¿Cómo se comportan las pequeñas y medianas empresas ante el teletrabajo?

Se cumplen dos años desde que la pandemia cambiara nuestra ‘normalidad’ con un impacto importante para el 71% de las empresas y sus trabajadores, según el Observatorio de Competitividad de la Cámara de España. Para muchos profesionales y empresas, la irrupción del Covid ha significado, además, su iniciación al teletrabajo. Si en 2019, según Eurostat, únicamente un 1,7% de los empleados españoles trabajaba permanentemente en remoto, ahora su proporción ha aumentado hasta el 9,5%. Un porcentaje por debajo de la media europea del 11% y muy lejano del 20% de Irlanda o Finlandia.

Como refleja el último estudio de la Cámara de Comercio de España sobre Necesidades de las Empresas en materia de Recursos Humanos en un entorno post-Covid, tres de cada cuatro pymes no considera que el teletrabajo conlleve ventajas significativas. En particular, el 69,1% no cree que el teletrabajo repercuta en un ahorro de costes, y el 73,5% tampoco constata un incremento de la productividad. No es de extrañar que únicamente un 8,8% de las pymes que implantaron el trabajo a distancia durante el confinamiento planeen mantenerlo a medio y largo plazo, cuando finalice la crisis sanitaria. Esto, a pesar de que un 50,7% de pequeñas y medianas empresas lo experimentó y aplicó algún tipo de medida en 2020, y un 65,5% reconoce que sus empleados se han adaptado bien, sin influir en el desarrollo de sus tareas.

Con estos datos, no parece que el teletrabajo haya “llegado para quedarse” entre las pymes, más del 99% de nuestro tejido productivo. El escepticismo de las pymes respecto al teletrabajo contrasta con otros estudios que lo señalan como un elemento importante para atraer talento y comprometer a los profesionales.

La conclusión es que deben redoblarse los esfuerzos para adaptar el teletrabajo a las circunstancias y características de las pymes. No en vano, algo más de un tercio de las empresas que conocen la legislación reciente relativa al teletrabajo, piden mayor flexibilidad a la hora de compartir costes entre trabajador y empresa. Además, deben intensificarse las acciones de sensibilización a las pymes sobre la necesidad de abordar su transformación digital, una de cuyas potenciales medidas a aplicar es precisamente, el teletrabajo.