Se construyen 5.500 millones de metros al año en el mundo

Equivale a construir una ciudad de París cada semana. ¿Tendríamos suficiente madera para ello? El sector debe de pasar del convencimiento al compromiso en sostenibilidad.

El 2023 es el año de la sostenibilidad, pero nos preguntamos si el sector inmobiliario está comprometido con la sostenibilidad. ¿Cuántos metros cuadrados construidos tenemos en el mundo de techo para cualquier actividad vinculada con un espacio construido y cuánto construimos cada año?

“Tenemos más de 250.000 millones de metros cuadrados construidos en el mundo, que es una auténtica salvajada y estamos hablando de prácticamente construir unos 5.500 millones de metros nuevos cada año. Eso es como construir una ciudad de París cada semana en el mundo. ¿Os imagináis tener que construir una ciudad de París con madera cada semana? Sería imposible, no tendríamos suficientes bosques para poder construir todo eso. Por ello, es necesario hablar del compromiso del sector para alcanzar los objetivos europeos y mundiales 2030 y 2050, está claro cuando ponemos las cifras sobre la mesa. Se tiene que plantear ante la necesidad de respetar al planeta como uno de nuestros vectores de interés cuando actuamos a nivel profesional. Sin embargo nos queda un largo recorrido para alcanzar los objetivos 2030-2050. Somos conscientes y nuestra obligación está en que esa consciencia de acción tome un camino con posibilidades” declara Marc Basany, CEO de Eco Intelligent Growth y Product Manager del Grupo Construcía.

Actualmente todo lo relacionado con la eficiencia energética cobra más sentido especialmente si el ahorro energético significa también una disminución de nuestra dependencia de combustibles fósiles.

Esto unido a otros factores como la sensibilización con el Cambio Climático, los compromisos para alcanzar los objetivos europeos y mundiales 2030 y 2050, con el foco situado en los ODS de Naciones Unidas y los objetivos del Acuerdo de París de mantener el incremento de temperatura media en el planeta por debajo de los 2ºC respecto a los niveles pre-industriales (tomando como referencia en realidad el año 1990), nos deja claro la importancia de la Sostenibilidad como un objetivo a buscar hoy en día en todas las áreas de nuestra sociedad y más en concreto en el sector de la construcción y el desarrollo inmobiliario, responsable de más de casi el 37% de las emisiones mundiales cuando no es más de un aproximado 10% en el PIB mundial.

El sector inmobiliario está avanzando cada vez más hacia la sostenibilidad y está dando importantes pasos para hacer un parque inmobiliario eficiente (edificios con menor demanda de energía y uso de energías renovables) y respetuoso con el medio ambiente. Muchas de las empresas ya cuentan con planes estratégicos en los que se priman estos aspectos. Las promotoras empiezan ya a registrar su huella de carbono y entre los planes de las compañías está mitigar y compensar su huella de carbono. Y también está por delante el reto, no menor, de la circularidad y la gestión de residuos.

“Creo que el sector está convencido, pero tiene que llegar a comprometerse. Nosotros en Grato brindamos la ayuda desde la parte de fabricación. Trabajamos con la madera y nuestra cultura es tener un negocio que sea sostenible y esto es uno de los principales valores que podemos y debemos aportar a la sociedad, pero creo que el sector promotor debe de pasar del convencimiento al compromiso intentando con técnicos, proveedores y todos los que intervienen en la cadena de valor llegar hasta un punto en el cual nos encontremos ya sólidos y cómodos con los costes ajustados y que podamos dar en nuestros edificios unas certificaciones homologadas a nivel internacional teniendo la tranquilidad de que esto no es un sobre coste, sino que es un sobre confort”, Vicente García Barres, director general de Grato.

En septiembre de 2015 se pusieron en marcha las 17 medidas de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y desde entonces ya han pasado ocho años y todavía nos estamos preguntando que va a pasar con los objetivos 2030.

