El alma de los negocios de franquicia

Según datos de los servicios de emprendimiento de la Cámara de Comercio de España, 8 de cada 10 proyectos de emprendimiento están relacionados con el retail. Es decir, la mayoría de quienes deciden emprender un pequeño negocio se inclinan por abrir un comercio de venta directa de productos y/o servicios al cliente. Este dato, que en un principio puede ser alentador para el comercio de proximidad, tiene que confrontarse con el hecho de que se trata del mismo porcentaje de negocios de retail que cierran antes de los cinco años de vida.

Por tanto, si no hay duda de que existe un espíritu emprendedor que anima a muchas personas a lanzar un negocio propio, la pregunta que tenemos que hacernos ante estos datos es por qué de cada 10 emprendedores que ponen en marcha su proyecto de retail, 8 acaban cerrando antes del quinto año.

La respuesta a esto se vislumbra complicada pues, seguramente, la decisión que toma el dueño del comercio de proximidad se base en distintos factores. E incluso me atrevería a decir que, en algunos casos, obedece a auténticos dramas personales que afectan a la economía familiar.

Además, no podemos olvidar el estado emocional de las personas que de una forma u otra se sienten afectadas por esta circunstancia adversa. Ilusiones compartidas que se convierten en ilusiones rotas de las que no siempre es fácil reponerse.

Entonces, ¿qué puede hacer un emprendedor para evitar formar parte de ese elevado porcentaje de comercios que cierran antes de los cinco años?

Pues una buena opción es apostar por las franquicias, ya que son negocios que han sido testados con éxito, lo que hace que el emprendedor elimine gran parte de la incertidumbre que puede generarle lanzar y tener éxito con un proyecto propio.

Ahora bien, ¿todas las franquicias garantizan el éxito? No, pues, aunque es cierto que el riesgo se minimiza, éste no desaparece. En mis más de 30 años de experiencia he visto cómo algunas franquicias tenían éxito, otras solo se mantenían y otras muchas terminaron cerrando puntos de venta de forma escalonada. Permitidme que comparta con vosotros algunas ideas que pueden ayudar tanto a quienes deciden franquiciar su idea de negocio, como a quienes están pensando en convertirse en un franquiciado de una marca de negocio ya en el mercado.

En primer lugar, hay que plantearse la diferencia que existe entre tener ilusión por un proyecto y abrazar un proyecto ilusionante. Sé que a simple vista puede parecer lo mismo, pero en realidad nada tiene que ver lo uno con el otro.

¿Quién inicia cualquier negocio sin ilusión? ¡Nadie! Es lógico que nos ilusionemos y más cuando vamos a poner nuestros recursos en el proyecto, pero ¿qué sucede cuando ya lleva un tiempo digamos funcionando con “normalidad”? Pues, según mi experiencia, hay negocios que, aunque se iniciaron con mucha ilusión terminan cayendo en la mediocridad que les proporciona esa supuesta “normalidad”. Una mediocridad que, más tarde, conduce a la decadencia, las dificultades e inevitablemente el cierre.

Un proyecto ilusionante, sea una franquicia o no, se reafirma cada día a través del aprendizaje constante, la investigación, la curiosidad por seguir mejorando a través de la vocación del servicio hacia su cliente, y esa pasión por servir más y mejor solo puede llevar al emprendedor hacia la excelencia, al crecimiento y al éxito de ese modelo de negocio.

Esto sucede siempre en cada proyecto y caso. De hecho, no conozco ninguna franquicia con éxito en la que esta ilusión no quede de manifiesto en todas y cada una de las secuencias del desarrollo del negocio. Por lo que, si no percibes esa ilusión desde el principio, tal vez la franquicia no sea tu mejor opción.

En segundo lugar, plantéate, como paso previo a la elección de la marca o modelo de negocio, estas tres preguntas vitales: ¿es un negocio inspirador?, ¿la marca me inspira confianza? y ¿dispone de manual de procedimiento sistemático que también me inspira? Además, no está de más valorar si las personas que lo representan son igualmente inspiradoras.

Pero ¿por qué es importante cuestionarnos sobre la inspiración? Pues porque, aunque podríamos pensar que la inspiración es un concepto un tanto escurridizo, la verdad es que cuando somos capaces de entenderla puede ser muy reveladora y ayudarnos a tomar decisiones inteligentes.

Estas son solo algunas de las consideraciones que debemos tener en cuenta a la hora de lanzarnos a franquiciar un negocio o a participar como franquiciado, pero hay muchas más. En este caso he querido poner el foco en lo que conforma “el alma” de ese negocio. Lo que puede resultar obvio y, precisamente por eso, solemos obviarlo. Lo que ya se le supone, pero que en ocasiones descubrimos, tal vez tarde, que nunca existió.

Me gusta generar un paralelismo entre la decisión de vivir en pareja con una persona y decidir con quién quieres entrar en un negocio de franquicia. Si repasas este artículo descubrirás esos mismos paralelismos.

¡Larga vida a tu relación!