Crónica de una baja denegada: La realidad muchos trabajadores en grupos de riesgo

La situación que han vivido y viven, porque esta problemática todavía no se ha solucionado, muchas personas en nuestro país es, cuanto menos, preocupante. En diversas ocasiones hemos denunciado esta coyuntura a la que se enfrentan miles de ciudadanos españoles que pertenecen a grupos de riesgo, a raíz de la pandemia de Coronavirus que nos azota. Desde Fidelitis, llevamos desde antes del comienzo del confinamiento denunciando la falta de responsabilidad de empresas e instituciones ante el peligro que acecha a los trabajadores que, a diario, se ven obligados a acudir a sus puestos de trabajo.

La avalancha de consultas y solicitudes que han llegado, a raíz de esto, superan en un 75% las peticiones anteriores al comienzo de esta crisis. Algunos de los clientes nos hacían conocedores de una situación que les sobrepasaba por completo. Se veían obligados a seguir trabajando, con amenaza de despido procedente en caso de no acudir al puesto de trabajo y con el consiguiente riesgo de contagio.

En la mayor parte de los casos, ni en el puesto de trabajo se ha cumplido, ni se cumple, con lo previsto en la Ley en lo tocante a Prevención de Riesgos Laborales en caso de contagio ni, sobre todo, en los desplazamientos de ida y vuelta a los puestos de trabajo en transporte público. Esto lo hemos podido comprobar también a raíz de las investigaciones realizadas a través de las asociaciones con las que cooperamos, donde las quejas siguen llegando y se multiplican diariamente.

En varias ocasiones nos pusimos en contacto con los presidentes de las diferentes asociaciones con las que colaboramos para comprobar que la situación era generalizada en todas ellas y que, por ejemplo, el presidente de la Asociación Madrileña de Fibrosis Quística, Fernando Moreno, me hablaba de “casos dramáticos de pacientes trasplantados con rechazo parcial, tratados con inmunosupresores, etc., que tienen que seguir trabajando arriesgando sus vidas por el miedo a perder su trabajo”.

Asimismo, al principio de poco valían los informes presentados en la Seguridad Social, muchos doctores incluso afirmaban no tener constancia del procedimiento a seguir. Por ello, aunque muchos aportaban informes de sus especialistas acreditando que se encontraban en un grupo de riesgo absoluto por estar inmunodeprimidos u otras problemáticas, al estar asintomáticos no les llegaron a conceder la baja pertinente para prevenir su contagio. “¿Si la directriz es proteger a los grupos de riesgo como son los mayores, por qué no se está haciendo lo mismo con las personas que tienen una enfermedad grave y si se contagian corren riesgo de muerte?” Esta es la pregunta que rondaba en mi cabeza y que quise trasladar al Gobierno.

Asimismo, otra de nuestras preocupaciones se debía -y se debe- a las opiniones de los médicos con los que colaboramos, que temían que las personas en grupos de riesgo podrían ser la causa de un nuevo colapso del sistema sanitario. Es muy probable que estos grupos que aún siguen exponiéndose, si no se toman medidas, empiecen a elevar el número de contagios y, al encontrarse con patologías más graves, provoquen un nuevo colapso hospitalario, ocupando las UCI que, aunque ya están más liberadas, pueden colapsarse de nuevo en cualquier momento.

Una de las doctoras, Macarena Aragón, médico de una mutua colaboradora de la Seguridad Social, hace apenas unos días me confirmaba que “la mayoría de las bajas se conceden tras analizar un certificado emitido por el Departamento de Prevención de Riesgos Laborales”, en caso de pymes y autónomos, se necesitaría un informe del médico de cabecera. Por ello, tal y como comentábamos, muchas de estas personas se ven atadas de pies y manos a la hora de solicitar la baja.

El proceso es acudir al departamento de recursos humanos de la empresa y esta les expide un certificado para que el médico otorgue la baja. Aun así, hay empresas que se niegan a emitir este documento y, además, muchas pymes no cuentan con un departamento de recursos humanos que lo facilite, al igual que en el caso de los autónomos. No se están dando las bajas a todas las personas que las necesitan, esa es la realidad que hemos estado recopilando en base a las quejas recibidas durante las últimas semanas, y que son palpables incluso en las redes sociales.

Esta medida estaba más preparada para las grandes empresas, para tramitarlo a través del departamento de recursos humanos, con un informe de prevención de riesgos laborales, pero en el caso de autónomos y pymes no tienen dichos departamentos. Por ello, a pesar de las indicaciones del Ministerio de Sanidad, las pymes y autónomos se encuentran aún desamparados, pues se están negando las bajas a pesar de estar en riesgo. El problema radica también en que, en muchas ocasiones, a pesar de no tener forma de adaptar el puesto de trabajo, no consiguen la baja laboral, cuando por ley se exige su adaptación o, en su defecto, recomiendan otorgar la baja laboral.

Otro de los motivos que justifican el incremento de las solicitudes de información sobre cómo obtener la baja laboral, es la falta de claridad en los procedimientos y pasos a seguir por parte de los trabajadores, que para llegar a obtener finalmente la baja se ven envueltos en diversos trámites que, en muchos casos, escapan a sus competencias. Es el caso de Mónica, una de las afectadas, que se había visto “obligada a permanecer en casa, pero sin trabajar ni cobrar”.

Aunque el porcentaje de concesiones ha ido aumentando con respecto al comienzo de esta crisis, en parte por los consejos y documentación que hemos puesto a disposición de los usuarios y en parte porque las CCAA han ido corrigiendo los protocolos, el panorama actual continúa reflejando que muchas empresas y autónomos sin los recursos específicos se ven envueltos en múltiples trámites, que desconocen, para solicitar la baja.