Tina Vandersteel, Jefa del equipo de deuda de países emergentes de GMO: “Al precio correcto, invertir en un país que ha impagado puede ser una oportunidad fabulosa”

Con la aversión al riesgo que ha provocado el coronavirus, los diferenciales en la deuda emergente se han disparado y, en este contexto, desde la gestora norteamericana GMO consideran que hay una clara oportunidad en este activo y han lanzado un producto para los inversores ‘retail’ en Europa.

La gestora norteamericana GMO acaba de lanzar su fondo GMO Emerging Country Debt UCITS Fund para inversores retail con unos activos bajo gestión de 200 millones, en un momento complicado, pero en el que para Tina Vandersteel, jefa del equipo de deuda de países emergentes de GMO, hay una clara oportunidad en la deuda emergente.

Con el entorno actual del mercado tan complicado, ¿están los clientes interesados en invertir en deuda emergente?

Sí, GMO es conocida como una gestora centrada en el value. Por lo tanto, tendemos a atraer a inversores que están orientados a este tipo de inversión y que ven las ventas como una oportunidad. Hay que reconocer que el entorno actual trae unos retos fundamentales que son nuevos, pero tras 30 años invirtiendo en deuda emergente hemos visto prácticamente de todo.

¿Sus clientes están más preocupados por la recesión o con respecto al ritmo de la recuperación?

Centrándonos en el largo plazo, intentamos que entiendan la ecuación rentabilidad riesgo en torno a la importante cuestión de pago de intereses o el default y la restructuración. Normalmente tenemos uno o dos impagos al año de deuda soberana, pero probablemente este año veamos más. Al precio correcto, invertir en deuda soberana en la que ha habido un impago puede ser una oportunidad fabulosa a medida que el país sale a flote.

¿Cuál es su política con respecto al riesgo por el tipo de cambio? ¿Siempre se invierte en dólares?

En el caso de nuestros fondos denominados en dólares, incluyendo los UCIT [los que tienen pasaporte europeo] en términos generales sí. De forma ocasional, si pensamos que tener una exposición a cierta divisa ofrece una rentabilidad/riesgo atractiva podríamos no hacerlo, pero es algo que hacemos rara vez ya que creemos que hay oportunidades que son más fáciles de ver.

Según los índices de ‘Bloomberg’, la deuda emergente en dólares da una rentabilidad del 6,8%, frente al 4,5% del inicio del año. ¿Lo ven como una oportunidad?

Sí. Recientemente hemos hecho un ejercicio en el que estresamos los fundamentales de los países de manera severa para estar seguros de que el diferencial de crédito aún compensa unos fundamentales más débiles.

¿Cuáles son los países que están en una situación más complicada? ¿Dónde ve los mayores riesgos?

Los países que tienen en precio un default a corto plazo o un riesgo de reestructuración son Argentina, Zambia y Ecuador. Y Líbano impagó recientemente. Por otro lado, hay una serie de países con bonos distressed, incluidos Suriname, Belize y Angola. Yo diría que el mayor riesgo está en aquellos países en los que los precios no han reflejado el riesgo de default ante las perspectivas económicas actuales.

¿Cuál es su visión con respecto a la deuda China?

La deuda soberana china ofrece un diferencial muy pequeño. Pensamos que es divertido que desde un punto de vista de clasificación, la deuda del país en dólares sea considerada emergente. Es lógico en el caso de la deuda en moneda local, puesto que es un mercado emergente caracterizado por la dificultad de acceso para los extranjeros. En cambio, la deuda en dólares está asociada normalmente con un riesgo de default y el de China es muy pequeño porque tiene muy poca deuda de este tipo. En los propios prospectos de las emisiones, solo hay un factor de riesgo, los tipos de interés, algo muy distinto de lo que suele suceder en un emisor típico que incluye riesgos políticos, económicos y otros. Tanto China como nosotros estamos de acuerdo en que no es un mercado emergente en el sentido tradicional.

¿Por qué recomendaría a sus clientes invertir en emergentes en lugar de en países desarrollados?

En la historia moderna de la inversión en bonos emergentes, que arrancó a comienzos de los 90, el diferencial que se captura restándole las pérdidas por default han sido generosas, más que en otros tipos de activos como el grado de inversión o el high yield. Además, el deudor no está relacionado con el principal activo de riesgo en los porfolios de los inversores -las acciones- de la forma en la que lo está la deuda corporativa.