SportUp se “pone en forma” para abrir nuevos centros

La empresa inicia su plan de expansión a través de la franquicia para llevar por el territorio nacional sus entrenamientos personalizados para mejorar la salud

Hacer ejercicio físico no solo tiene un componente estético para verse y sentirse mejor. También es salud. Y con este objetivo nació SportUp en Zaragoza hace ocho años con un modelo de negocio centrado en el concepto de entrenamiento deportivo y salud, que se basa en entrenamientos totalmente personalizados de la mano de profesionales titulados y apoyado en la tecnología para monitorizar y optimizar todo el proceso de trabajo individualizado.

Un concepto con el que SportUp se diferencia de los gimnasios convencionales, pero también de los servicios de entrenadores personales que se prestan en estos centros, y en el que se apuesta, sobre todo, por profesionales con titulación ante la disparidad de criterios existentes en España.

“Entrenamos a las personas para mejorar su salud. El 70% de nuestros clientes son principalmente mujeres y personas mayores a las que damos una atención personalizada”, explica Carlos Iriarte, entrenador personal, director y socio fundador de SportUp, en cuyos centros se realizan principalmente entrenamientos para, por ejemplo, personas que padecen diabetes, tienen obesidad, han superado un cáncer, se recuperan de un parto... “Vamos más allá del componente estético o del ocio”.

Este modelo de negocio es fruto de la experiencia profesional acumulada de Iriarte, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universitat de Lleida, además de haber trabajado en cadenas de gimnasios, como preparador físico en el Real Zaragoza y como docente en la Universidad San Jorge. Una trayectoria ante la que sintió que “no podía progresar más y me fui a Estados Unidos”. Allí conoció los sistemas de entrenamiento personalizados a domicilio. “Vi la oportunidad de montar un centro pionero en Zaragoza, pero quería hacer algo más grande. Desde que empecé siempre pensé en el lema ‘SportUp, la primera red de entrenadores profesionales’”, estando hoy todavía vigente y cobrando más fuerza ante el proceso de expansión.

Con este objetivo, hizo la primera apertura en Zaragoza de SportUp, para la que tuvo que superar las barreras relacionadas con el acondicionamiento del local porque “en aquellos años no había tanta oferta de máquinas y productos para el entrenamiento. Tuve que crear la sociedad CiSport como una marca propia de material deportivo”.

A esta primera apertura, le siguió otra más en Zaragoza y, ahora se prepara la expansión nacional por España para lo que ha creado recientemente junto con Nodriza Tech -venture builder aragonés dentro del que está integrada SportUp-, la sociedad Franquianza a través de la que se gestionará empresarialmente la franquicia. Los planes de la empresa contemplan abrir entre tres y cinco nuevos centros en Madrid y la zona de los alrededores, así como en Málaga, San Sebastián y la costa Mediterránea. También se quiere reforzar la presencia en Zaragoza.

Las aperturas de estos nuevos centros se realizarán bajo la modalidad de franquicia “porque buscaba un modelo empresarial que creciera como firma o cadena, dándole valor a la marca SportUp. La franquicia permite escalar el modelo de negocio a través de un modelo rentable y probado e ir más rápido en la expansión. Haciendo números y, a través de un curso en el Instituto Aragonés de Fomento, vi que era franquiciable”. Una fórmula que también tiene ventajas para el franquiciado porque le permite “no cometer los errores que yo he cometido”. El resultado es un “modelo de franquicia diferenciado, probado y en auge porque las personas demandan cada vez más la personalización”. Además, está avalado por ocho años de experiencia.

Lo más difícil para diseñar este modelo para franquiciar ha sido definir el perfil del franquiciado y de los distintos puestos. “Tenemos el entrenador ejecutante, el entrenador responsable que puede gestionar el centro y el entrenador franquiciado. El problema era que quería darles responsabilidades a todo el mundo sin tenerlo demasiado claro y, al final, hemos ido descartando proyectos para conseguir hacer más rentable cada centro de entrenamiento”.

La elección del franquiciado se hace “a través de unos procesos que tenemos para conocerle a nivel personal y también de conocimientos, aspiraciones, objetivos y de inversión. Estudiamos a los candidatos”, ya sea para autoempleo –aunque es posible tener más de un centro y convertirse en empresario-, o bien como inversor, quienes pueden abrir más de una franquicia en función de su capacidad inversora. En este último caso, “le recomendamos unos perfiles que debe contratar para el centro. Nunca podemos obligarle a emplear a alguien, pero lo que no puede ser es una persona que invierta y luego quiera ejecutar entrenamientos. Todo el perfil de entrenador ejecutante tiene que ser titulado universitario, con formación específica y también formación nuestra”.

La apertura de un centro SportUp requiere de un local de entre 130 y 150 metros cuadrados, siendo precisa una inversión de entre 40.000 y 60.000 euros, incluyendo el canon de entrada. Además, el franquiciado debe abonar un royalty mensual en función del volumen de trabajo. El franquiciado recibe soporte permanente, que proporciona el propio Carlos Iriarte; un software específico de gestión y todos los manuales de funcionamiento, aparte de gestionarles las campañas de publicidad. “El modelo está creado para llegar y funcionar”.

El centro puede ser rentable en un plazo de entre un año y tres años en función del centro, aunque en tiempos sin covid-19, la rentabilidad es posible alcanzarla antes, estimándose una media de un año y medio. “Da más rentabilidad que otros modelos similares”.