La franquicia desarrolla nuevas reglas para volver a la normalidad

El control de aforo, la necesidad de pedir cita previa o la limpieza y desinfección de utensilios son algunas de las limitaciones a las que se enfrentan las cadenas a la hora de retomar su actividad tras el estado de alarma, normas que se hacen más esctrictas en los sectores con mayor contacto con el cliente

Al tiempo que la economía y la sociedad se adaptan a la nueva normalidad, las franquicias también están aplicando las nuevas normas necesarias para poder retomar su actividad, aunque con limitaciones. Control de aforo, necesidad de cita previa para acudir, limpieza y desinfección de utensilios y herramientas entre cliente y cliente, etc., son algunas de las obligaciones que muchos negocios, dependiendo del sector en el que operen, se han visto obligados a asumir.

En este sentido, hay que destacar que algunos de los sectores más afectados por la crisis, como pueden ser moda, con 242 redes, hostelería, con 207 cadenas, o belleza y estética, son en los que se encuentran gran parte de las franquicias en España, según destaca el informe sobre la situación del sector que cada año elabora la Asociación Española de Franquiciadores (AEF).

Sin embargo, no son estas las enseñas que más dificultades encuentran en la vuelta a la normalidad, sino las que tienen una mayor vinculación física con sus clientes, lo que obliga a extremar las precauciones para evitar contagios.

Gimnasios

Es el caso, por ejemplo, de los gimnasios, uno de los sectores más en auge en los últimos tiempos, y que se vieron obligados a parar totalmente durante el confinamiento.

Una de las enseñas que hace ya un mes que recuperó cierta actividad es VivaGym, operador líder en el segmento de fitness low cost, que ha tenido que adaptarse "para cumplir escrupulosamente todas las medidas de seguridad y facilitar que sus socios puedan reanudar su rutina", como explicaron en un comunicado.

Uno de los puntos más conflictivos, como se ha visto con otros negocios más vinculados al ocio, es la gestión del aforo. En este sentido, VivaGym controlará la entrada al centro a través de un sistema de reserva. Por ello y con el fin de preservar la salud tanto de socios como de staff, se dejará de usar la huella dactilar como proceso de acceso evitando el contacto directo con los tornos y se dispondrá de guantes y material desinfectante en la entrada para que los clientes puedan introducir en el teclado del torno su PIN de acceso.

En el interior del recinto deportivo recomiendan una distancia de al menos dos metros entre los socios y los miembros del staff en todas las zonas. Además, insiste en el uso de kits de desinfección, y pide usar dos toallas, una para las máquinas y otra para el sudor del deportista.

“Estamos trabajando intensamente para que VivaGym sea un espacio seguro y que nuestros socios puedan entrenar en las mejores condiciones”, explica Juan del Río, CEO de VivaGym Group. Además, pide la colaboración de todos los usuarios “para que se cumplan las medidas de protección, limpieza y desinfección”.

Además, tras la reapertura de todos sus clubes en la península ibérica -también operan en Portugal bajo la marca Fitness Hut-, la compañía ha anunciado una nueva apertura en Madrid, en el centro comercial Isla Azul, un proyecto en el que llevaban trabajando desde principio de año, y con el que alcanzan los 53 establecimientos en España.

Una situación similar viven las peluquerías. El 4 de mayo pudieron volver a abrir sus puertas, bajo estrictas medidas de seguridad. Con el objetivo de garantizar la limpieza y seguridad y proteger a los trabajadores y clientes, el grupo Provalliance -que opera con las marcas Llongueras, Jean Louis David, Franck Provost y The Barber Company- ha desarrollado un protocolo de medidas de higiene y protección, garantizando el bienestar de todos una vez los clientes entren en el salón.

Tanto a empleados como clientes se les tomará la temperatura al entrar y tendrán a su disposición gel hidroalcohólico, mascarillas, guantes, jabón líquido, toallas de papel desechable y gafas de protección para los peluqueros, etc. Cada tocador contará con un espray desinfectante, un peinador desechable de uso único, un cubre abrigo/chaqueta individual, etc.

Mantener la distancia de seguridad de dos metros es una de las principales medidas puestas en marcha por Provalliance. Las tareas, entradas y salidas estarán planificadas para que los trabajadores puedan mantener la distancia interpersonal recomendada. Se dejará libre un tocador entre cliente y cliente y un lavacabezas entre cliente y cliente. Para suplir el aforo reducido, se han ampliado los horarios.

Una situación similar han vivido los centros de belleza, como Nails Factory, La firma con mayor número de centros de manicura y pedicura en toda España -cuenta con más de 170- está habituada a trabajar con amplios niveles de seguridad. “Desde la puesta en marcha de esta marca, en 2007, llevamos aplicando unos exhaustivos sistemas de limpieza, higienización y esterilización”, explica Yolanda Beltrán, fundadora de la cadena.

A las habituales medidas de seguridad, en Nails Factory han sumado la instalación de mamparas protectoras y otros elementos de seguridad, tanto para clientas como para técnicas. La fundadora de la marca asegura que, en todos los departamentos de la central, desde los responsables de productos a los encargados de la decoración de los establecimientos, “manejamos escenarios en los que prima la seguridad de todas las personas que entran”.