Las hipotecas variables suben un 60% más

El 4 de mayo el BCE podría anunciar una nueva subida de tipos de interés y hay que ver como reacciona el Euribor si sube o comienza una posible bajada a finales de año.

La subida del euríbor durante los últimos meses del año 2022 y los primeros meses de 2023 ha provocado que todos aquellos hipotecados que tuvieran firmado un crédito hipotecario a tipo variable estén pasando por momentos de incertidumbre e inquietud financiera. Lo que se ha traducido, en consecuencia, en un fuerte golpe a las economías domésticas, las cuales están lidiando estos meses tanto con la inflación como con las subidas hipotecarias.

“Los hipotecados que hayan tenido que revisar su hipoteca variable en el mes de abril han tenido que pagar un 60% más de cuota mensual que hace justo un año” apunta César Betanco, experto hipotecario de Hipoo, quien asegura que “pese al frenazo que dio el euríbor hace unas semanas debido a la inestabilidad de los mercados financieros, su ascenso ahora es tímido pero firme. Puestos a comparar, para confirmar esta subida no hay más que ver que el euríbor en abril de 2022 se encontraba en un 0,013% y, a día de hoy, y de media provisional en el mes pasado, estaba en un 3,66%. Los números hablan por sí solos”,

Los expertos señalan que es muy difícil aventurar el futuro del euríbor en los próximos meses dadas las circunstancias, “pero lo que sí deja entrever la situación actual es que muy posiblemente se llegue a cotas cercanas al 4%”, afirma Betanco. También asegura que habrá que estar muy atentos a la próxima reunión del Banco Central Europeo, que se celebra el 4 de mayo, y donde se podría dar una nueva subida de tipos. En ese caso, habría que ver cómo reacciona el euríbor a dicha subida, si sigue subiendo como los tipos, o comienza un camino distinto de estancamiento enfocado en una posible bajada a finales de año”, concluye.

La concesión de hipotecas empieza a ralentizarse, aunque hay que destacar que la traslación real al mercado se está produciendo de forma paulatina, ya que el primer descenso oficial causado por el cambio en la política monetaria llega siete meses después de la primera subida de tipos. Así, el pasado mes de febrero se firmaron 35.900 hipotecas, lo que supone 23 meses consecutivos superando las 30.000 concesiones a pesar de las cinco alzas de tipos hasta esa fecha. “Aunque los datos de firmas ya no son tan abultados como los de los meses anteriores, el hecho de superar las 35.000 hipotecas nos devuelve plenamente a la normalidad con niveles prepandemia del 2019. Siguen siendo datos muy positivos que indican que el mercado hipotecario continúa fuerte y estable”, explica María Matos, directora de Estudios de Fotocasa.

Estos datos reflejan una leve ralentización de la premura de la ciudadanía para sortear el endurecimiento de los préstamos. En febrero el Euríbor ya superó el 3,53%, y por lo tanto la negociación de los compradores con las entidades bancarias se hacía cada vez más complicada. En estos momentos los bancos aún presentaban tipos relativamente atractivos pero muy cambiantes por las subidas diarias del Euríbor. Sin embargo, esta cifra de firmas significa un gran hito a pesar de encontrarse en plena vorágine de escalada de tipos”, apunta María Matos. En el inmobiliario ya se ha detectado una moderación en la demanda de compra de vivienda. El 60% de los compradores se han visto afectados por el cambio de política monetaria y el 24% se han visto obligados a paralizar el proceso de adquisición de vivienda al considerar que las condiciones hipotecarias han dejado de ser atractivas, según un análisis de Fotocasa Research. Sin embargo, el informe señala que también hay una parte muy importante de compradores que continúan cerrando acuerdos con las entidades financieras para poder comprar la vivienda antes de un encarecimiento mayor.

De hecho, donde se detecta un mayor cambio es en la subida del tipo de interés de las hipotecas sobre viviendas, que se sitúa en el 2,86%, siendo su valor más alto desde mayo del 2017. También, sigue descendiendo el volumen de hipotecas a tipo fijo, que cae al 65% tras haber alcanzado su máximo en abril de 2022 con un 75%. Sin embargo, en un escenario en que el Euríbor aumenta diariamente, por encima del 3,5%, no es de extrañar que la mayoría de las hipotecas se sigan firmando a tipo fijo. Muchas familias prefieren cerrar una hipoteca a tipo fijo que enfrentarse a un encarecimiento de la cuota en un futuro. “La estrategia de las entidades financieras de abaratar las hipotecas variables y endurecer las fijas, ya está teniendo resultados. Los de estos meses serán prácticamente los últimos créditos que se firmen a tipo fijo y se espera que haya un cambio en la tendencia todavía más acusado. Aunque también se observa cómo afloran variedades como las hipotecas mixtas, que se está convirtiendo en el producto estrella de los bancos.

“De hecho, si nos fijamos en las novaciones hipotecarias, vemos que el cambio más impactante es que el porcentaje de hipotecas a interés fijo aumenta del 13,5% al 46,7%, mientras que el de hipotecas a interés variable disminuye del 85,4% al 52,1%. Este es un reflejo de la preocupación de los ciudadanos por la subida del Euríbor”, explica María Matos.

“A pesar del brusco encarecimiento de los créditos, todavía no se detecta que un gran volumen de hipotecados a tipo variable esté solicitando acogerse al plan de Buenas Prácticas de las entidades bancarias, más bien, la demanda es muy escasa. Según el estudio de Fotocasa Research, solo el 8% de los hipotecados han solicitado o van a solicitar adherirse al plan. Una de las razones es porque existe un gran desconocimiento entre los propios hipotecados. Otra de las causas podría deberse a que las entidades están negociando con los clientes antes de ofrecerles la unión al acuerdo. “Se prevén más subidas por parte de Christine Lagarde hasta verano, lo que empujará el Euríbor al alza, que ya ha presentado la mayor subida de los últimos 15 años y se dirige hacia el 4%. Sin embargo, la crisis bancaria del último mes ha logrado moderar el comportamiento del índice y retrasar, por ahora, el alcance del 4%. En estos momentos se erige un nuevo escenario de posible recesión en la economía europea, por lo que la hoja de ruta del BCE tendrá que añadir este nuevo factor a la ecuación. Esto obligará a que posiblemente las próximas subidas ya no sean tan acusadas como se esperaba.