El fin de la carencia de los ICO y el peligro de que nos den gato por liebre

Ya hemos superado el año de pandemia y los numerosos créditos avalados por el estado están cerca de empezar a empezar a amortizarse. Por desgracia en el transcurso estamos viendo que muchos negocios no podrán ni siquiera levantar la persiana.

Hemos visto que muchas empresas se han visto en la obligación de acogerse a medidas extraordinarias, y mirar de recoger y acopiar tesorería para salvar la operativa y poder hacer frente a la crisis económica generada por la Covid-19 y asegurarse así la viabilidad.

Seguimos con altas dudas de que podrá suceder, con altas esperanzas en una temprana vacunación masiva vemos que las empresas siguen teniendo una mermada capacidad para generar beneficios y caja, con los que poder hacer frente a sus obligaciones de pago.

Todo ello nos lleva a plantearnos la posible restructuración financiera y adecuar la devolución a las expectativas de negocio. Refinanciar la deuda, negociar la demora de la carencia un año adicional nos dará tranquilidad para afrontar un nuevo despegue.

En esta fase de renegociación bancaria, vigilemos que como profesionales hemos detectado algunos cambios de las condiciones en algunos de nuestros clientes. Es fundamental conocer al detalle lo que firmamos hace justo un año, y analizar que la situación prácticamente no ha cambiado. Todo ello nos debe dar una larga lista de argumentos para negociar con nuestro banco, y que, en esa ardua lucha, no nos vendan gato por liebre.

Para una idónea reestructuración, igual que una buena negociación, resulta fundamental disponer de información completa, rigurosa y actualizada. Recomendamos planificar el proceso con antelación suficiente y a menudo, contar con profesionales expertos, con conocimiento del mercado y mentalidad empresarial, que aporten credibilidad, confianza. Frecuentemente sentirse acompañado en este proceso, que en muchos casos es crítico para lograr la supervivencia.