Las empresas piden seguridad jurídica para impulsar la descarbonización

El proceso de descarbonización, a juicio de los expertos, debe ir acompañado por una legislación acorde a las necesidades del sector y de la sociedad, de ahí que entre sus demandas estén mantener la competitividad y un marco regulatorio a nivel europeo como hoja de ruta.

La descarbonización es un proceso progresivo de reducción de las emisiones de dióxido de carbono derivadas de la actividad de las industrias. No obstante, para que este proceso tenga éxito, las empresas deben tener seguridad jurídica para mantener su competitividad. Así lo expresaron los participantes de la segunda mesa de debate del II Foro sobre hidrógeno, organizado por elEconomista.es. Las industrias suponen el 20% del PIB español, copando gran parte del empleo y de la riqueza, por lo que es clave protegerlas y ayudarlas a lo largo del proceso de descarbonización.

Las empresas tienen cada vez más objetivos de sostenibilidad estipulados por sus accionistas. Hasta ahora, había sectores que no estaban obligados a declarar las emisiones de CO2”, afirmó el director de Diversificación de Negocio de Redexis, Miguel Mayrata. Y añadió que “muchas empresas se adelantan y toman decisiones para iniciar la descarbonización aun sabiendo los costes que conllevará. Esto está pasando en el sector turístico y del transporte. Las compañías buscan combustibles sostenibles y los productores estamos ofreciendo soluciones. El sector debe entender y conocer los pasos a dar como compañías de infraestructuras y productoras de soluciones renovables para ayudar a las empresas en su cambio sostenible”, aseguró.

Usar las infraestructuras

Tanto el proceso de transformación como la descarbonización son costosos, por lo que los expertos destacaron la importancia de las infraestructuras ya existentes. “El 98% de las redes españolas están compuestas por acero y politienol, lo que las hace perfectas y compatibles con el hidrógeno”, afirmó el director de Operaciones de Nortegas, Juan Villar. Asimismo, aseguraron que si cada vez que hay un cambio en el tipo de gas se tienen que cambiar las tuberías, los gastos serían enormes e inasumibles. “Transformar y descarbonizar el 70% de energía primaria de nuestro país tendría un coste de infraestructuras desorbitado”, puntualizó Mayrata.

Un claro ejemplo de todo esto es lo que está haciendo Naturgy, aprovechando los emplazamientos de sus antiguas fábricas de carbón, ya que “las bases de estos emplazamientos cumplen condiciones muy buenas, por ejemplo, las calificaciones del suelo, el acceso al agua y las líneas eléctricas de evacuación. Además, en los alrededores ya hay desarrollo de renovables”, puntualizó el responsable de desarrollo de proyectos de Hidrógeno de Naturgy, Miguel Ángel Rodríguez.

Otro modelo es el blending, entendido como la mezcla de gas natural con hidrógeno gaseoso. “Queremos que los proyectos sean tangibles. Hemos construido un primer hidroducto, primer ejemplo en España de lo que podrían llegar a ser los valles 100% de hidrógeno. También tenemos otro proyecto piloto donde extraemos del subsuelo varios elementos para vehiculizarlos. Partimos de un 5% de hidrógeno, luego un 10% y queremos llegar hasta el 20%, ya que numerosos estudios demuestran que, en este punto, el gas natural con el hidrógeno todavía pertenece a la misma familia de gases. El proyecto lleva en marcha dos años y está funcionando muy bien. Cada 3.000 horas hacemos ciclos para comprobar si hay fugas y, hasta el momento hay cero”, informó Juan Villar, director de Operaciones de Nortegas. Todo esto se está consiguiendo gracias al apoyo de la Administración y de Europa. En palabras de Mayrata, “la movilización de fondos públicos ayuda al desarrollo de proyectos. Es esencial el apoyo de la propia administración.

El proceso de descarbonización debe ir acompañado por una legislación acorde a las necesidades del sector y de la sociedad. La directora de estrategia y planificación de Enagás, María Teresa Nonay, alegó que “se ha avanzado significativamente en este último año. 2023 va a ser el año del hidrógeno y se establecerá un marco regulatorio para los próximos años. Estamos pendientes de que Bruselas marque los hitos, porque todavía nos faltan las instrucciones para conocer las reglas del juego”. Desde Enagás resaltaron que “hay un plan muy ambicioso de un consumo de 20 millones de toneladas para 2030. Todo esto hace que se aceleren las curvas de descarbonización y se aumente la necesidad de invertir en infraestructuras para asegurar el suministro”.

Los riesgos

En lo que respecta a los riesgos, el hidrógeno está en terreno desconocido, donde entra a formar parte el sector de las aseguradoras. José Ángel Pagola Iturralde, Energy Transition leader de AON Spain, aseguró que “la descarbonización necesitará la ayuda de la tecnología. Su uso conllevará riesgos diferentes como la adopción de nuevas cadenas de suministro y nuevos modelos comerciales, además del riesgo operacional, ya que el hidrógeno hasta ahora está reducido a las industrias que están bien aseguradas. Hay muchas ganas de participar en estos procesos y la educación temprana del sector puede ser clave para evitar cuellos de botella”.

Los proyectos sobre la mesa

Cada vez son más las empresas que empiezan proyectos para favorecer la transición energética. En materia de descarbonización, Naturgy tiene varios en marcha. En palabras de Rodríguez, “nos hemos dado cuenta de que la electrificación no será suficiente; por ello, es necesario el papel que juegan los gases renovables a corto plazo como el biometano y el hidrógeno. Además, es algo que se debe posicionar a lo largo de toda la cadena de valor desde la producción hasta la distribución”.

El representante de Naturgy comentó varios planes. “Uno en León, de la mano de Enagás Renovables, que alcanza los 280 MW enfocado al uso del hidrógeno en el mundo industrial y que se está usando para la movilidad sostenible de la zona. También hay otro en Galicia, en colaboración con Repsol, que hasta ahora solo tiene 30 MW pero que podría alcanzar los 200 MW. Este proyecto está destinado para la refinería de la zona”, confirmó Rodríguez.

Desde Enagás, Nonay señaló que “tenemos un proyecto en marcha que comunica Portugal, Francia y España: el H2Med, y que consiste en conectar la producción de hidrógeno de la Península Ibérica con Europa a través de Francia”.