Varillero, una profesión de futuro, sin paro y con elevados ingresos

Se trata de un oficio casi desconocido, que consiste en reparar los bollos en la carrocería de los vehículos, sobre todo en la época de granizo, y que en España no cuenta con suficientes especialistas, por lo que es necesario que acudan desde el extranjero

La crisis provocada por el coronavirus ha revolucionado todos los sectores, especialmente el laboral. Ante los peores datos de empleo de la historia de nuestro país, muchos son los que buscan nuevas opciones laborales que les permitan una vida mejor. En esta situación, la profesión de varillero se alza como oficio de futuro, sin paro y con salarios muy superiores a la media dentro del sector del motor.

Desde la Escuela de Varilleros forman en esta profesión consiguiendo que sus alumnos se especialicen en menos de cuatro meses.

“El oficio de varillero es aún desconocido en el mercado hispano y sin embargo es una profesión con futuro y muy solicitada. A nivel internacional se nos llama “sacabollos” pero somos mucho más que eso. Somos capaces de reparar los bollos que tenga un vehículo a base de precisión y maña, siendo más económicos, más ecológicos y más rápidos que una reparación habitual”, afirma Sisco Clivillé, creador de la primera escuela online que forma a estos profesionales, Escuela de Varilleros.

Si la pintura no está deteriorada y la chapa no tiene desperfectos insalvables, es posible el desabollado sin pintar. Se les llama varilleros por las varillas especiales que utilizan para arreglar el bollo, ejerciendo presión y empuje desde el interior de la carrocería con gran precisión y cuidado para evitar el daño en la chapa o en la pintura del vehículo. “No solo trabajamos con varillas, también con martillos y ventosas. Es un trabajo artesano, que valora lo hecho con las manos”, puntualiza Clivillé.

“Para aprender esta profesión no hace falta ser chapista ni tener experiencia dentro del mundo de la automoción. El oficio de varillero es eminentemente práctico y se basa también en las relaciones. Un oficio con el que puedes llegar a ganar hasta 1.000 euros al día e incluso más”, confirma Clivillé quién cansado de su vida anterior decidió en 2015 dejar su empleo y formarse como varillero. Ahora, desde la Escuela de Varilleros ha formado a más de 200 alumnos que en menos de cuatro meses han conseguido poder ejercer.

Su formación es 100% práctica, donde la comunidad juega un papel fundamental y donde se trabajan aspectos como la mentalidad y se anima a la creación de una empresa propia.

Es una profesión que se caracteriza por su alta demanda y mínima competencia. “Al ser un oficio que se desconoce hay gran demanda de técnicos cuando cae un granizo en España y ahora, la mayoría vienen del extranjero porque en nuestro país no hay suficientes”.

Además, es una profesión que se puede ejercer en cualquier lugar del mundo siguiendo tormentas y granizadas, pero también se puede ejercer desde una localización fija y ofrecer los servicios a concesionarios, tiendas de segunda mano de una manera más continuada.

Los varilleros trabajan solo tres meses al año. La ventaja del varillero frente a otras profesiones es que puede trabajar solo durante los tres meses de granizo en Europa y vivir el resto del año sin trabajar más y con un buen colchón económico.

Son manitas. Esta es una profesión que valora especialmente el trabajo realizado con las manos. Son “artesanos” y trabajan a base de precisión, fuerza y meticulosidad para arreglar los bollos sin deteriorar el vehículo.

Por último, hay que tener en cuenta que es un empleo con buenos ingresos. “Estamos ante un oficio con el que puedes llegar a ganar aproximadamente 1.000 euros al día”, explican desde la escuela en un comunicado. “Además, en épocas de granizo no se depende de que un cliente quiera pagar o no, puesto que el cliente es el seguro y el dueño del coche va a querer reparar el coche igualmente sabiendo que no lo paga él, sino el seguro”, concluyen.