Franquiciadas y mujeres en puestos directivos, camino hacia el éxito en el modelo

No es ninguna novedad que las mujeres siempre han tenido más complicado su acceso a altos cargos en la dirección de las empresas. Siempre se ha asociado la figura de la mujer que consigue llegar a los cargos de responsabilidad como la de una mujer que no tiene el lastre de una familia y unos hijos de los que hacerse cargo por su rol maternal, lo que le ha permitido romper ese techo de cristal para poder acceder a la dirección de una compañía.

Lo mismo pasaba con las mujeres emprendedoras, que han sufrido más que nadie los efectos de la pandemia a causa de estos roles de género, que las mantenían atadas al cuidado de su familia e hijos sin dejar que pudieran tener acceso libre al éxito empresarial.

La evolución de nuestra sociedad, los efectos de las recientes crisis sociales y el imparable empoderamiento femenino en todos los órdenes, también en el profesional, hace conveniente conocer el momento actual de la mujer en la franquicia española, para poder contar con nuevos elementos de análisis que favorezcan la planificación de las necesarias políticas de igualdad de géneros y de oportunidades en la empresa.

A pesar de los factores externos que fomentan las desigualdades con respecto al papel de la mujer dentro de la empresa, se ha avanzado de forma significativa en estos últimos años debido al inicio de un pequeño cambio por la igualdad. Este es un cambio social al que las empresas se han ido adaptando, dando el valor que no se le daba previamente al papel de liderazgo de las mujeres, igual de válido que el de un hombre.

La presentación de este primer observatorio La Mujer en la Franquicia en España, responde a una necesidad de control de la situación actual de la mujer dentro del mundo de la franquicia. Este informe, no puede ser comparado con la situación previa de la mujer en este modelo debido a la falta de datos, pero refleja la situación actual para poder comenzar a estudiar su evolución de aquí al futuro.

Los objetivos no deben ser la búsqueda de la igualdad por la igualdad equiparando porcentualmente la posición de hombres y mujeres en la dirección de las empresas, ese debe ser el error a evitar. La discriminación, tanto positiva como negativa, es la lacra de la sociedad y por consiguiente de la empresa. Las empresas deben fortalecer sus mecanismos de control y dar valor a las capacidades de la persona independientemente de su sexo.

Este es un paso más para seguir conociendo las fortalezas y debilidades del sistema con mayor profundidad y de esta forma seguir creciendo y mejorando.