Invertir en biotecnología: el sector más rentable del mundo

Hemos pasado un 2020 y lo que llevamos de 2021 digamos que “singulares”. Dos ámbitos que me afectan especialmente se han revolucionado totalmente, el de la salud y el de la inversión. En el primero, una crisis de envergadura mundial, dejando de lado la parte más emocional, ha puesto de relevancia la importancia de la investigación. La industria ha sido capaz de desarrollar no una, sino seis vacunas, en menos de un año. En frío y claro, esto es la demostración de que el talento todo lo puede, siempre que se disponga del capital necesario. Y aquí entra el segundo ámbito que ha pasado un año convulso, el capital. Hemos vivido, y estamos viviendo, una crisis mundial. Pero no por falta de capital, sino por falta de consumo. El capital sigue existiendo y está ansioso por crecer. Últimamente se ha hablado mucho de valores refugio como el inmobiliario, o de valores especulativos como los bitcoins. A mí, personalmente, me gusta pensar que el dinero está para mucho más que para crecer: está para crecer mientras genera impacto positivo. Aquí es precisamente cuando salud y capital se unen, y de una forma muy atractiva, diría yo.

Invertir en biotecnología es una opción que puede aportarnos beneficios en dos sentidos: en el económico, no hablamos de tirar el dinero, hablamos de invertir de forma inteligente y con perspectivas de altas rentabilidades; y en el emocional y humano, estamos hablando de contribuir a la cura de enfermedades como el cáncer, una de las principales causas de muerte en el mundo, con aproximadamente 9,6 millones de fallecimientos; o de patologías degenerativas como la Esclerosis Múltiple, la ELA, la Ataxia de Friedrich o bien el Alzheimer y el Parkinson.

Pero, aunque éste es un sector relativamente antiguo, es nuevo para el inversor no especializado. ¿Cómo invertir?, ¿en qué empresas?, ¿con qué importe?

Lo principal es remarcar que, como sector con una de las rentabilidades más elevadas del mundo, es un sector con alto riesgo, por lo que es conveniente diversificar. No invertir todo nuestro capital destinado a este fin en una única empresa. A mayor diversificación, mayor posibilidad de éxito.

Como segundo consejo, diría que es importante contar con expertos capaces de valorar las empresas. La mayoría de nosotros no somos médicos, no sabemos valorar si una solución es viable o no, si es prometedora, si va a ser el unicornio de la biotecnología en 5 años. ¿Quién sabe hacerlo? Los expertos. Os recomiendo que visitéis la web de una red que hemos creado desde Capital Cell, “Bioexpert”, en la que más de 1.700 médicos de todo el mundo revisan proyectos y analizan aquellos que científicamente tienen más potencial. Éste es uno de los muchos filtros que pasan nuestros proyectos antes de abrir una ronda. Allí podréis ver algunos de los proyectos que tenemos ahora con ronda abierta en nuestra plataforma de crowdfunding como Nuubo, que desarrolla biotextiles capaces de medir la actividad cardíaca y única tecnología sanitaria aprobada por las autoridades europeas y americanas; MJN – Neuro, que ha creado un instrumento médico capaz de detectar los ataques epilépticos minutos antes de que aparezcan; o Biointaxis, que desarrolla una terapia génica capaz de curar por completo la Ataxia de Friedrich.

Me gustaría desde aquí, también, romper una lanza por la investigación en España. Muchas veces es noticia por la falta de inversión, por la fuga de talento, etc. A mí, me gustaría que fuera noticia por sus logros. Y os puedo decir, convencido, que el talento existe. En nuestro país se está haciendo muy buena ciencia que necesita capital para llegar a este esperado logro. No podemos escudarnos siempre en la falta de inversión pública para lamentarnos. La inversión privada existe, el capital está disponible, solo hay que dirigirlo en la buena dirección: rentabilidad e impacto positivo en las personas y su salud. Amadix, por ejemplo, es una compañía que desarrolla una tecnología que permite detectar el cáncer años antes de su aparición y una de las biotech más punteras de España, y está buscando financiación. Por otro lado, Nexkin Medical, ha desarrollado un sistema digital para diagnosticar las alergias. ¿Cuántas personas de las que están leyendo este artículo conviven con una alergia? El impacto positivo de estos avances y la mejora en la vida de los pacientes es brutal.

Todos los avances en salud nacen del imprescindible tándem “talento-capital”, y convierten en indisoluble el tándem “rentabilidad-impacto positivo”. Participar de este proceso siempre ha sido complicado, ya que tradicionalmente requería de tiques realmente elevados y de grandes inversores, con cantidades monetarias por encima de las posibilidades del ciudadano medio. Sin embargo, tanto la motivación emocional como la económica forman parte de sus inquietudes. ¿Por qué no abrir esta posibilidad a un público más amplio? La tecnología nos ha puesto la solución a nuestro alcance. En la plataforma de crowdfunding de Capital Cell hemos cerrado ya más de 50 rondas de inversión de compañías realmente prometedoras y gracias a la participación de más de 1.000 inversores de todos los tamaños. Startups que tienen como finalidad descubrir un fármaco o tratamiento que pueda paliar, cronificar, detener o incluso erradicar cualquier patología, han accedido a financiación y han podido avanzar en sus proyectos.

Por primera vez, la cura de enfermedades y la ganancia económica pueden ir de la mano. También por primera vez no son solo las grandes farmacéuticas quienes pueden hacer posible grandes avances científicos, sino que se son pequeñas empresas que empiezan igual que las que hoy son grandes compañías, en un garaje o en un pequeño estudio, y que, con modestas inversiones, pueden alcanzar avances médicos espectaculares. El win-win no solo lo obtiene la sociedad en general, contribuyendo a la salud de las personas, sino que la persona que invierte, con una inversión no muy elevada, puede obtener ganancias del 20%, incluso 30%, pudiendo multiplicar por 3 y por 4 su inversión.

Es por ello por lo que la biotecnología es el sector más rentable del mundo, y no solo a nivel financiero.