone e introducirse en el mundo de los servicios gestionados. “No llegamos por una necesidad de captar dinero. Pero es cierto que vimos una oportunidad de mandar un mensaje de empresa en expansión, con ambición por crecer y con unas cuentas claras”, explica su presidente, Tino Fernández. Reconoce que cotizar no garantiza la firma de un contrato, pero es un atributo que suma. Y aunque no acierta a cuantificar cuánto ayudó la salida al mercado, sí señala que la facturación ha pasado de 17 millones de euros en 2010 a los 130 actuales. “Lo resumo así: lo volveríamos a hacer. Hay muchas maneras de que las empresas crezcan y se financien, y esta es una buena forma”, sentencia.

Con aquel estreno bursátil Altia se convertiría en la décima firma del MAB y la primera en pagar dividendo. Una retribución con un payout (porcentaje del beneficio destinado a dividendo) del 30% al que Fernández admite que nunca se ha comprometido como tal, pero que no ha dejado de pagar ni un solo año, ni siquiera éste por la pandemia. “La idea de retribuir al accionista se mantendrá, da atractivo al valor. Pero si un año no lo hacemos, queremos estar libres”. En cuanto a su trayectoria reciente en el parqué, en 2020 el valor solo se anota un 1,8% (el índice Ibex Growth Market 15, que agrupa a los 15 valores más líquidos de BME Growth, incluida la propia Altia, se revaloriza un 45%).

Atravesaron momentos difíciles a raíz del escándalo de Gowex en 2014, que también afectó al resto de compañías del MAB. “Con Gowex se cuestionó todo el ecosistema y lo vivimos con preocupación. Pero sirvió para que el propio MAB ajustase normas”, asegura. Desde 1996 a Altia no le han faltado ofertas de compra, pero la idea de la compañía siempre fue la de desarrollar un buen proyecto al que, según Fernández, “aún le queda recorrido”. Y en un sector en plena efervescencia, en especial en lo relacionado con la nube, la gestión de datos, ciberseguridad, comercio electrónico, robótica o automatización de procesos, “tenemos la oferta para estas líneas de trabajo y existe una demanda de calidad que se suma a la que ya había”, destaca.

¿Saltar al Continuo?

Aunque a día de hoy empezar a cotizar en el Mercado Continuo no es algo que esté sobre la mesa ni por free float ni por estructura accionarial (el presidente y su entorno controlan en torno a un 81% y el empresario indio Ramchad Bhavnani y personas asociadas, un 12%), Fernández no descarta que pueda plantearse en el futuro. “Quizá realicemos una ampliación de capital reservada solo a nuevos inversores” para cambiar la base accionarial actual, apunta Fernández. Pero para ello, el primer paso sería dejar el fixing (que implica que sus títulos se negocian solo en dos subastas cada día) y pasar a negociarse en el mercado abierto de BME Growth. Por el momento, esto no está aprobado ni en estudio. “Teniendo en cuenta más el negocio que la cotización, nuestro proyecto es seguir creciendo. Será el aumento de tamaño de la compañía y de los países donde tenemos presencia lo que va a venir acompañando”. El posible salto al Continuo, pronostica, “lo veo más como una consecuencia”.