Pablo Rodríguez, CEO de Hack A Boss: “Preparamos a los más pequeños para profesiones del futuro que aún no existen”

Ante la escasez de programadores y otros perfiles técnicos, y con el objetivo también de romper la brecha digital en el sector del desarrollo de ‘software’, nace este proyecto, que busca ir sensibilizando sobre la formación en tecnología desde edades tempranas, desde los 6 años

Más de la mitad de los alumnos que están estudiando educación primaria en la actualidad tendrán trabajos en el futuro que aún no existe. Es una conclusión del Foro Económico Mundial de Davos, marcada por la velocidad a la que evoluciona la tecnología.

Una situación que se une al hecho de que en el sector del desarrollo de software hay una importante escasez de desarrolladores y otros perfiles técnicos. Hack A Boss, la escuela que nació hace tres años para tratar de mitigar este problema, ha lanzado hace tres meses Hack A Boss Kids, para que los niños y niñas puedan aprender.

“Lo que buscamos es, por un lado, romper la brecha digital, porque hay muy pocas mujeres en este sector, y las que hay tienen muy poca visibilidad; y por otro lado, ir sensibilizando en edades tempranas sobre la formación en tecnología”, explica Pablo Rodríguez, CEO de la compañía.

A priori puede parecer que se trata de niños demasiado pequeños para tratar este tipo de formación. “Incluso a los padres les llama la atención que niños de 6, 7 u 8 años se pongan a programar”, explica Rodríguez. “Al final, cuando quieres aprender a programar, o a construir tecnología, que es una frase que nos gusta más, realmente lo importante no es la programación per se, sino cómo tú percibes un problema, cómo tú lo ves, cómo lo analizas y cómo lo solucionas. Lo que es el razonamiento y la lógica, básicamente”, asegura.

“Cuando tú enseñas a niños y niñas, lo abordas en diferentes fases. Cuando es a edades tempranas, lo que intentas es desarrollar sus habilidades lógicas, sus habilidades analíticas, para que precisamente puedan resolver problemas sencillos, relacionados con la tecnología, pero no programación pura y dura”, explica el responsable de la compañía. “Se utilizan a veces herramientas de programación sencillas y adaptadas a sus edades, para que vayan haciendo sus pinitos, pero lo realmente importante es ver cómo reciben algo, cómo lo analizan, y cómo escriben sus primeras cosas para solucionarlo. Después, con 9 y 10 años, sí que se meten en herramientas un poco más avanzadas; con 11 y 12, empiezan con la robótica, etc.”, concluye. “Lo importante es el desarrollo cognitivo de niños y niñas, y del interés por la tecnología. Y hay muchísimos niños y niñas que te sorprenderían con 6 o 7 años por su pasión y devoción por la tecnología”, defiende.

El objetivo es, por un lado, romper la brecha digital desde edades tempranas, “y que en 10 o 15 años haya muchísimas más mujeres en el sector tecnológico; y por otro lado, que haya muchos más perfiles técnicos en el mercado laboral. “Esperamos alcanzar los 60 alumnos en este primer año, y vamos por buen camino”, asegura Rodríguez.