El ciudadano a pie de calle siempre paga los platos rotos

Ante una posible recesión en la economía en España nos preguntamos cómo le puede afectar al sector inmobiliario y vemos que quien más va a sufrir es el residencial por el encarecimiento de las hipotecas.

La subida de los tipos de interés por el Banco Central Europeo (BCE) para contener la inflación en Europa ha provocado un alza inevitable del Euríbor, y un encarecimiento generalizado de las hipotecas que pone entre las cuerdas a las familias españolas. Los expertos piensan que la banca va a dificultar la concesión de financiación al comprador finalista y no a las entidades promotoras. Primero porque las promotoras se han profesionalizado mucho y han mantenido una estructura financiera adecuada, sin tanta deuda como en la crisis del 2008, por tanto, la banca va a ser más exigente en la concesión de subrogaciones hipotecarias a la hora de analizar al comprador finalista y una vez más el que paga los platos rotos es el ciudadano de la calle.

¿Cuánto deberían de subir los salarios para poder hacer frente a una hipoteca y poder acceder a una vivienda? Si tenemos en cuenta que los convenios colectivos pactados en julio implican una subida de sueldo media del 2,5% con una inflación al 10,4% en el mes de agosto, el trabajador que va a necesitar una financiación para comprar una vivienda ha perdido capacidad de financiación. Se habla de un pacto de rentas, pero no sabemos si se llevará a efecto, pero si se hace, lo que dice es que se contengan la subida de salario. Entonces si la inflación sube a tasas del 8% y la subida del salario es del 2,5% la capacidad del trabajador se queda por debajo de la inflación y la deuda crece exponencialmente. La inflación es buena porque la deuda se rebaja, pero si te quedas por debajo es malo.

Muchos trabajadores, a pesar de contar con un salario fijo a final de mes, han notado cómo cada vez su sueldo les llega para menos. Al incremento de la cuota hipotecaria se suma llenar la cesta de la compra y el depósito de los vehículos que es hoy más caro y complicado que hace un año, por lo que llegar a fin de mes se ha convertido en una odisea para muchas familias.

El mercado inmobiliario no se compone solo de viviendas. Si dejamos al margen las viviendas, todos los demás productos inmobiliarios están teniendo una grandísima demanda en España, pero todo depende de la situación económica que tengamos en los próximos meses. Está claro que si se da destrucción neta de empleo va a caer la ocupación de oficinas y si se da menos capacidad adquisitiva por parte de las familias caerá el consumo en los centros comerciales y si hubiera menos actividad industrial caería la actividad logística.