Dime qué talento tienes y te diré qué empresa puedes llegar a ser

El Real Estate está experimentando en estos momentos un proceso de transformación que está cambiando los parámetros que, hasta el momento actual, eran los cánones establecidos. Pero este proceso de transformación no puede realizarse con los conocimientos y aptitudes que hasta el momento se requerían para formar parte del sector. Las empresas implicadas en el inmobiliario que quieran sobrevivir y adaptarse a la nueva situación no tendrán más remedio que ir incorporando, en algunos casos de forma urgente, ese nuevo talento que ayude a poner en marcha los cambios requeridos, que empuje en la transformación de la empresa, que contribuya en la creación de nuevos servicios y que, en definitiva, conecte con el futuro próximo del sector inmobiliario.

La nueva realidad del sector y sus principales tendencias, como la digitalización, la sostenibilidad, la movilidad, la flexibilidad de los espacios, la interrelación con la ciudad/entorno o la relevancia de los activos alternativos, requieren de un nuevo talento diferente, que debe incorporarse al sector inmobiliario para liderar el cambio, poniendo en común la especialización y el trabajo conjunto. Pero veámoslo detenidamente. La digitalización es una tendencia que ya se venía implementando antes de la pandemia y que ahora se ha acelerado gracias a la transformación tecnológica en que nos vemos inmersos. La automatización de los procesos y la oportunidad que nos ofrecen la capacidad de captación y almacenamiento de ingentes cantidades de datos hace que la incorporación de ingenieros informáticos, matemáticos, estadísticos, o especialistas en Data Science, sea fundamental para el sector.

Obviamente, contar con un banco de datos es importante, pero de nada sirve sin el talento que sea capaz de analizarlo, de encontrar tendencias y de obtener el conocimiento que esa información pone a disposición de todo el sector. Si la tecnología entra de lleno en el sector inmobiliario, los perfiles técnicos tendrán que venir de la mano para manejar esas nuevas herramientas que ahora están a su disposición. Expertos en el tratamiento de Big Data, en el ámbito del Internet of Things, de la Inteligencia Artificial, de un concepto más genuino a nuestro sector como es el Proptech. Más allá, se hará necesario incorporar al ámbito inmobiliario a expertos en los negocios que ocupan los edificios, para poder adaptarnos mejor a sus requisitos técnicos. Ejemplos claros serían los inmuebles destinados a ser ocupados por data centers, negocios relacionados con Life sciences o los propios centros logísticos; edificios en los que sus características técnicas se integran con el core business de su ocupante al que debemos entender para ofrecerle la mejor solución.

Además, los datos de los que hablamos nos aportarán información de un valor incalculable sobre los nuevos hábitos y costumbres del cliente de hoy, también afectado por la transformación que está cambiando el panorama general de la sociedad actual. En este contexto, el hospitality es otra de esas grandes tendencias que está afectando al inmobiliario y que, por tanto, requiere también de profesionales capaces de implementarlo y crear espacios nuevos en función de las nuevas necesidades. Es vital que los espacios mejoren la experiencia del usuario, especialmente en terciario, por lo que se requieren, cada vez más, perfiles de Marketing propios de retail, hoteles, ocio y entretenimiento, donde llevan años trabajando con el hospitality, y trasladarlos a las oficinas, por ejemplo. La sostenibilidad es otra de esas grandes tendencias que requerirá de profesionales especializados que contribuyan en la creación de las Smart Cities del futuro, que empiezan ya hoy a dibujarse. Urbanistas, expertos en movilidad, ingenieros, paisajistas, todos ellos forman parte de ese escenario al que nos dirigimos.

El nuevo escenario precisa profesionales con capacidad de liderazgo, innovadores y con una actitud proactiva que les permita abrir nuevos caminos y nuevas vías de negocio que todavía están por construir. Un talento nuevo y con una actitud diferente ante los retos, que deberá someterse a una formación continua que le permita crecer en paralelo al ritmo de transformación de un sector en cambio constante. Un talento más joven e internacional que permita, en definitiva, guiar al sector inmobiliario español en un ámbito más global, mucho más allá de localismos en los que hasta hace unos años, el sector se sentía muy cómodo.

Así lo entendemos en CBRE y así lo refleja la estrategia que ya pusimos en marcha y que gira en torno al usuario del espacio, que nosotros conceptualizamos como People, alrededor del que se construye el espacio preciso para el desarrollo de sus necesidades (Properties), y el ámbito urbano en el que se enmarca, (Places). En torno a estos tres círculos concéntricos se desarrolla la actividad inmobiliaria que tiene como objetivo central a la persona, como beneficiaria última de la experiencia que le ofrezca el espacio y el entorno urbano.

CBRE, por tanto, va por delante en esta nueva concepción y en la incorporación del nuevo talento que sea capaz de ponerlo en marcha. Pero no es fácil. Lógicamente, la capacidad de la sociedad para abastecer este nuevo tipo de profesionales es limitada y, al mismo tiempo, la demanda es muy amplia. El mismo proceso de transformación que afecta al sector inmobiliario afecta también al resto de ámbitos económicos, por lo que se hace obligado luchar por el mismo talento no ya con empresas del mismo sector inmobiliario, sino también con bancos, grandes consultoras, tecnológicas y hasta con el atractivo mundo de las startups. Por lo tanto, las empresas inmobiliarias, no solo tienen la necesidad de incorporar un nuevo talento disruptivo, también tienen la obligación de enamorar a esa nueva generación de profesionales, muy cotizados, y rodeados de un abanico de ofertas tentadoras entre las que elegir.

De la capacidad de la empresa de ofrecer una propuesta lo suficientemente atractiva dependerá su éxito a la hora de incorporar el talento transformador que necesita. Y de la capacidad de incorporar al mejor talento dependerá el futuro diseño de las posibilidades de la empresa porque, como hemos dicho al principio: dime qué talento tienes, y te diré que empresa puedes llegar a ser.