Más incentivos fiscales y mejores ayudas, retos del hidrógeno en España

Las empresas energéticas reclaman mayor apoyo desde la administración pública. Aunque afirman que, en el último año, se ha avanzado en muchos aspectos relacionados con el hidrógeno, estos avances están siendo lentos.

La necesidad de incentivos fiscales o una mayor claridad para acceder a las ayudas económicas de la administración pública, son los principales desafíos del hidrógeno en España. Estas fueron las principales conclusiones del grupo de expertos de la primera mesa de debate del II Foro sobre hidrógeno organizado por elEconomista.es.

Vanessa Cuellas, socia del área de Energía e Infraestructuras de Allen&Overy, hizo especial referencia a ello. Explicó que echa de menos incentivos fiscales, un área que, posiblemente, no se desarrolla por cuestiones políticas. Asimismo, explicó otros problemas a los que el hidrógeno se expone en nuestro país. “No estamos donde estábamos hace un año, pero se ha avanzado muy despacio. Los procesos actuales de aprobación para la generación y almacenamiento de hidrógeno son muy lentos. Y esto se debe a dos razones: el permitting industrial por no estar bien integrado al tratarse de una regulación muy fragmentada, y las ayudas de la administración pública, ya que su importe es bajo”, afirmó.

Por su parte, Andrés Suarez, Global Strategy & Innovation Lead de Exolum, introdujo otra preocupación sobre la implementación de la nueva tecnología: “La transición tiene un coste alto y raramente se habla de ella. En su companía, según comentó, siempre se ha defendido una política basada en principios de neutralidad de carbono junto a una competencia real entre todas las tecnologías para que se consiga el resultado más óptimo. Suarez ahondó también en el aspecto internacional del sector del hidrógeno verde, por lo que reclamó una regulación más competitiva en el país que nos permita participar. “En nuestra compañía estamos trabajando en proyectos de hidrógeno y sus derivados, que engloban el desarrollo de esta nueva energía, los servicios para su transporte -hidroductos o vagón cisterna- y su promoción para darle uso en la movilidad a pasajeros y mercancías”, expuso.

Para ilustrar los desafíos pendientes, Emilio Bruquetas, director general de Reganosa, describió la experiencia de su empresa con la administración pública: “En 2019 fuimos al ministerio con el proyecto del electrolizador más grande del mundo en Galicia, de 50 MW, para transformar todo el hidrógeno gris en verde, pero fue rechazado. A partir de ahí, viajamos por el mundo para conocer la realidad del hidrógeno en otros países y, en la actualidad, estamos promoviendo dos proyectos en España: uno de hasta 100 MW y otro de 200 MW. Las ayudas están llegando a proyectos maduros y muy definidos. En nuestro caso, estamos encontrando un camino razonable gracias a las administraciones”.

Daniel Fernández Alonso, director de Estrategia de Engie, corroboró la falta de apoyo: “Creemos en las expectativas sobre el uso del hidrógeno, pero lo cierto es que no hay impulso por parte de la administración pública. En países en los que estamos presentes mediante el sello proyectos IPSEI (Proyecto Importante de Interés Común Europeo), tenemos un apoyo importante desde las administraciones públicas; sin embargo, en España no llegan. Llevan estancadas desde septiembre del año pasado”. Fernández Alonso añadió que las normativas vigentes parece que están configuradas para una industria madura o acelerada. Tienen un punto de mejora, pero no terminan de encajar de cara a los modelos de negocio actuales.

En esta misma línea, Cayetano Hernández, Head of FRV-X Energy Transition Strategy, Technology, Innovation & New Business Models de FRV, expuso su punto de vista sobre los actos delegados, que son las normas detalladas para definir lo que constituye el hidrógeno renovable en la UE: “No deberían ser tan exigentes en una fase de despliegue. Uno de nuestros primeros proyectos ha comenzado en el valle de hidrógeno de Extremadura, que llegará a 1 GW para 2025, con el fin de ayudar a la descarbonización de la industria. Esperamos que, a futuro, sean proyectos más grandes de tamaño y de uso”.

¿Nuevo vector energético?

Que el hidrógeno verde sea, en un futuro, el nuevo vector energético de nuestro país y pueda ser óptimamente almacenado y posteriormente transportado para ser utilizado cuando se necesite, es otro de los temas que se abordaron en la mesa. Al respecto, el representante de FRV explicó: “El almacenamiento de hidrógeno es un reto que se divide en tres líneas de desarrollo: la gaseosa, la líquida y los derivados de hidrógeno como el metanol o el amoniaco”. Conforme a la previsión del hidrógeno verde como una de las posibles fuentes de energía de nuestro país, Hernández explicó que, en función de cada proyecto, a medio plazo se usaría la red de gas actual o también nuevas redes. Y compartió un dato: “En 2030 se duplicarán las 500.000 toneladas de hidrógeno que se usan ya en España”. Una buena estimación que, según explicó, no debe hacer olvidar el excelente rol como exportador que puede jugar nuestro país. Por su parte, Andrés Suarez sentenció: “La logística es clave. Son imprescindibles estructuras modernas y eficientes. El objetivo es minimizar el coste para el usuario final y la seguridad del suministro. Siempre se deben primar los principios de eficiencia y mínima inversión”.

El hidrógeno y los bancos

Otro asunto abordado por los expertos fue la financiación necesaria para sostener la transición energética, algo clave para su evolución y consolidación. Sobre este aspecto, Cayetano Hernández argumentó: “Los bancos están abiertos a financiar estas nuevas tecnologías, siempre con sus debidas garantías, pero todavía no es el momento. Actualmente, ese gap de financiación se está cubriendo con ayuda financiera de la UE y consorcios público-privados. Y volvió a incidir en que, a día de hoy, el cuello de botella está en los marcos regulatorios actuales.

Vanessa Cuellas coincidió con Hernández en que las entidades bancarias o empresas interesadas en invertir no lo harán hasta que no se solucionen los permittings y subvenciones pendientes, que es lo que posteriormente aseguraría un uso finalista del hidrógeno verde. A este respecto, el director general de Reganosa señaló que la transformación debe ser más profunda e incluir a todo el mercado eléctrico para que los proyectos de hidrógeno puedan desarrollarse a gran escala. “Por tanto, tendrá que ser una inversión muy intensiva en capital”, remarcó.