Martín Martín apuesta por el ‘renting’ para favorecer el intraemprendimiento

La cadena especializada en comida del ocio ha introducido la modalidad de ‘renting’ para facilitar que los propios empleados puedan gestionar los establecimientos

El contrato tipo renting se asocia sobre todo a productos como los vehículos en general, o a los coches en concreto. Sin embargo, es una modalidad que también se está implantando en otros sectores de actividad. La empresa aragonesa Martín Martín ha optado por ella para que sus empleados puedan gestionar las tiendas. “El intraemprendedor choca con la financiación. Hemos establecido el renting para que los trabajadores que no disponen de los recursos financieros puedan explotar una tienda de su propiedad”, explica José Antonio Domingo, director de Martín Martín.

La empresa nació en el año 1983, vinculada al mundo de la aceituna y del aperitivo para evolucionar hacia la comida del ocio con soluciones para clientes de todas las edades y momentos del día. Unas propuestas que se articulan en torno a las aceitunas y encurtidos, salazones, conservas y aperitivos, frutos secos, snacks, bebidas frías, dulces y celebraciones, panadería y repostería y comida de conveniencia. En los últimos años, también se han introducido otras soluciones que la sociedad demanda como la comida lista para consumir, servicios de prensa y recargas de bus y móvil, así como zona cafetería y tapas o degustación y guardería para los más pequeños, aunque estos últimos espacios no están habilitados en todos los establecimientos y, de momento, no se contempla para nuevas aperturas. No obstante, la cadena no descarta introducir más servicios, siguiendo el modelo de las tiendas típicas de Japón.

Relación contractual

Y, dentro de la evolución del modelo de negocio, Martín Martín se abre a la modalidad de renting, que se basa en un acuerdo por el que el intraemprendedor hace frente “a una cuota que, luego, si se queda la tienda, se le descuenta de la inversión”. El sistema, que ya se está utilizando con dos de sus empleados, tiene ventajas, ya que se conoce más a la persona que va a estar al frente de la tienda. “Es el modelo ideal, porque ya saben trabajar y de qué va este negocio. Ya sé si me gusta o no me gusta” la persona y su forma de trabajar. Un modelo en el que se sigue “un contrato que está claro desde el principio”, al igual que las cuentas y las aportaciones que se realizan.

La opción del renting se suma también a la posibilidad de franquiciar. Martín Martín tiene 85 establecimientos en España, de los que 67 son propios y 18 se operan bajo el sistema de franquicia. Con esta red de tiendas está presente en las comunidades de Aragón, Cataluña, Madrid, Navarra, País Vasco y Castilla y León.

La franquicia -la primera en Zaragoza se abrió en 1995- es una de las vías de crecimiento de Martín Martín, que prevé abrir cinco nuevas tiendas -cuatro propias- en 2020. La expansión por franquicia se contempla en las zonas en las que Martín Martín tiene presencia. “Si no estoy yo, no voy como franquicia. Demuestro que soy rentable. Mientras yo no tenga la tienda y el mix de ventas, no puedo embarcar a nadie”, explica el director general de la compañía.

Las zonas prioritarias de su expansión son Madrid, donde ya cuenta con cinco tiendas en Valdebernardo, Las Rosas, Clara del Rey, Alcalá de Henares o Tres Cantos, así como Aragón, comunidad que es su core business. Los planes de la empresa contemplan aumentar la presencia en Zaragoza, donde se barajan tres nuevos emplazamientos sin que se produzcan cierres de tiendas ya abiertas, así como en Huesca, provincia en la que tiene cuatro tiendas en la capital, aparte de estar presente en las localidades de Sabiñánigo, Jaca, Barbastro y Fraga. En Cataluña, y más concretamente en la provincia de Lérida, es otra de las zonas en las que se está trabajando para nuevas aperturas, según explican desde la propia empresa.

La elección del franquiciado, que no tiene que hacer frente a ningún canon de entrada ni royalty, se realiza a través de un proceso que comienza “trabajando tres meses con nosotros en los que se les contrata y realizan todas las tareas de la tienda”. En este período, “se comprueba si nos gustamos”. Además, es un tiempo en el que el candidato a la franquicia puede conocer a la gente, participar en las reuniones, etc.

“No es una franquicia de inversión, sino de autoempleo”, precisa el responsable de la compañía. “Quiero tratar con la persona al frente del negocio que tiene que tener uniforme y horario. Y, ya cuando firme, tendrá dos ópticas: autoempleo y empleador”, aunque siempre se está bajo el paraguas de la empresa. “Soy muy celoso de la imagen de la marca”, confiesa el director general de la compañía. No obstante, se trata de un elemento imprescindible para cualquier compañía que apueste por franquiciar su modelo de negocio.

Relación empresario-franquiciado

Martín Martín, que desde 2018 se integró en el grupo Flamen&Co, se caracteriza por tener una relación directa con los franquiciados. “El éxito es que se entra a Martín Martín y no si la tienda es mía o franquiciada. Yo llevo las cuentas del franquiciado, se hacen reuniones... y la actividad comercial es la misma en todas las tiendas. La relación es empresario-empresario”, asegura el propio José Antonio Domingo.

Además, se facilita formación y apoyo en la selección del local -barrios o poblaciones de más de10.000 habitantes- y en todas las campañas que realiza la empresa, se les suministra todo el producto -se encarga desde su elaboración en origen hasta que llega al consumidor final- y, en el caso de que se quiera dejar la franquicia, se la queda la cadena. Es decir, “se recompra. Esto facilita el acceso a la financiación”, explica Domingo. La rentabilidad sobre la inversión es alta. La empresa cerró el ejercicio de 2019 con una facturación de 28,18 millones de euros.