
Las nuevas generaciones tienen mucho que enseñarnos sobre ESG
La Cumbre del Clima de las Naciones Unidas (COP26) del año pasado reafirmó una realidad que conocíamos: el ESG tiene que ser una parte integral de todos los planes de negocio de las compañías, que deben pasar a la acción. El sector inmobiliario tiene la responsabilidad de trabajar conjuntamente con sus respectivas cadenas de suministro, clientes, usuarios finales y futuros ciudadanos para definir cuál será la hoja de ruta del ESG del mañana.
En Hines, nuestro fundador, Gerald D. Hines, solía decir que “usábamos la palabra sostenibilidad décadas antes de que existiera”. Por ello lanzó el concurso ULI Hines Student en 2002, persiguiendo un objetivo claro: ofrecer a las nuevas generaciones la oportunidad de compartir ideas creativas y aportar soluciones reales a los retos más relevantes del sector inmobiliario, además de abrir el camino a los líderes del sector.
El pasado 24 de mayo fuimos testigos de cómo seis equipos continuaban el legado de la competición, que celebró su tercera edición en Europa. A los estudiantes se les dio un ejercicio práctico, basado en Clesa, una antigua fábrica láctea ubicada en Madrid, propiedad de Metrovacesa, a quienes les agradezco el haber querido compartir con nosotros su proyecto. El propósito del ejercicio era generar un impacto positivo en las comunidades locales con un nuevo proyecto de uso responsable del suelo, haciendo especial hincapié en las credenciales ESG.
Un panel de profesionales expertos en el Real Estate, que incluyó a Íñigo Ortiz, co-fundador de Ortiz y León Arquitectos; Virginia González Montesdeoca, arquitecta superior de la Comunidad de Madrid; Jorge Pérez de Leza, CEO de Metrovacesa; Brian Moran, Head de Hines en Irlanda; Lisette van Doorn, CEO – Europe de ULI; Irina Stefanova, Global Heaf of Real Estate and Facility Services en Novartis; Stuart Lipton, Partner en Lipton Rogers Developments y yo mismo, recibimos el encargo de evaluar a estos estudiantes y reavivar el potencial de la localización.
Los estudiantes, con sus desarrollos, demostraron que Gerald D. Hines no se equivocó cuando apostó por las nuevas generaciones porque, además de tener muchas ideas, vivirán y experimentarán el Real Estate del mañana. Competiciones como esta proporcionan a los estudiantes la plataforma para crear, crecer y aprender en un entorno real, rodeado de profesionales que les ayudarán a guiar, alimentar y perfeccionar su talento.
Los ganadores, cuatro estudiantes de ESSEC Business School en París, obtendrán una membresía de un año en ULI, un pase preferente al programa de prácticas de Hines, la oportunidad de visitar uno de nuestros activos y también de participar en reuniones de Hines en Europa. Su propuesta fue escogida porque combinaba un enfoque basado en ESG, con un adecuado rendimiento financiero. Además, la iniciativa comprendía los desafíos de comercialización de la ubicación, así como apreciaba el potencial de la integración del activo en el tejido de la ciudad como un catalizador para impulsar la reurbanización en la zona urbana.
En conclusión, ganaron por su visión y toma de conciencia de los retos a los que nos enfrentamos como sector. Ganaron porque tenían algo que decirnos. Y eso es precisamente lo que necesitamos en la industria: gente que tenga cosas que decir.
El inmobiliario ha experimentado una gran transformación a lo largo de los años, y tal vez se encuentre en una de las etapas más decisivas de su historia debido a los avances tecnológicos, la pandemia del coronavirus y la urgencia de implementar el ESG. Para reimaginar nuestras ciudades, es necesario que entendamos la ubicación y el entorno cultural, al mismo tiempo que enmarquemos cualquier desarrollo en una sociedad multigeneracional. Los estudiantes que tienen ahora acceso a concursos como el de ULI Hines serán los que, en los próximos años, comenzarán su carrera profesional y, gracias a ello, mantendrán un compromiso con estos parámetros.
Tenemos muchos frentes abiertos y debemos asegurarnos de que los propietarios, inquilinos, usuarios y la sociedad conozcan y sean conscientes de que los criterios ESG son como una cadena en la que no solo es importante diseñar bien, sino también construir adecuadamente, así como hacer un uso responsable de los inmuebles.
Estos cuatro estudiantes son un ejemplo de lo que la industria puede conseguir cuando hace un ejercicio de asertividad, con la mente abierta, para escuchar a aquellos que quieren dar un paso hacia adelante. Necesitamos sus ideas, sus proyectos, para crecer, para ser mejores, para mejorarnos a nosotros mismos. Por eso invito a todos los estudiantes a unirse a nosotros en este viaje. Futuras generaciones, estamos abiertos: ¿qué queréis decirnos?