Cómo pasar del teletrabajo al ‘trabajo inteligente’

Cellnex está instaurando un modelo híbrido de trabajo mucho más productivo y eficiente. Pone a las personas en el centro y está basado en la agilidad, la gestión del tiempo y la desconexión digital

Quizá de lo poco bueno que nos ha traído la pandemia es la aceleración vista en digitalización. Los expertos concluyen que se ha avanzado en año y medio mucho más que lo que estaba previsto desarrollar en cinco años. Esos avances se han reflejado en el boom del comercio electrónico, en la educación a distancia, en la salud digital... También, por supuesto, en el teletrabajo. Las compañías han tenido la oportunidad de comprobar que, si se valoran los objetivos y los resultados conseguidos y no el número de horas en la oficina, la productividad puede mantenerse en cotas bien altas. Compañías como el operador europeo de infraestructuras de telecomunicaciones, Cellnex, han tomado buena nota de ello y están implantando un modelo híbrido.

Convencidos de que en el equilibrio está la virtud, en Cellnex han optado por un modelo mixto que recibe el nombre de Smart Working. Ya lo están instaurando en sus oficinas de Barcelona, por ejemplo, y explican sus responsables que busca transformar el entorno laboral sobre tres ejes: empoderamiento, eficiencia y colaboración. “Además de acelerar la digitalización, la pandemia ha puesto en valor a las personas y ha acelerado la reflexión que ya estábamos haciendo para redefinir el papel de las personas y el talento como el mayor activo dentro de la compañía”, explica Anna Bufi, directora de personas y organización de Cellnex España. Añade que la experiencia de la empresa y de los empleados en este periodo ha sido “fundamental en el diseño de un plan que se basa en la confianza, en creer y escuchar a aquellos que, al final del día, son quienes definen nuestro proyecto”.

La responsable del talento hace hincapié en la necesidad de fomentar los valores que, en el caso de Cellnex, tanta efectividad han mostrado durante el confinamiento y que han obligado a analizar a los empleados desde otra óptica. “El compromiso incide directamente en la productividad y ese compromiso tiene que ver con la forma de medir el rendimiento, potenciar el desarrollo, facilitar la conciliación, mejorar los procesos...”, explica. Reconoce Anna Bufí que en Cellnex ya venían trabajando en un cambio hacia un modelo más flexible antes de la pandemia y que 2020 fue un año excepcional en resultados en un contexto de confinamiento forzado, lo que les ha permitido “sacar conclusiones muy valiosas”.

“El valor de las personas en una de las empresas con mayor rentabilidad por empleado del mundo es incuestionable, pero la confianza juega ahora un papel aún más troncal potenciando el empoderamiento: el liderazgo personal, la autonomía y el compromiso. Queremos trabajar mejor, no más. Y vamos a hacerlo con una flexibilidad que va a permitir el trabajo híbrido sobre la base de que los resultados se cumplan estés donde estés”, añade la responsable de personas de Cellnex.

Este modelo de Smart Working se basa en la agilidad, en la gestión del tiempo y en la desconexión digital. “Buscamos, en definitiva, más impacto con menos esfuerzo”, resume Bufí. Para ello, la colaboración sigue siendo vital. A través del ‘Growing Together’ se valoran los logros de equipo por encima de los individuales. “La cultura colaborativa y participativa basada en el diálogo es fundamental para que sigamos creciendo juntos. Hemos potenciado el uso de herramientas o plataformas online grupales como Miro, ‘learning coffees’, ‘design thinking’... y hemos diseñado herramientas para favorecer la transversalidad y conocer la opinión de los empleados para actuar con agilidad en función de las experiencias”. El nuevo edificio en Barcelona, por ejemplo, elimina jerarquías y promueve la colaboración, la innovación y la iniciativa con espacios abiertos, colaborativos y preparados para el trabajo híbrido.