Apagar la luz a los pequeños empresarios es apagar España

Parece mentira que, con los tiempos que corren, haya que recordar como lo están pasando las pymes y autónomos. Desde el estallido de la pandemia en nuestro país, hace dos años por estas fechas, el 98% del tejido empresarial español, compuesto por pequeñas y medianas compañías y autónomos, se vio hundido y sin ayuda en un mar desconocido para todos. El Gobierno actuó en su momento como pudo, pero no fue suficiente para salvar a todos aquellos que se vieron en una situación que les impedía seguir trabajando, pero en la que tenían que seguir pagando las facturas.

Tras dos años de lucha llegan fondos europeos para digitalizar a pymes y autónomos, lo que es positivo, pero la situación energética en nuestro país es la peor que se recuerda. En el último año, el precio de la luz ha subido un 900%, pasando de 54 euros/MWh en el mismo periodo del año pasado, a superar los 500 euros/MWh. Con respecto al precio de los carburantes, se habla de un incremento del 35% desde el inicio del año 2022. Este aumento en productos imprescindibles para la actividad empresarial pone en jaque, una vez más, la supervivencia de los negocios más pequeños.

La empresa vive momentos muy duros y no están preparados para asumir los costes y errores de los que deben resolverlos. Las compañías más pequeñas, todavía están luchando contra las secuelas de la crisis derivada de la pandemia, que afectan directamente a sus ingresos (sobreendeudamiento, perdida de actividad, mayor morosidad, etc.). El tan esperado crecimiento se ha ralentizado en casi todos los sectores y, de momento, no se ve intención en nuestros gobernantes de buscar soluciones para revertir esta situación.

El abandono por parte del Gobierno parece total. Las últimas medidas tomadas respecto a las cotizaciones y pagos de los autónomos, han sido recibidas como una provocación por parte de estos, que se sienten ninguneados y en una situación muy complicada. Los fondos destinados para la digitalización en el ‘Kit Digital’ ya se esperan insuficientes y no hay previsión de nuevas medidas para paliar esta crisis que afecta a las carteras de todos los españoles, ya no solo a pymes y autónomos.

El Ejecutivo debe ofrecer una ayuda real a pymes y autónomos, pero conociendo de primera mano sus necesidades y para eso hay que reunirse con estas organizaciones y sus representantes. No se puede permitir apagarles la luz al 98% de las empresas españolas, porque eso significa apagarle la luz a España. Estas compañías no pueden volver a los momentos en los que pedían créditos para pagar gastos fijos. No podemos volver al pasado, ya que reduciríamos aún más su competitividad, lastrada por las medidas irresponsables y la inacción en la factura energética y de los carburantes.