Pequeñas y medianas empresas: momento de navegar en aguas turbulentas

El año 2022 presenta grandes desafíos, tanto para los empresarios españoles como para la mayor parte de los ciudadanos. La pérdida progresiva de fuerza de la recuperación económica y la presencia de unos niveles de inflación que no se sufrían en los últimos 30 años, pone en duda la recuperación y sostenibilidad del empleo privado, mientras sigue creciendo el empleo público. El consumidor español ante esta incertidumbre está reduciendo el consumo y aumentando el ahorro.

Tradicionalmente, las exportaciones han sido siempre el motor de la recuperación de la economía española. En esta ocasión, la pérdida de competitividad de nuestra economía puede reducir la potencia de este mecanismo. Los precios de exportación de bienes y servicios son muy altos respecto a Europa debido a la inflación de costes, en parte debido a la gran dependencia energética de España que nos obliga a importar energía cada vez más cara. El Índice de Precios Industriales se ha situado en el 31,5%, triste récord histórico que anticipa un IPC futuro más elevado.

El principal problema de la economía española es la elevadísima inflación, que ha cerrado el año con un IPC 6,5% en términos interanuales. En enero, el IPC se ha reducido al 6% por las rebajas y la gran atonía de la demanda. Esta puede seguir creciendo puesto que la inflación subyacente, la que elimina los precios de la energía y alimentos frescos, ha crecido hasta el 2,4% en enero. Lógicamente, este aumento de costes se reflejará en gran medida en los precios que sufrimos los consumidores y que es el origen de la pérdida de competitividad de nuestra economía. La elevación de los salarios es previsible en este escenario por lo que se dará el componente la espiral precios-salarios, la llamada inflación de segunda vuelta.

El consumo de las familias cayó un 1,1% en último trimestre del año 2021, debido a la falta de confianza en el futuro, lo que ha llevado al incremento del llamado ahorro precaución, ahorro del miedo, incluso a pesar de la alta inflación. En definitiva, menos consumo, poca recuperación de la inversión, menos exportaciones y más importaciones, nos llevaran a un lento crecimiento. No alcanzaremos el PIB pre-Covid al menos hasta finales del 2023, siendo el último país desarrollado en lograrlo. La economía española es la que más cayó en 2020, un 10,8% y creció por debajo de la media de la UE en 2021.

El futuro de nuestras empresas va a depender de la capacidad de los empresarios españoles para adaptarse a una nueva realidad estructural, con la necesidad de seguir diversificando en mercados exteriores y consolidar la actividad en un entorno de altos precios que no sufría en 30 años. Es difícil que, con esta situación, las empresas españolas puedan competir en precio en los mercados exteriores, por lo que es fundamental hacerlo en calidad y diferenciación de productos. Contar con la financiación necesaria para afrontar estos desafíos es fundamental. El acceso a los mercados de capitales por parte de las pymes puede ser una gran oportunidad para apoyar su expansión y consolidación. El hecho de que muchas pymes se encuentren gestionadas por segundas y terceras generaciones, con mayor cualificación técnica, puede aumentar el atractivo de la bolsa.

Tradicionalmente la pequeña y mediana empresa española, que representa aproximadamente un 65% del PIB español, ha recurrido principalmente a la financiación bancaria, situación que se repite en Europa. Las restricciones al crédito bancario, más allá de la financiación de circulante, van a estar muy presentes en esta nueva etapa. La financiación vía recursos propios se antoja complicada, lo que abre la puerta al mercado de capitales. El pequeño empresario normalmente ha evitado esta vía al tener una percepción de ser un instrumento caro y un proceso complicado y largo.

Conscientes del limitado acceso de estas empresas a una fuente de capital tan importante, las autoridades europeas desarrollaron los llamados Sistemas Multilaterales de Negociación (SMN). Estas plataformas, con menores requisitos de acceso que los mercados de valores “tradicionales”, se crearon como un instrumento alternativo a los mercados regulados para obtener financiación para las pymes.

En España, este mercado alternativo es BME Growth y Euronext es el mercado referencia a nivel europeo. En el año 2021 diez pymes españolas han salido a cotizar en BME y 159 compañías lo han hecho en Euronext. La pujanza de este último mercado entre las pymes se debe en parte a que cuenta con la figura del “listing técnico”.

El listing técnico permite a las compañías anticiparse y estar preparadas ante sus necesidades futuras de financiación. Al no tener necesidad de incorporar nuevos accionistas en un primer momento, es la compañía quien decide posteriormente, bien vía venta parcial o ampliación de capital en qué momento y porque importe capta financiación y que perfil de accionista desea incorporar a la compañía. El proceso de listing técnico puede durar entre 4 y 6 meses, en los que se realiza una due diligence legal, fiscal y contable de la compañía. Ha de aportarse una valoración de la compañía realizada por experto independiente. Muchos de estos pasos son comunes a la preparación necesaria para acudir a un mercado regulado, lo que evita duplicar costes futuros. Esta figura permite a las pymes acceder al mercado de valores sin que la compañía deba tener beneficios, o contar con un número mínimo de accionistas y sin exigencias de que las compañías tengan que cotizar un número mínimo de días.

Es un momento de aguas turbulentas para las empresas españolas, afectadas por una política gubernamental que añade costes y rigideces a la contratación laboral. Contar con instrumentos alternativos flexibles de financiación va a ser fundamental para que las pymes puedan crecer. El “salto” de las mismas al mercado de valores es un paso necesario en el proceso de maduración y profesionalización de estas. El sello de “transparencia” que supone estar en Bolsa es un importante apoyo en sus futuros procesos de expansión. Aquellas empresas que se anticipen serán las ganadoras aprovechando las oportunidades que siempre surgen en momentos económicos turbulentos.