Revolución ‘proptech’. Innovación disruptiva, transformación transversal

Existe una realidad evidente respecto a los cambios producidos en las listas de empresas que a principios del presente siglo se coronaban como las organizaciones empresariales más importantes del mundo, y es el hecho de que más de la mitad de ellas han desaparecido por causa de la disrupción digital. Esto es debido a que las grandes empresas tradicionales están teniendo muchas dificultades para adaptarse a un nuevo entorno donde hacen acto de presencia unos actores inesperados que les están arrebatando el protagonismo a base de comerse su cuota de mercado. Estos nuevos intrusos son las startups de origen tecnológico que están conquistando los mercados en un gran número de sectores e industrias.

Tal y como explicamos en el libro Revolución Proptech. Una reflexión sobre la transformación e innovación en el mercado inmobiliario uno de los grandes dilemas que presenta el management actual es averiguar cómo estas empresas disruptivas crean sus negocios para generar cambio y cuáles son los conocimientos y nuevas prácticas que deben tener las empresas y organizaciones más tradicionales para intentar defenderse y convertirse ellas mismas en disruptivas de sus propios mercados. Las dinámicas del entorno competitivo actual exigen más agilidad por parte de las organizaciones para poder cambiar su manera tradicional de actuación y saberse adaptar a las nuevas reglas de sus mercados.

El sector inmobiliario no ha salido indemne del vórtice digital al que nos está llevando la cuarta revolución industrial. La dinámica habitual a la que hemos estado acostumbrados gran parte de nuestra vida cuando queríamos comprar o alquilar una vivienda ha sido recurrir a los anuncios clasificados en los diarios, donde señalábamos los inmuebles que nos interesaban para posteriormente contactar vía telefónica con el propietario o la agencia inmobiliaria. Pero los paulatinos avances experimentados tanto a nivel tecnológico y social como la aceleración de la transformación digital han sido el terreno perfecto para el desarrollo de una nueva manera de entender el sector inmobiliario y su orbital variedad de servicios. Este elemento intrusivo ha sacudido por completo un sector muy tradicional que se ha visto abocado a la necesidad de un cambio radical.

¿Y quién es el culpable de tal alboroto?, el proptech, vocablo que proviene de la conjunción de dos palabras inglesas (property + technology) y podríamos definir como el conjunto de tecnologías innovadoras destinadas a cubrir necesidades dentro del ámbito del sector inmobiliario mediante la optimización, mejora o reinvención de cualquier servicio relacionado con el sector. El mundo proptech ha generado un subsector independiente dentro del propio sector inmobiliario donde se incluyen a todas aquellas empresas que tienen como actividad principal la aplicación de diversas innovaciones tecnológicas a las actividades vinculadas a este sector.

El origen del concepto proptech lo podríamos ubicar en el año 2000, cuando empresas como Idealista y Rightmove, seguido por la aparición de plataformas peer to peer como Airbnb y Homeaway años más tarde, empezaron a configurar una nueva tendencia que venía para romper los cánones impuestos en un sector que adolecía de un carácter innovador en su funcionamiento y relación con los clientes. La evolución y crecimiento del proptech está siendo exponencial, son un claro referente dentro del sector inmobiliario y el espejo donde muchas empresas tradicionales se miran para tomar decisiones estratégicas sobre innovación y evolución futura.

La gran cantidad de servicios ofrecidos en el sector proptech son tan vastos que generan una oportunidad inmejorable para la transición de muchas empresas que transitan en el mundo analógico y quieren derivar a un formato más digital. Los servicios que cubren incluyen toda la cadena de valor incluyendo la compra, alquiler y venta de propiedades, así como los servicios de construcción, mantenimiento o administración de activos comerciales o residenciales. El proptech es la consecuencia natural de los recientes avances conseguidos en las herramientas de análisis en línea que han alentado a las empresas y emprendedores a afrontar y solucionar los desafíos más complejos del sector inmobiliario en cuestión de cambio de mentalidad. Pero la tecnología no es un fin en sí mismo, sino un medio, por lo que el objetivo último ha sido y es, poder ofrecer al cliente final soluciones que aporten valor en forma de menor coste, mejora de la experiencia o la puesta a disposición de una plataforma que le ayude a mejorar la información y la capacidad de transaccionar.

Cuando hablamos de las empresas proptech encontramos diferentes enfoques y modelos de negocio en función de si el objetivo es dar servicio al usuario final o a la empresa inmobiliaria, como es el caso la mayoría de ocasiones. Inicialmente, muchas empresas proptech salen con la intención general de generar e-commerce para facilitar el contacto entre comprador y vendedor o lo que es lo mismo, para aportar valor de plataforma con unos objetivos muy claros; reducción de costes, mejora de la experiencia o la creación del concepto de comunidad. Sin embargo, la gestión y compraventa de inmuebles es un mundo complejo y digitalizar todos los servicios es mucho más complicado que comprar billetes de avión o una bicicleta por internet. Los numerosos avances tecnológicos experimentados los últimos años han mejorado significativamente nuestras capacidades de análisis y recogida de datos, en especial gracias al Big Data, donde nuevas plataformas permiten democratizar los datos del sector inmobiliario, personalizar la búsqueda de propiedades y habilitar al cliente para que pueda tomar mejores decisiones.

Dicho esto, queda todavía un largo recorrido en el desarrollo de aplicaciones, convergencia de tecnologías y sobre todo, en la adaptación a este nuevo paradigma por parte de empresas y profesionales tradicionales del sector cuyo presupuesto y foco no está todavía en connivencia con lo que está pasando fuera de sus paredes. La Revolución Proptech ha llegado para quedarse y será capaz de reconfigurar todo un sector relevante en la economía del país pese a quien le pese.