El emprendimiento y la franquicia recuperan la ‘España vaciada’

España vive en sus carnes el problema del abandono de las zonas rurales hacia las ciudades, dejando vacía gran parte de nuestra geografía y de oportunidades derivadas del trabajo en estas zonas, así como de falta de negocios para los habitantes de estos rincones de España.

Es en estos pequeños pueblos donde se crían y cuidan a los animales de los que nos alimentamos, lo mismo con las frutas y verduras, y se están quedando sin gente en estos lugares para poder continuar con la ganadería y el resto de prácticas que se desarrollan fuera de las ciudades y sin las cuales estas no serían nada.

Ante el peligro de que se pierdan prácticas o se vacíen pueblos y regiones de nuestra geografía, han comenzado a surgir proyectos emprendedores para potenciar estas regiones para evitar que se mueran. Emprendedores, franquicias y hasta lanzaderas están apostando fuerte por el rural. El por qué de todo esto nace por un sentimiento de asfixia de las grandes ciudades y del gusto de vivir en el campo, lo que se ha agravado tras el coronavirus y los meses encerrados en casa.

Es curioso como ante un movimiento continuado de abandono de estas zonas, se produzca un giro de 180 grados al sentimiento totalmente contrario. A esto, hay que sumarle el movimiento conocido como La Gran Resignación; con nacimiento en Estados Unidos, esta tendencia consiste en el abandono del trabajo para la búsqueda de un trabajo autónomo y emprendedor, lo que coincide con esta nueva revalorización de los negocios en los espacios rurales.

El emprendimiento rural hace referencia a la creación de negocios en entornos rurales: cerca de un pueblo, en medio del campo, en un terreno... No tiene por qué ser un negocio tradicional, sino que su particularidad es estar ubicado lejos de la gran ciudad, cerca de entornos naturales.

El medio rural se ha convertido en un nicho importante de oportunidades para emprender y desarrollar un proyecto vital. Una conjunción que está atrayendo a los jóvenes que ven en los pueblos una buena opción para trabajar en el área de actividad en la que se han formado sin tener que dejar su localidad natal o bien poner en marcha nuevos negocios para cubrir “huecos” en el mercado, al mismo tiempo que crecen personal y familiarmente.

Emprender no es fácil en ningún ámbito y menos en el medio rural, por eso el acercar proyectos con tintes sociales puede facilitar la permeabilidad del proyecto en estos espacios. De esta forma, con su negocio poder dar a estas localidades unos servicios y unas ventajas de las que no disponían.