Inversión inmobiliaria y confianza

A nadie se le escapa que el Covid-19 está impactando de manera transversal en casi todos los sectores, bien provocando una enorme ralentización o bien -en contadas ocasiones- dinamizando la actividad, pero en todo caso transformando la manera en la que afrontamos el nuevo escenario al que nos enfrentamos.

Un desplome de doble dígito del PIB y miles de empresas en dificultades en lo económico - con su correspondiente reflejo en el ámbito personal -, unido a una nueva forma - impuesta - en la manera de relacionarnos, ha dejado obsoleta la realidad anterior y nos está obligando a una vertiginosa adaptación. La forma en la que vamos a vivir, a consumir, a trabajar, producir o distribuir está cambiando.

En este sentido, el reto al que se enfrenta el sector inmobiliario es tremendo, quedando latente su importancia dentro del tejido productivo, no sólo por su peso específico, sino por su rol crucial en el desempeño de cualquier actividad como espacio en el que se desarrolla. Es cierto que la pandemia ha puesto en cuarentena muchos de los comportamientos que teníamos antes haciendo que nos preguntemos cómo va a ser nuestro día a día a partir de ahora. Pero hay algo seguro. Sea cual sea la actividad que desempeñemos, necesita de un espacio físico. Look around you. If you are in land, you are in Real Estate. Así empezaba un artículo de la Harvard Business School sobre por qué todo líder tiene que tener nociones sobre Real Estate.

El sector tiene que responder y acompañar a todos los cambios socioeconómicos que se están produciendo. Y lo está haciendo. Estamos recibiendo capital de todo el mundo para hacer vivienda en alquiler adaptada a un nuevo contexto. En lo que va de año el fenómeno build to rent ha recibido inversión por más de 1.050 millones de euros. Lo mismo ocurre con la logística, el segmento más favorecido por esta situación. Las restricciones de movimiento han impulsado el comercio online y provocado el desdoblamiento de las cadenas de suministro para hacer frente a una demanda cada vez más digital. Eso implica más plataformas logísticas y más puntos de conexión con el consumidor final.

Los inversores, conscientes de esta situación han invertido hasta la fecha 1.380 millones de euros en la compra de activos logísticos en España, esperando superar los 1.500 millones a cierre del año. Aun así, el sector de oficinas sigue siendo uno de los asset class más codiciado del mercado, copando gran parte del capital invertido en 2020, lo que demuestra que a pesar de que, sin duda, tendrán que adaptarse a nuevos modelos de trabajo, seguirán siendo un elemento clave en el día a día de las empresas.

El retail, a pesar de estar muy golpeado por la pandemia, ha demostrado ser clave en algunos sectores de actividad como la alimentación, donde los 180 millones de euros pagados por un portfolio de locales alquilados de Mercadona son un ejemplo de la confianza del mercado. En cuanto al negocio hotelero, cuya actividad se ha visto completamente paralizada, será foco de inversión en los próximos meses fruto del capital que ya se está levantando a tal efecto.

Muchas tendencias se han acelerado como consecuencia del Covid 19 y nuestro sector inmobiliario está adaptándose a ellas para seguir siendo el soporte físico sobre el que gira la actividad económica. Hemos atraído 7.850 millones de euros de inversión hasta el mes de noviembre 2020 y más de 4.500 millones desde que se decretó el estado de alarma, provenientes de los principales gestores de inversión del mundo.

Las previsiones de cierre elevarán la inversión a niveles próximos a los 8.500 millones de euros, que teniendo en cuenta el contexto actual, es una cifra muy positiva, que confirma al sector inmobiliario como un mercado muy atractivo para los principales fondos nacionales e internacionales, frente a otras alternativas de inversión. Fondos como Patrizia, Invesco, Aberdeen o Amundi -entre otros- confían en mercados con fundamentos sólidos. Por eso están invirtiendo en España. Actuemos con responsabilidad para mantener esa confianza.