El edificio sostenible más alto del mundo se encuentra en Bilbao

Se trata de las torres Bolueta. La primera torre se terminó en 2018, convirtiéndose en el edificio certificado ‘passivhaus’ más alto del mundo. Una torre de 88 metros, 28 plantas con un total de 171 viviendas. La segunda torre se acabó en 2019. El proyecto ha sido diseñado por el estudio VArquitectos

El estudio VArquitectos han diseñado el edificio sostenible más alto del mundo en Bilbao. Se trata de las torres de Bolueta, que es el barrio donde se ubican. Un proyecto que comienza a gestarse en 2005. La empresa pública Visesa promueve una ordenación urbanística para albergar en el ámbito de Bolueta 1.100 viviendas en siete bloques, recuperando para la ciudad de esta manera un espacio muy degradado con actividad industrial pesada durante los últimos 250 años. En 2012 se convoca un concurso de arquitectura en el que VArquitectos resulta adjudicatario, para la redacción del proyecto y posterior dirección de obras de los dos primeros bloques, con una torre de B+27 y 171 viviendas, y otra de B+20 y 190 viviendas.

Durante el transcurso de la redacción del proyecto de ejecución, la propiedad solicitó una mejora en la eficiencia energética del edificio, y se valoró la viabilidad de adaptarlo al estándar Passivhaus. Para ello VArquitectos preparó un estudio con las mejoras precisas para alcanzar la categoría de edificio pasivo o de consumo casi nulo. Estas mejoran fueron:

1.-Aislamiento: La envolvente térmica exterior se mejora, hasta llegar a los 10cm de espesor, lo que unido a los 5cm del trasdosado interior compondrán el aislamiento de fachada. En cubierta 18cm de espesor, y en techo de baja, otros 10cm de aislamiento completan la envolvente térmica.

2.-Puentes térmicos: Se estudian todas las secciones constructivas para eliminar los puentes térmicos cuando es factible, o cuando menos se reducen al máximo. Se huye de soluciones comerciales para abaratar costes, utilizando materiales y técnicas constructivas tradicionales.

3.-Carpinterías de altas prestaciones: Se colocan carpinterías de PVC de alta eficiencia con vidrios de triple cámara con argón y espaciadores calientes. Esto permite reducir las pérdidas energéticas a través de los huecos en un 75%.

4.-Ventilación con recuperación de calor: un recuperador de alta eficiencia permitirá introducir aire limpio del exterior, recuperando hasta el 90% del calor del aire viciado interior.

5. Hermeticidad: Es preciso que las viviendas sean estancas al paso del aire, para evitar infiltraciones no deseadas y poder garantizar la renovación precisa siempre, garantizando así la máxima calidad del aire interior. Se ha logrado una tasa de tan solo 0,37 renovaciones/hora de media.

Estas mejoras supusieron un sobrecosto del 3% del presupuesto de ejecución material, y con la eficiencia energética se consiguió mejorar un 80% el proyecto inicial, que obviamente cumplía la normativa vigente. Es importante destacar que el edificio está dentro de los mismos ratios económicos por metro cuadrado que cualquier otro bloque de viviendas de protección oficial (VPO) promovido por Gobierno Vasco. Esta era una de las premisas que se impusieron una vez se planteó alcanzar la máxima eficiencia energética posible.

La fachada se recubre con grandes piezas de aluminio, que se van quebrando con inclinaciones positivas y negativas rompiendo la escala del edificio, y con su acabado en alto brillo se consigue una sensación de ligereza vital dadas las dimensiones del edificio. Los colores elegidos para revestir estos dos edificios hacen referencia al pasado industrial de la zona, al carbón y al acero cuya presencia aún es palpable.

“Un edificio pasivo, implica unas reducciones en los consumos energéticos muy fuertes, en el entorno del 75%. En una gran ciudad, en la que las emisiones de los edificios pueden llegar a suponer más del 50% del total, construir edificios de alta eficiencia energética, supondría una reducción drástica de la contaminación en las mismas. Si en el parque residencial existente, se aplicasen estos criterios para su rehabilitación, las reducciones podrían llegar a ser hasta del 90%, por lo que los problemas de contaminación en las grandes ciudades quedarían en buena parte mitigados o incluso resueltos. Los edificios tienen que pasar de ser consumidores de energía a productores, y esto es algo que podría generalizarse en los próximos cinco años”, afirma Germán Velázques, arquitecto de VArquitectos.