Los animales de la selva para identificar ‘superpoderes’ en la colaboración empresarial

Para que una colaboración empresarial tenga éxito, es importante hablar de emociones y valores: la base es conseguir un espacio de confianza en el que personas con el mismo objetivo se entiendan, ya que deben descubrir conjuntamente una solución que se pueda implementar.

La colaboración, la innovación y la inteligencia emocional siempre han estado ahí, pero no se les ha dado la visibilidad suficiente. Y se ha tendido a una manera de innovar más competitiva, a través de concursos, retos y otras modalidades más ‘agresivas’. Esto ocurre porque no se pone el foco en el impacto, sino en las ideas y en la creatividad, y no en si tienen sentido, en cómo llevarlas a cabo y si su impacto es positivo y da valor a la industria, a la empresa, a las personas y al planeta. A veces, por falta de liderazgo, es más fácil tener ‘fiestas de brainstormings’ o competiciones que transformar realmente una empresa, una industria o un planeta. Por eso, hacen falta más líderes valientes, responsables, honestos, transformadores y con altos niveles de inteligencia emocional.

En este aspecto, es muy importante entender el valor del liderazgo dentro de la innovación, de las colaboraciones y de una misma empresa. Muchas veces el liderazgo es invisible... hasta que desaparece y entonces se hace visible. No se valora lo suficiente por ser intangible. Si el líder tiene una mentalidad innovadora, colaborativa, entonces el equipo y la empresa también lo tendrán.

Pero, a veces, es complicado hablar para llegar al consenso. Por eso, es muy didáctico imaginarse la colaboración empresarial como una selva en la que conviven diferentes animales salvajes, interconectados en la creación de un ecosistema.

Por eso, como en el itinerario “La selva de la colaboración” del ecosistema Más Empresa de Ibercaja, cada animal nos va a ayudar a identificar nuestros superpoderes y cómo funcionan cuando se trabajan en equipo. Por ejemplo, si necesitamos tener resiliencia en un momento determinado, podemos pensar en ser un león, porque tiene dignidad y calma, pase lo que pase. De fuerza mental y emocionalmente inteligente, posee valentía para afrontar situaciones difíciles, piensa antes de actuar y es bueno en la toma de decisiones gracias a su intuición. Además, tiene talento para organizar y liderar. Por otro lado, si se busca la asertividad, el cóndor es un animal que ve con claridad los problemas, con amplia perspectiva, y es capaz de comunicar las necesidades con rigor.

Uno de los puntos fuertes de la colaboración es la sed de conocimiento y experiencia: estar abierto es el superpoder del elefante. Cuenta con sabiduría, está al servicio de los demás y quiere entender la mirada de todas las generaciones, incluyendo a los mayores. El elefante aporta integridad en el propósito, responde a por qué estamos colaborando juntos. Para tener éxito en la colaboración, la determinación y persistencia para solucionar problemas y retos del elefante es muy útil.

Pero si lo que queremos es comenzar con un proceso de colaboración, el lobo es nuestro animal. Tiene la fuerza suficiente para empezar un cambio porque es un gran comunicador, trabaja en equipo y crea grupos con una misión: dejar una huella positiva en la comunidad. Y, precisamente es esa la razón por la que colaboramos; conseguir una solución mejor que la que impera.

A las diferentes cualidades tendremos que sumar la metodología de los cuadros de colaboración y de todos los secretos que trae consigo la inteligencia emocional para hacerla posible, para que llegue a buen término de una manera asertiva, gestionando bien la frustración y las conversaciones difíciles, tomando como referencia la resiliencia, la motivación y la empatía.

En este sentido, la inteligencia emocional es un valor al alza y, aunque es individual y personal, afecta al propio rendimiento, al del equipo y al de la empresa. Las herramientas de la inteligencia emocional empiezan en uno mismo, y de ahí ayudan a gestionar las emociones y el rendimiento del equipo y de la empresa. Como decía la profesora Amy Edmondson, “Queremos trabajar juntos para hacer el producto y el servicio mejor”. Todo el equipo, todas las personas que forman parte de él son responsables de que el resultado y la solución innovadora sean realidad y tengan un impacto positivo de 360 grados.

Además, la colaboración y la inteligencia emocional son baluarte de diversidad, porque realzan los valores y capacidades de las personas sin hacer referencia al género. La responsabilidad se asume desde el liderazgo, y el tipo de liderazgo que se ha tomado como referencia hasta ahora no se sustentaba sobre los valores de la colaboración, sino sobre los de la competencia, pero con un estilo autoritario y sin inteligencia emocional. Cada vez más se da más importancia al liderazgo en positivo, con valores como la colaboración, la comunicación, la honestidad, etc., y habilidades como la inteligencia emocional.

El liderazgo para la innovación es un liderazgo transformador: es el que une a las personas, rompe muros y se hace responsable de que el impacto de las nuevas ideas llegue al mercado en positivo, en colaboración, de una manera holística y dando valor a la industria, al planeta y a las personas.

Porque un proyecto de colaboración se tiene que preparar, investigar, formar un modelo de negocio para saber con qué recursos cuenta, concretar su objetivo, conocer quiénes van a ser los compañeros de camino y tener en cuenta todas las partes legales, comerciales y técnicas. Pero a la vez conlleva una mentalidad especial para la gestión de las emociones: conflictos, frustraciones, falta de motivación, falta de confianza, dudas, críticas, miedos personales y del equipo, etc. Algunos dicen que las emociones son muy personales... pero no es así: el 90% del éxito reside en la mentalidad, que a su vez está gestionada por un 50% de emociones y un 50% de pensamientos. Si el éxito es profesional, las emociones también. Y si te cuesta hablar de ellas o reconocerlas como el ingrediente del éxito que son, es recomendable conocerlas conjuntamente con los superpoderes de “La selva de la colaboración”. El éxito está asegurado.