La seguridad está en los valores defensivos, pero la oportunidad en los castigados

En pleno crash, elEconomista realizó una macroencuesta entre 53 casas de análisis y gestoras para preguntarles cuál era su visión del mercado y qué recomendaban hacer en las carteras. Nunca habíamos puesto en marcha un sondeo de tal envergadura. Los resultados arrojaron una relativa unanimidad en varias cuestiones. La primera, que el peor momento para el mercado o bien lo habíamos visto ya o bien lo veríamos antes de julio. La segunda, que en renta variable era momento de fijarse en tecnológicas (robotización, big data, inteligencia artificial), así como en farmacéuticas y en empresas ligadas al consumo. Cuando, semanas después, volvimos a interrogar a los expertos por este mismo tema, sus respuestas no habían cambiado sustancialmente.

En el caso de las tecnológicas, es obvio que es este el sector en el que se ha apoyado el rebote en Wall Street, hasta el punto de que el PER (número de veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción) del Nasdaq 100 se ha disparado más de un 34% en cuatro semanas, hasta las 25 veces, devolviendo los multiplicadores de las FAANG (Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Alphabet) a niveles previos a la corrección causada por el Covid-19.

Pero, más allá de los valores defensivos en los que posicionarse hasta que el mercado se recupere, los expertos también advierten que, dejando de lado las compañías de crecimiento (growth) es momento de mirar a aquello que está más castigado en busca de valores con buenos fundamentales que han sido excesivamente machacados; ahí están las oportunidades. Esto, a la espera de que el mundo regrese a la normalidad, o a algo parecido a ella. Cuándo se producirá ese regreso es imposible de predecir. Un informe de la consultora McKinsey & Company traza diferentes escenarios, y da más probabilidad a dos de ellos. En el más positivo, recuperamos esa normalidad global a finales de 2020; en el más cauto, lo hacemos en el tercer trimestre de 2022 (en el caso de la UE, en el tercer trimestre de 2023, ¡y con una caída del PIB del 9,7%!).

El mercado quiere ver el final del túnel, pero los temores por el coronavirus siguen bien presentes. Incluso aunque se contenga la pandemia, existe la duda de que volvamos a vivir algo similar una vez que se vaya relajando el confinamiento. La última encuesta de Bank of America Merril Lynch -correspondiente a marzo y publicada a mediados de abril- mostraba que el principal temor de los gestores no es el impacto del coronavirus en las cifras de las compañías, ni el frenazo al crecimiento mundial. Lo que más les preocupa es la posibilidad de que el mundo sufra una segunda oleada del Covid-19 que provoque una recesión más profunda y dificulte la reactivación de la economía. Un 57% de los gestores situó este riesgo como el principal para sus carteras. En segundo lugar situaron el temor a un evento inesperado en el mercado de crédito, lo que da fe de su miedo a las cada vez más anémicas rentabilidades de la renta fija.