Cómo vencer el miedo a delegar cuando tus empleados trabajan desde casa

Aunque se ha hablado mucho en estos días sobre técnicas de planificación y gestión del tiempo para ser más productivos en nuestro día a día, una de las principales dificultades para implantar el famoso trabajar desde casa pasa por la falta de confianza en el equipo y el miedo a delegar. Unas resistencias que se acentúan en el caso del teletrabajo al tener la sensación, por parte de coordinadores y directivos, de perder el control del trabajo que realizan los empleados desde sus casas.

Por eso, en este artículo quiero compartir algunas claves para perder el miedo a delegar e incrementar la confianza en el equipo, y verás cómo esto repercute, sin lugar a dudas, de forma positiva tanto en el trabajo que se realiza como en el bienestar de tus empleados.

El miedo a delegar ¿es normal? Tener miedo a delegar es algo muy habitual entre las pymes y autónomos. Muchos empresarios ya optan por teletrabajar con colaboradores y formar equipos remotos, pero, pese a tenerlo claro, no se sienten seguros al dar el paso y siguen pensando que lo normal es cargar con todo el peso de su negocio. Y tiene que venir un virus a sacarnos los colores y enseñarnos que trabajar desde casa debe ser una opción más y no una tortura. Es curioso que, aun siendo fundamental para el crecimiento de un negocio, delegar sea una de las tareas que más nos cuestan.

Confiar responsabilidades de tu negocio a terceras personas despierta sensación de vértigo. Pero cuando pierdes ese miedo a delegar y empiezas a trabajar con otros profesionales, ese vértigo se transforma en alivio, te vuelves más productivo y hasta puede que te arrepientas de no haberlo hecho antes porque: recuperas tiempo que puedes dedicar a tareas relevantes para el desarrollo de tu empresa, te liberas de tareas en las que no eres imprescindible, dejas de vivir con agobio por no llegar a todo y la montaña de cosas pendientes por hacer disminuye a pasos agigantados.

Todo son beneficios. Sé, por experiencia propia, que superar el miedo a delegar no es fácil. Nosotros hemos pasado -en poco más de tres años- de estar mi mujer y yo solos en la empresa, a tener hasta 12 personas en las que delegamos proyectos y tareas para poder mantener el ritmo y centrarnos en aquellas tareas que mayor impacto tienen en la facturación y el crecimiento.

Problemas a la hora de delegar. El miedo es una emoción natural necesaria para nuestra supervivencia que, al mismo tiempo, puede convertirse en un freno para nuestro crecimiento, ya sea personal o profesional. Todos tenemos miedos. Lo importante es saber identificar la raíz de nuestros temores para poder analizar con objetividad si son fundamentados o son fruto de nuestra imaginación. Muchos empresarios piensan que cuando delegan un proyecto o una tarea en su equipo van a perder el control de lo que ocurrirá en el mismo.

El perfeccionismo y las míticas frases de “nadie lo va a hacer como yo” o “no tengo tiempo de formar a nadie” son otras de las grandes lacras que impiden el trabajo en equipo fluido. En la mayoría de casos, el mayor miedo del empresario es saber si trabajan o no, si podrían hacer las tareas más rápido y si debe confiar en los empleados actuales o debe ir buscando sustitutos. Y todo esto tiene solución. En primer lugar, exige un cambio de mentalidad, una delegación efectiva de responsabilidades y, por supuesto, dotar al equipo de las herramientas y metodología de productividad adecuadas.

El cambio de mentalidad: de minimizador a multiplicador. Uno de los cambios de paradigma más importantes es dejar de lado el micromanagement y delegar responsabilidades. Debes dar a tus colaboradores una responsabilidad y una métrica a cumplir de manera que, semana a semana, mes a mes, puedas evaluar el rendimiento de esa persona o esa área de tu negocio. Uno de los pasos que debes dar como empresario para poder permitir el trabajar desde casa y sentirte bien al delegar es dejar atrás la mente del minimizador para convertirte en multiplicador. O, dicho de otra forma, tendrás que dejar atrás el “no pueden hacerlo sin mí” para enamorarte del “son inteligentes y pueden hacerlo sin mi ayuda”.

No se trata de usar a tus empleados para conseguir tus objetivos como empresario, sino de darles un lugar donde puedan desarrollarse, mejorar y estar motivados para conseguir juntos los objetivos marcados. Los errores son inevitables, ¡no somos robots! Ahora, tendrás que cambiar el “buscar culpables” por explorar qué ha ocurrido para documentar el proceso y así minimizar la posibilidad de que se vuelva a repetir. Dar órdenes no permite crear equipo, sino que destruye la motivación interna de los empleados. Mucho mejor retar para conseguir que todos estén motivados hacia un mismo fin.

A la hora de tomar decisiones, por mucho que seas el dueño del negocio, el CEO o el director, no se trata de llevar siempre la razón y decidir lo que tú quieras, sino de consultar y fomentar el debate abierto entre todos los empleados para que sientan que sus opiniones se tienen en cuenta. Incluso, cuando un empleado hace suya una idea, su motivación por llevarla a cabo será mucho mayor que si tú se la impones. No se trata de estar controlando hora a hora, día a día, lo que hacen tus empleados. Se trata de delegar una responsabilidad y ponerte a su servicio para que puedan conseguir lo acordado.

Buenas prácticas para trabajar en equipo y desde casa. Tu equipo debe sentir que tú también estás en el mismo barco, así que hacer reuniones semanales de seguimiento por videoconferencia es vital. Herramientas como Zoom hacen esta tarea mucho más fácil. Y es que, si hablamos de productividad, debemos dar a nuestro equipo las herramientas de gestión de proyectos necesarias. Esto te permitirá saber el estado de cada tarea y lo que está haciendo cada persona, así como incurrir el tiempo dedicado para medir y analizar si se está cumpliendo la planificación. KanbanFlow o Asana son algunas de las mejores.