El sector necesita solo un impulso para empezar a generar empleo

El sector inmobiliario, y más concretamente el residencial, puede convertirse en una de las grandes locomotoras de reactivación económica del país tras la crisis. Lejos de la ya injustificada demonización del ladrillo, el negocio promotor de vivienda es ahora más sano, robusto y transparente. Por ello, la fortaleza de las estructuras de las grandes empresas de este mercado pueden ser el andamio en el que se sustente la reactivación de la economía, pero para ello el sector necesita un empujón que tiene que llegar por parte de la administración.

Desde el sector piden un marco regulatorio estable que siente las bases para la inversión en este mercado y un plan de actuación a largo plazo consensuado a nivel estatal para dar una mayor estabilidad al negocio de la vivienda. Poner el foco en los jóvenes es otra de las necesidades a las que apuntan los directivos de las grandes promotoras, ya que el problema de acceso a la vivienda de esta parte de la población se ha convertido ya en estructural. Según calculan desde la patronal de los promotores, APCE, existen actualmente 350.000 jóvenes que tienen capacidad de pago de una hipoteca, pero no han tenido capacidad de ahorro y por tanto no cuentan con el dinero necesario para la entrada. El aval por parte de la Administración de hasta un 15% de la operación daría acceso a estos jóvenes a la compra de una vivienda y se generarían un millón de puestos de trabajo, además de unos ingresos para las Administraciones Públicas de 15.000 millones de euros. La apuesta por el alquiler es otra de las demandas del sector, que en este caso advierten del riesgo del intervencionismo del mercado y de los cambios continuos de regulación, lo que genera “incertidumbre” a la inversión y hace que cada vez sea más difícil alcanzar acuerdos ya que los fondos ajustan sus precios al riesgo que están asumiendo. Desde el sector recuerdan a la Administración que, sin este capital, España no podrá aumentar su parque de vivienda en alquiler asequible y equipararse así a otros países europeos.