Los datos son el nuevo lenguaje de la construcción

Si hay un sector relativamente reciente que está viviendo un acelerón sin precedentes -y sobre el que se vaticina un crecimiento sin parangón-, ese es el de las casas industrializadas. Hasta ahora, la construcción siempre ha tenido el comportamiento de un sector tradicional, donde su evolución hacia la digitalización ha sido mucho más pausada en comparación con otros sectores donde sí se ha producido a un ritmo vertiginoso, como puede ser el financiero o bancario.

Sin embargo, una vez que ha cogido pista para despegue hacia la industrialización, ya no hay marcha atrás, no hay retroceso. Si 2019 ya fue un punto de inflexión para la construcción industrializada en España, 2020 no ha hecho más que potenciarla con ansias de producir nuevas viviendas para abastecer a un mercado nacional en crecimiento exponencial.

No obstante, aun hablamos de cifras relativamente bajas en nuestro país. Según Panelized modular building systems market-growth, trends, and forecast (2020 - 2025), el informe publicado por la consultora Mordor Intelligence, España se encuentra entre los países con una ratio de crecimiento medio en lo referente a la construcción industrializada, en conjunto con el resto de Europa, Norte de Asia y África; siendo las regiones con más alto ratio de crecimiento el Sur de Asia y Australia. Y aun nos encontramos lejos de América del Norte, región que lidera la cuota de mercado mundial al estar experimentando un fuerte crecimiento y fortalecimiento de la industria, donde cerca del 40% de los contratistas de EE UU contemplan la construcción modular como parte de sus futuras iniciativas estratégicas de construcción.

Aunque todavía distan las cifras, la industrializada en España ha vivido un crecimiento en el último lustro mayor que cualquier otro fenómeno que se haya producido -hasta ahora- en este sector tan convencional. Y es que, aunque tarde, la construcción en nuestro país se ha percatado de que aquellos sectores más digitalizados son los que mejor están sobrellevando las crisis y, posiblemente, serán los de mejor pronóstico de crecimiento al no haber tenido que partir desde cero en medio de un contexto de pandemia como el que estamos atravesando.

Sin duda, a nivel industrial, nos encontramos ante un mundo en el que el big data, la inteligencia artificial o el internet de las cosas se erigen como el abecedario que forma las palabras del nuevo lenguaje de la construcción. Un sector en el que los datos actúan como el tradicional cemento, los cuales interactúan y se complementan a lo largo de todo el proceso para mejorar en eficiencia en toda la cadena de producción y hacer que ésta sea más rentable, más eficiente, más competitiva.

Es aquí donde radica el éxito y donde está la catarsis de la construcción tal y como la entendíamos hasta ahora: en la aplicación de sistemas digitales tanto en el proceso de obra industrializada como por parte de todo el equipo de obra, que ha pasado de manejar planos impresos a disponer de toda la documentación necesaria en soporte digital, con el fin de que el proceso y ciclo constructivo esté -de principio a fin- lo más digitalizado posible. Un hecho que nos permitirá acortar cada vez más la ventaja que nos sacan regiones como Norteamérica o el norte de Europa.

En el amplio universo de la construcción industrializada, la metodología y programas de trabajo de los empleados permite evitar que haya incongruencia y agiliza la toma de decisiones. Un hecho que favorece agregar valor a la organización al dejar un menor margen a la improvisación a lo largo de la obra, ya que todo parte de un estudio previo y todos los agentes implicados trabajan de forma coordinada.

Todas las innovaciones que se están produciendo en los últimos años están acelerando la inevitable transformación digital del sector de la construcción, dando lugar a un cambio cultural en las compañías del sector donde la sostenibilidad juega cada vez un papel más determinante y decisivo a la hora de planificar nuevas viviendas.

La adopción de nuevos modelos y metodologías como BIM (Building Information Modeling) están permitiendo que todos los agentes que participan en el ciclo constructivo (promotor, constructor, industriales, arquitectos, ingenieros, consultores energéticos...) dispongan de toda la información necesaria y puedan coordinarse de forma eficiente durante el diseño, la construcción y el mantenimiento de este.

No obstante, aunque parezca un proceso fácil, no lo está siendo. Llegar al punto donde estamos hoy es fruto del trabajo de muchos años y, aun así, todavía queda mucho camino por recorrer, mucha innovación por aplicar y muchos prejuicios por superar para que la industrializada sea el modelo elegido para construir en España en el medio plazo. Y es que, solo con la digitalización por bandera, se podrá liderar la revolución de los procesos.

Un liderazgo que vendrá marcado desde dentro de las propias organizaciones, pero para el que también necesitarán apoyarse e ir de la mano de los mejores en sus respectivos sectores, con el fin de garantizar que contamos para ello con la última vanguardia en construcción y los equipos y procesos alcancen así su máxima productividad.

Aunque nuestro país es una potencia mundial en el sector de la construcción, con empresas punteras en ámbitos como el civil, la ingeniería o fabricación de materiales del sector, aún nos encontramos a gran distancia de otros países más avanzados en viviendas prefabricadas.

Solo con un cambio de mentalidad de todos los actores del sector será posible el impulso y crecimiento de las soluciones industrializadas desde las fases iniciales del diseño, apoyándonos unos a otros como empresas líderes para abanderar esta nueva era de la construcción en España.