Contra la incertidumbre, creatividad: por una gestión corporativa innovadora

Las empresas de éxito son empresas creativas. La creatividad nos permite anticipar posibles crisis, improvisar y poner en marcha soluciones en el corto plazo, y tomar decisiones fuera de la caja que garanticen la versatilidad de nuestro proyecto. En un contexto de constante cambio, marcado por el rápido desarrollo de tecnologías revolucionarias y eventos disruptivos como la pandemia de la Covid-19 o la guerra de Ucrania, esta mentalidad creativa se vuelve imperativa.

La creatividad está en la base de algunas de las palancas de desarrollo económico más importantes: la innovación, para la cual es clave un pensamiento disruptivo que no se conforma con el statu quo; el emprendimiento, que no es más que la capacidad de detectar una necesidad insatisfecha o un problema sin resolver y diseñar una nueva solución para darle respuesta; y la adaptabilidad y la resiliencia, que permitirán a una empresa perdurar en el tiempo anticipando y reaccionando de manera ágil a situaciones sobrevenidas.

Una labor de equipo

Es fundamental entender el pensamiento creativo como un esfuerzo que atañe al conjunto de la organización. La empresa debe proporcionar a su equipo el espacio y las herramientas para desarrollar su creatividad, y para plasmar sus ideas en soluciones innovadoras reales. Esta es una práctica que ha reportado beneficios tan conocidos como la invención del Post-it, del botón me gusta de Facebook o de herramientas como Gmail, Google News o Adsense, fruto de la política del 20 % de Google.

Fomentar el intraemprendimiento, o la generación de nuevas ideas de producto y servicio dentro de la compañía, es una herramienta que deja volar la creatividad de los empleados y la traduce en aplicaciones concretas.

Pero la creatividad, además, se puede guiar. La catedrática de la Universidad Harvard Teresa Amabile, experta en la materia y con décadas de trabajo a sus espaldas en el estudio de sus aplicaciones en el ámbito laboral, explica algunos factores esenciales para gestionar este valioso talento: contar con equipos diversos, integrados por personas con múltiples perspectivas distintas; aceptar, y abrazar, la posibilidad del fracaso; proporcionar retos intelectuales y acabar con las trabas burocráticas mediante una comunicación horizontal, que no esté lastrada por jerarquías rígidas con interminables capas de supervisión.

Pero es también responsabilidad del liderazgo dirigir los esfuerzos creativos de los equipos, estableciendo pautas y metas de crecimiento que ayuden a alinear al conjunto de los trabajadores. Encontrar el equilibrio entre la creatividad individual y una actuación cohesionada a nivel de toda la empresa es el reto en el que se cifra el éxito de la innovación. Para alcanzarlo, es importante establecer objetivos y resultados clave (OKR, por sus siglas en inglés) que permitan a todo el equipo remar en la misma dirección, conscientes de aquellos hitos medibles que les permitirán saber que avanzan por el buen camino.

Esta metodología, desarrollada por el antiguo CEO de Intel Andrew Grove y adaptada por éxito por empresas como Google desde sus inicios, permite coordinar y optimizar el rendimiento de los empleados enfocando su trabajo hacia unas metas concretas, claramente definidas y con una serie de resultados clave establecidos para medir y verificar su consecución. Los OKR ayudan a la organización de equipos, mejoran la coherencia y la transparencia de la organización, y fomentan el compromiso de los trabajadores a todos los niveles.

Retos y soluciones

La creatividad puede ayudarnos a afrontar las disrupciones, pero no podemos olvidar que las disrupciones, a su vez, afectan a la creatividad. La pandemia de la Covid-19, por ejemplo, podría tener un impacto que no habíamos previsto en la generación de ideas novedosas dentro de un equipo de trabajo.

Un estudio de la Universidad de Columbia publicado en la revista científica Nature demostró que las videoconferencias inhiben la producción de ideas creativas, debido a las diferencias entre la propia naturaleza física de estas y de las interacciones en persona. En un momento en el que el teletrabajo coge fuerza como opción laboral, es importante tomar nota de estas trabas a la creatividad y suplirlas con otros mecanismos que permitan conciliar las demandas de los trabajadores por modelos híbridos o remotos de trabajo con la necesidad de fomentar el pensamiento creativo.

Por ejemplo, estableciendo metodologías de trabajo ágiles que permitan desarrollar y concretar ideas de manera más rápida y eficiente a través de procesos optimizados, alejados de interminables reuniones por Zoom. Ya sea Lean o Agile, lo importante es implementar una filosofía y método de trabajo de manera uniforme, enfocada a generar valor para el conjunto de la empresa y los trabajadores, y con la que todos estén comprometidos.

Podríamos mencionar todavía muchos otros retos en el camino hacia una gestión verdaderamente creativa. Pero, hoy en día, nada es tan urgente como desarrollar la capacidad de anticipación. A falta de una bola de cristal, ¿cómo podemos gestionar la incertidumbre?

Metodologías como el Future Foresight permiten a las empresas determinar posibles escenarios futuros que afectarán a su negocio y prepararse para ellos. Para ello, se parte de la identificación de las áreas y tendencias de mayor influencia para la compañía, apoyándose en un equipo de expertos para comprender su origen, y se definen los retos que se habrá de afrontar en cada posible escenario identificado. Buscando evolucionar progresivamente en función de dichos retos y hacia el posicionamiento futuro que queramos alcanzar, se podrá diseñar un plan de acción visionario, flexible, traducible en soluciones reales.