Claves para entender el impacto de las novedades del Impuesto sobre Sociedades

Se acerca uno de los períodos fiscales clave para la mayoría de pymes y empresas: la presentación del Impuesto sobre Sociedades (IS). Este tributo, obligatorio para todas las empresas, pymes y demás entidades jurídicas que operan y obtienen beneficios en territorio español, rinde cuentas sobre los resultados de la empresa en el ejercicio anterior, es decir, sobre los beneficios netos que la organización haya obtenido en 2021. El Impuesto sobre Sociedades es el tercer tributo con más peso en la contribución a las arcas públicas españolas. Aún así, con una aportación del 11,9% en 2021, está lejos del IRPF (42,3%) y del IVA (32,5%). Madrid y Cataluña son los principales motores que contribuyen a la hacienda pública con el Impuesto de Sociedades. Entre las dos comunidades recaudaron en 2021 el 65% del total, con tan solo el 20% de los contribuyentes por este tributo.

Si utilizamos un zoom más amplio, España es uno de los países de la OCDE con mayor presión fiscal a las empresas, según el informe sobre el Índice de Competitividad Fiscal (ICF) de la TaxFoundation. El informe sitúa a nuestro país en la posición 30 del total de los 37 países analizados, cuatro posiciones por debajo que en 2020. Concretamente, en relación al Impuesto sobre Sociedades, España presenta una presión fiscal un 27,2% superior a la media de la UE, y un 22,2% por encima del promedio de la OCDE. En este contexto, este año el Gobierno ha introducido novedades importantes en la declaración del Impuesto sobre Sociedades, incluidas en la nueva Ley de Startups, que principalmente afectan a los tipos impositivos. Destaca la reducción de la tributación mínima del Impuesto de Sociedades del 15% al 10% para entidades de nueva creación, una medida positiva que pretende incentivar el emprendimiento e impulsar nuevas empresas. Se trata de un avance decisivo para apoyar a las pymes de nueva creación, que son fundamentales para la economía española.

Otra novedad remarcable de la declaración del Impuesto sobre Sociedades en 2022 es la reducción de la tributación mínima del 25% al 15% sobre la base imponible para empresas que facturen un mínimo de 20 millones de euros y para empresas que tributen en régimen de consolidación fiscal. Esta actualización en la normativa española coincide temporalmente con el proyecto en marcha de la OCDE conocido como BEPS 2.0, que pretende lograr una tributación mínima global para las multinacionales del 15%. La iniciativa BEPS 2.0, que todavía no se ha implementado en España, persigue que las multinacionales que operen en algún país con una tributación efectiva inferior al 15% acaben pagando ese defecto de tributación efectiva mediante un impuesto complementario.

Esta importante novedad del tipo mínimo del 15% en el Impuesto de Sociedades solo afecta a grandes compañías, que suponen el 60% de la recaudación total pero que solo representan el 1% del tejido empresarial español. Por contra, las pymes representan el 98% del tejido empresarial español y son decisivas en la generación de valor y de actividad económica, pero mantienen el tipo general del 25%. Esta importante brecha entre las grandes compañías y corporaciones y las pymes se refiere al Impuesto de Sociedades, pero es una más de las múltiples iniciativas que, de algún modo, se olvidan de autónomos y pymes, colectivos mayoritarios en España, motor de nuestra economía y que determinan nuestro sistema productivo, industrial, social y laboral.

Por otro lado, este 2022 hay que tener en cuenta otras novedades en la declaración del Impuesto sobre Sociedades, como cambios en los criterios de cálculo o en los plazos de pago del importe a ingresar. Así por ejemplo, si la base imponible es positiva, se permite aplazar el pago de la deuda tributaria sin intereses ni garantías en los dos primeros ejercicios, por un periodo de 12 y 6 meses respectivamente; y se elimina la obligación de hacer pagos fraccionados en los 2 años posteriores.

La declaración de las criptomonedas es uno de los focos de Hacienda este 2022. Cada día son más populares y cada vez más empresas permiten operaciones con estas monedas. Cabe recordar que las sociedades que adquieran criptomonedas no deben declararlas, pero sí deben declarar las ganancias generadas por operar con criptomonedas, ya sea por venta o por intercambio. Además, tanto la compra como la venta de criptomonedas debe registrarse en la contabilidad de la sociedad, tal y como se procede con cualquier otro activo financiero. En cuanto a su declaración en el Impuesto de Sociedades, los beneficios obtenidos en operaciones con criptomonedas tributarán al 25%, según la diferencia de cuánto costó la criptomoneda al comprarla y el beneficio de la venta, y se podrá añadir un 10% de amortización por deterioro de valor.

Todas estas novedades, a veces poco explicadas, pueden suponer un problema para autónomos y pymes al gestionar el Impuesto sobre Sociedades. Y más teniendo en cuenta que según varios estudios estos colectivos en España todavía no han completado su proceso de digitalización. Si bien es cierto que ha habido un cambio a raíz de la pandemia y el teletrabajo, muchos autónomos y pymes todavía no sacan partido de soluciones, sistemas y herramientas digitales que les permitirían mejorar su productividad, optimizar la gestión de su negocio y, en definitiva, mejorar sus resultados económicos.

En contabilidad y gestión de negocio, es fundamental eliminar prácticas poco productivas como entrar las facturas manualmente en un excel, hacer desde cero cada factura en lugar de utilizar un sistema automatizado, recopilar en una carpeta los tickets de gastos y llevarlos físicamente al gestor, hacer la contabilidad a mano o gestionar los tributos de forma manual.

Todas estas prácticas suponen una importante pérdida de tiempo y de productividad en la empresa, además de poder generar errores humanos. De hecho, en Nomo, plataforma digital que aglutina en una única herramienta todos los servicios de contabilidad, finanzas, impuestos y de gestión de negocio que necesitan pymes y autónomos, hemos constatado que los negocios que sistematizan sus facturas, presupuestos, pagos, impuestos, etc., con esta solución digital ahorran hasta 25 horas y 50 euros.

Un ahorro de recursos decisivo para que puedan centrarse en hacer crecer su negocio. Y una prueba fehaciente de que la apuesta por la digitalización es clave para la supervivencia y crecimiento de las pymes y autónomos.