Auge de los supermercados en la pandemia

Ni siquiera la crisis logra frenar el crecimiento del sector, impulsado por las franquicias, que registran tres de cada diez nuevas inauguraciones en 2020

El sector del supermercado sigue abriendo tiendas físicas incluso en plena pandemia, un fenómeno que de momento no detienen ni el coronavirus, ni las restricciones aprobadas por los diferentes Gobiernos para tratar de frenar su expansión, ni el aumento de las compras de alimentación a través de internet, que se han visto impulsadas durante este convulso periodo.

Hasta cuándo continuará esta expansión es la gran pregunta que se hace el sector. En los últimos cinco años (2015-2019), el número de establecimientos gestionados por la distribución organizada ha crecido un 5,6%, hasta superar los 24.300, según datos facilitados por la consultora Retail Data, consultados por EFE.

De media, durante este último lustro se han registrado 270 aperturas netas cada año. Un dato que es especialmente relevante si se tiene en cuenta que en este período Mercadona ya había completado la mayor parte de su expansión, o que el grupo DIA, una de las marcas más importantes del sector por volumen de establecimientos, ha cerrado en los últimos dos ejercicios cerca de 500 tiendas.

Y se trata de una tendencia que va a más: hasta finales de agosto de este año se han inaugurado en España un total de 652 establecimientos, según otro informe de Retail Data. Una cifra alcanzada pese a que desde mediados del mes de marzo la pandemia paralizó prácticamente el país, lo que refleja un ritmo de crecimiento que se ralentiza, pero que no se detiene ni siquiera en una crisis tan grave y profunda como ésta.

El tirón de la franquicia

En este punto hay que destacar que tres de cada diez aperturas corresponden a enseñas gestionadas bajo el régimen de franquicia. En concreto, representan 186 de las aperturas registradas en dicho periodo, demostrando que se trata de una opción muy interesante para los inversores. Merece la pena recordar que se trata de una tendencia que se viene registrando desde antes de la crisis, ya que el pasado ejercicio el sector de la alimentación -el más importante por facturación del sistema de franquicias, según refleja el informe anual de la Asociación Española de Franquiciadores- creció tanto en redes, como en establecimientos o empleo generado.

En España, los informes de consumo apuntan a un comprador que privilegia el supermercado de proximidad frente al hipermercado, cuya cuota sigue a la baja, pero también las tiendas pequeñas; aun así, en superficie el incremento desde 2015 es incluso mayor, del 6%, y ya se superan los 14 millones de metros cuadrados.

La clave que explica esta subida en superficie son las reformas: “Cadenas como Mercadona o Lidl están reestructurando su red, cerrando algunos y abriendo otros más grandes”, señala la socia directora de Retail Data, Raquel Segura, en declaraciones recogidas por EFE.

En cuanto a la apertura neta de tiendas, la explicación viene del lado de las “de conveniencia”, como las ubicadas dentro de las estaciones de servicio, que han pasado a estar operadas por grupos de distribución.

También influye que una parte de los establecimientos de barrio de alimentación, tradicionalmente regentados en muchas poblaciones por ciudadanos de nacionalidad china o de Pakistán, se asocian a grandes cadenas o cooperativas, y de esta forma pasan a engrosar la estadística.

¿Pero qué ocurre con la rentabilidad del sector? ¿Cómo está evolucionando? Responsables de supermercados han dicho públicamente que el ritmo de aperturas debe tener un límite ante el riesgo de “saturación”, e incluso reconocen que ya hoy un nuevo establecimiento puede “canibalizar” parte de las ventas en otro local de la misma enseña.

Por ejemplo, el líder del mercado en España, Mercadona, da por cerrada su expansión en número de tiendas y considera que con sus más de 1.600 supermercados ha tocado techo. Pero, por el contrario, Carrefour ha acelerado en el mismo periodo su apuesta por gasolineras y pequeños locales -en su mayoría franquiciados-, ante la caída registrada del formato híper.

Todo ello, además, en un sector donde el margen de beneficio se calcula en torno al 2% o al 3% de toda la facturación, notablemente inferior al de otras categorías comerciales, como puede ser el de la moda, también con una importante presencia de franquicias.

Entonces, ¿cómo ganan dinero? Por una parte, aumentando “la tarta” a repartir, gracias a ir arañando cuota a las tiendas de barrio independientes y los ultramarinos -también en zonas rurales-, y por otra, apostando por productos de mayor valor añadido y con más margen, como los de la categoría de comida para llevar, donde empiezan a competir restando mercado a bares y restaurantes.

El fenómeno de ‘súper’ regional

España cuenta además con un fenómeno muy particular, que es el de las cadenas de supermercados regionales, una excepción en el ámbito europeo, y que desde el inicio de la crisis han visto sus ventas dispararse.

Según los datos de Kantar, estas cadenas son las que más ventas están elevando en el estado de alarma: su cuota conjunta se ha disparado hasta el entorno del 15 %, tres puntos más que a cierre de 2019.

Consum en Comunidad Valenciana, Ahorramás y Sánchez Romero en Madrid, Condis en Cataluña, Gadisa y Froiz en Galicia, Alimerka en Asturias, Lupa en Cantabria, HiperDino en Canarias o las andaluzas Covirán y los supermercados Mas son ejemplos de grupos con fuerte presencia en sus territorios.

De hecho, muchos se sitúan en el top 3 de las cadenas con más ventas en sus respectivas regiones y ya se han extendido a otras CCAA.