Esta no es una crisis inmobiliaria como la de 2008

Esta no es una crisis inmobiliaria. Esta es la frase que más se escucha entre los protagonistas del sector y están convencidos de que el Covid puede tener algún efecto en el sector, pero no es como la crisis que tuvimos en el 2008. Hoy en día el sector no está ni sobre endeudado, ni hay sobre demanda, ni está con ningún tipo de ajustes. Sin embargo, hay sectores que están más afectados que otros. Por ejemplo, en el sector terciario, los centros comerciales están muy afectados por las limitaciones del tráfico de afluencia de visitantes al centro. En oficinas parece que no pasa nada, a día de hoy no hay desequilibrio entre oferta y demanda. Incluso se acaba de lanzar al mercado el nuevo edificio de Los Cubos en Madrid, totalmente rehabilitado. Los niveles de negociación de renta se mueven en los mismos niveles pre-covid. En cuanto al sector logístico es uno de los que mejor han respondido en estos meses ya que tiene una fortaleza enorme por la aceleración de la tendencia en venta online, y este sector tiene el viento de cola para los próximos 20 años.

En el mercado de transacciones de vivienda hay dos tipos de operaciones: de vivienda nueva y usada. Y se observa claramente que la vivienda usada va para abajo y la vivienda nueva va para arriba. La vivienda de segunda mano si ha bajado. Los precios que se piden de venta de pisos han caído desde febrero entre un 5-15%, principalmente allí donde el Covid ha tenido más impacto, que es en zonas turísticas. En cambio, la vivienda nueva los precios no han bajado porque los promotores no están endeudados, además han hecho caja con las ventas y no están obligados a bajar los precios, sin embargo, van a tener dificultades en vender las promociones desde cero y financiarlas, por lo que la actividad de construcción de vivienda nueva caerá entre un 35-40%. El sector va a tener que enfrentarse a dos retos: La fabricación de suelo y la industrialización del proceso de construcción. El suelo finalista se va agotando y se necesita un impulso por parte de la Administración Pública para poner suelo en el mercado, bien sea suelo libre o suelo público sujeto a concesiones de derechos de superficie o instrumentos que permitan que la iniciativa privada desarrolle vivienda. El otro reto, es hacer la transición tecnológica del sector de la construcción al igual que han hecho otras industrias. Está claro que en el mercado residencial el alquiler va a salir reforzado de la crisis. Los motivos de este creciente interés en el alquiler son debidos a las tendencias de movilidad, mayor flexibilidad y las dificultades para comprar y mantener una vivienda. Los inversores han puesto el foco en el negocio del alquiler y en la fórmula Build to rent -construir para alquilar-. En el mercado de inversión la situación del Covid ha afectado y quien diga lo contrario miente. La inversión institucional no es ajena a lo que está ocurriendo y hay un elevado porcentaje de inversores que están al ralentí, esperando a ver que pasa o entrando sólo en productos que no les den problemas como puede ser en logística y vivienda en alquiler. Huyen de los centros comerciales y del hotelero y en oficinas hay más dudas.