“No cabe duda de que se han dado pasos adelante y es verdad que todo tiene que tener una justificación de rentabilidad tanto para constructores, fabricantes, promotoras, estudios de arquitectura, etc. Todo tiene que ser viable. Este año se aprobó la nueva directiva de información corporativa en cuanto a sostenibilidad y este quizás pueda ser el empujón que obligará a las empresas a ponernos el mono de trabajo en la sostenibilidad, porque esto llevará un tiempo de transposición a las normativas nacionales y a partir de 2024 vamos a tener auditorías y a rendir cuentas no solamente de los trimestres de IVA y financieras, sino que vamos a tener que mostrar una transparencia en cuanto a los datos de la producción de gases de efecto invernadero, huella de carbono que se emite o que genera cada sector al que nos dedicamos. Entonces queramos o no, la rueda está en marcha y hay que intentar poner las bases para este desarrollo”, explica Fernando Magro, Technical Manager en All Iron RE.

El problema que ven los expertos en materia de sostenibilidad es que esto no funcionará y no se lanzará hasta que sea obligatorio o sea rentable. “La situación que tenemos con el tema de la sostenibilidad la equiparo a cuando hay un incendio en la oficina y ves a la gente tecleando, esa es la sensación que tengo yo. Hay unos objetivos donde en 2026 empiezan a grabar los combustibles, subirá la energía otra vez y en 2030 tenemos que haber bajado un 40% nuestras emisiones y no estamos tomando medidas. Creo que el primer enemigo y el primer paso es el desconocimiento que hay sobre lo que es sostenible y lo que no lo es. Hoy por hoy, no es rentable ser sostenible, requiere de una mayor inversión cuando tú construyes, si hubiera incentivos como hay en otros países fuera de España y sale rentable, las cosas se harían bien. Por último, también vemos que hay una carencia de medios técnicos e industriales para ser sostenible”, asegura César Frías, socio director en Morph Estudio.

Uno de los requisitos que te ponen hoy las entidades bancarias para dar financiación es que las promociones tengan calificación A o B. Hay que saber que es sostenible y que no, porque la calificación B es obligatoria hoy en día y la A te garantiza que consumes un 20-30% menos sobre un consumo que representa entre el 50% o 60% del consumo de un edificio, pero también los materiales consumen y el demoler el edificio o mantenerlo. Luego si solo te ciñes al consumo del edificio es solo una parte, pero es que además del consumo del edificio el 50% son los electrodomésticos sobre los que no se está valorando y sobre el 50% que resta, el 50% es el agua caliente sanitario por lo que aún hay mucho desconocimiento sobre lo que es sostenible

En cuanto a los promotores, Marta López Camarero, técnico en Proyectos y Sostenibilidad de Metrovacesa asegura que “por nuestra parte sí que hay un compromiso muy fuerte y tenemos establecidas unas estrategias a nivel de compañía. Pero es verdad que cuando vamos a los proveedores, constructores etc., cuesta mucho llevar a cabo ese concepto de lo que es sostenible y creo que la palanca de cambio va a ser la financiera y la normativa”. Además, “la taxonomía va a ser al final el marco europeo que más va a marcar las pautas de si una inversión es sostenible o no, y ya hay unidades de medidas. Esto es lo que va a impulsar esas inversiones y nos va a permitir a los promotores incorporar sobre costes y a lo mejor en un futuro si empezamos todos a trabajar y si tenemos esos incentivos económicos podremos llegar a lograr mayores cambios. Yo creo que hay muchísimo trabajo por hacer y creo que hay mucho compromiso, todos estamos por la labor intentando trabajar dentro del sector, pero faltan medios y falta la vía económica”.

¿El cliente demanda a la hora de comprar una vivienda que sea sostenible? “Lo que vemos hasta ahora es que el cliente exige un ahorro económico en su vivienda con todo lo que ha pasado de la guerra de Ucrania y la subida de los costes de la energía y lo que nos demanda es un ahorro energético en su vivienda, que los costes de sus viviendas sean mucho más baratos. Es aún poco habitual que los clientes que nos van a comprar las viviendas nos demanden sostenibilidad y entiendan que ese palabra que todo el mundo tiene hoy en la boca no es solo por el medio ambiente, sino también tiene un factor social y un factor de calidad de tu vivienda y no solo ahorro de energía”, declara Marta López.